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La discapacidad intelectual, una fuente de bienestar social

Grupo mixto de lectura fácil organizado por Har-Eman

Patricia Burgo Muñoz

Las políticas de inclusión se centran muchas veces en qué puede aportar la sociedad a las personas con algún tipo discapacidad, ya sea física o intelectual, pero pocas veces se paran a estudiar qué pueden aportar estas personas para el beneficio común. La asociación 'Har-Eman' trabaja precisamente para visibilizar las aportaciones positivas que las personas con discapacidad intelectual ofrecen en los entornos en los que conviven.

La iniciativa surgió de Felipe Ibarrarán, que veía en su hijo con síndrome de down un ejemplo del que aprender muchas cosas. “Ellos generan una serie de valores que no han sido hasta ahora reconocidos”, explica Jokin Larraza, uno de los asesores que trabaja con la asociación. El proyecto se apoya en el informe 'Las personas con discapacidad como fuente de bienestar social', elaborado por la Universidad de Deusto. El documento refuerza el punto de vista de que la centralidad del papel de las personas con discapacidad intelectual es indispensable en el proceso de inclusión, y además esta aportación contribuye a crear una sociedad que acepta la diferencia como factor de enriquecimiento.

El informe recoge los testimonios de personas que han participado en proyectos de inclusión en el ámbito laboral, sociocultural y educativo. “A mí me ayudó a romper esquemas y aprender a trabajar con personas diferentes, porque cada uno tiene sus características”, dice uno de los entrevistados. La empatía es otro de los valores ensalzados en el estudio, “sobre todo el valor que he tenido es el del respeto y la tolerancia, aprendes a empatizar y ponerte en la situación del otro”, recoge otro testimonio.

Todas estas experiencias se recopilan en la página de 'Har-Eman' entre las que se destacan “su espontaneidad, su afán de superación y su capacidad de trabajo, explica Jokin Larraza.

Según han podido constatar a través de estos testimonios, estas experiencias han demostrado que en el entorno laboral se mejora el clima, se fomenta el trabajo en equipo y se organizan mejor las actividades. En el ámbito educativo, los niños son más solidarios, tienen menos prejuicios y generan tranquilidad entre los compañeros. En el entorno sociocultural, que incluye la familia, los amigos o el ámbito deportivo, genera satisfacción, fomenta el cariño y la entrega.

Con estas evidencias, la asociación ha puesto en marcha otra serie de iniciativas, como los grupos mixtos de lectura fácil en los que personas con o sin discapacidad se adentran en clásicos de la literatura adaptadas para una mejor comprensión. “Se trata de generar lazos y encender mechas para conseguir una sociedad más inclusiva”, concluye Jokin Larraza.

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