Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Israel se prepara para una ofensiva en Rafah mientras el mundo mira a Irán
EH Bildu, una coalición que crece más allá de Sortu y del pasado de ETA
Opinión - Pedir perdón y que resulte sincero. Por Esther Palomera

“El empleo que crea la reforma del PP no es decente”

La profesora de Economía Inmaculada Cebrián, en las jornadas de UGT sobre la reforma laboral.

Aitor Guenaga

Inmaculada Cebrián (Cádiz, 1962), de la Facultad de Economía en la Universidad de Alcalá de Henares, ha participado en las jornadas organizadas por UGT y las fundaciones Juan de los Toyos y Largo Caballero en la que diversos expertos y catedráticos han diseccionado la reforma laboral del PP y sus efectos durante estos tres años en el mercado laboral español. Pese a que los tribunales han limitado la aplicación de la reforma, Cebrián considera que hace falta volver la concertación social porque si no el empleo que se va a seguir creando será temporal y la devaluación salarial se matendrá. Además, cree que la declaración del presidente Mariano Rajoy acerca de que 2015 será el año del despegue definitivo de la economía española solo se puede entender porque “estamos en año electoral”. 

La reforma laboral del PP no parece haber cumplido los objetivos recogidos en su preámbulo cuando se aprobó hace ya tres años. Esa al menos es la crítica que hacen los sindicatos y la oposición.

Efectivamente, la reforma del PP no ha conseguido crear todo el empleo que previsiblemente pensaban que iban a crear, ni tampoco ha roto con el estigma de la dualidad, ni ha fomentado el empleo indefinido, ni ha servido para reducir la tasa de temporalidad en nuestro mercado de trabajo.

No hay duda, los datos están ahí, de que se crea empleo, pero ¿qué tipo de contratos son los que se están haciendo en este país?

Pues se crea un empleo parcial e inestable y se ha producido una bajada de salarios evidente.

¿No parece que sueldos de 450 euros pueda considerarse empleo decente, no?

La reforma no ha mejorado la calidad en el empleo, desde luego el empleo que se crea en este país no entra dentro de los cánones utilizados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para definir lo que es empleo decente. Lo que sigue ocurriendo es que los millones de contratos van hacia figuras temporales. Estamos con gente contratada a tiempo parcial en vez de a tiempo completo, lo cual ha reducido los salarios por término medio porque trabajan menos horas. Y así salen unas personas con unos salarios paupérrimos.

Pero en la contabilización del empleo aparecen dos empleos con el salario que se pagaba antes a una persona.

Claro. Porque no diferenciamos cuántos han sido de tiempo parcial, eso no se dice. Nos dicen que han aumentado las personas que cotizan a la Seguridad Social, pero no cuántos de esos empleos son a tiempo parcial. Esa información no se suele dar.

Una de las críticas que se hace también es que no se ha recuperado el nivel de empleo que existía en la etapa final del anterior Gobierno.

Estamos todavía muy lejos de conseguir recuperar el nivel de empleo del segundo trimestre del 2007, cuando se comienza a ver la caída en el valor absoluto de ocupados. La OIT augura que hasta el 2023 no lo conseguiremos.

El último informe de la OIT nos dice además que el nivel medio de paro en España se va a mantener en el 21% hasta 2019. No todos son buenas noticias en la macroeconomía.

Es terrible. España tiene además un problema: siempre ha tenido la tasa de desempleo mayor que el resto de nuestro entorno europeo. Incluso cuando las cosas iban bien en 2007 la tasa era del 8% para los grupos buenos. Hay países que no han superado ese 8% de tasa de paro ni en los peores momentos de la crisis.

El presidente Mariano Rajoy, ese mismo mes de enero, aseguró que “2015 va a ser el año del despegue definitivo de la economía”. ¿Cómo interpreta estas palabras?

¿Que cómo las interpreto? pues que estamos en año electoral. Si el Gobierno sigue apostando por corregir las cifras en términos exclusivamente cuantitativos pues estaremos siempre en un país en el que en los momentos de crisis nos hundiremos produndamente, lo cual será terrible para la población.

Una de las cuestiones que la reforma laboral defendía era la flexibilidad laboral. Los empresarios siempre colocan este asunto encima de la mesa de las negociaciones de los convenios en época de crisis como esta. Pero cuando no es pactada parece que siempre perjudica a los mismos, a los trabajadores.

Las cosas nos irían mejor si fuéramos capaces de tener un diálogo social donde todas las partes en igualdad de condiciones pudieran opinar y llegar a acuerdos. Si echamos a andar a base de tortazos por decreto ley pues difícilmente la sociedad va a entender lo que está pasando en el empleo y puede generarse mucho desánimo y desgaste que entorpezca la propia evolución positiva del mercado de trabajo.

Uno de los cadáveres de esta reforma laboral, según lo sindidatos, es la negociación colectiva.

Totalmente. Esa es una realidad. No soy una experta en negociación colectiva, pero la pérdida de la ultraactividad ha conseguido condicionar enormente los proceso de negociación y que las partes se pongan muy nerviosas. Y cuando las reglas de juego no están repartidas igual para todas la partes y la balanza está desequilibrada y alguien tiene mayor poder, los resultados no son buenos para la mayoría.

Y uno de los problemas de la reforma es la brecha salarial entre los trabajadores con contratos y condiciones laborales que han sido mantenidos por los tribunales y los que acceden ahora al mercado laboral.

Y lo que es peor, encima llegan contentos porque tienen trabajo, pese a que sus condiciones muchas veces son tremendas. Es muy triste. Hay muchas posibilidades además de que se enfrenten los trabajadores: entre los 'insiders', es decir, los que están y viven bien y por defender sus derechos entorpecen la llegada de los 'outsiders', los que están fuera del mercado laboral. Y eso genera tensiones dentro de las empresas y desequilibrios entre los trabajadores y una convivencia imposible. Y esas cosas no se cuentan.

Etiquetas
stats