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“Han intentado castigar a Donostia solo porque gobierna Bildu”

Juan Karlos Izagirre, en la balconada principal del Ayuntamiento de Donostia.

Aitor Guenaga

Lo de ser alcalde tiene muchos pros y contras. “Tienes que aguantar muchas cosas”, reconoce Juan Karlos Izagirre (San Sebastián, 1963), la persona que ha dirigido San Sebastián en los últimos cuatro años bajo el manto político de Bildu. Pero pese a los sinsabores, también hay sitio para estar este martes comiendo con Pepe Mujica [expresidente uruguayo, de visita estos días por Euskadi] “es todo un lujazo”, explica Izagirre, que tomó el timón de mando de la ciudad de “manera inesperada”, como él mismo admite, tras años y años de 'reinado' del socialista Odón Elorza.

Empieza la conversación con este periodista en euskera, fuera del despacho, pero pasa al castellano sin problema alguno para hacer la entrevista en profundidad. “Hemos tenido de media una reunión cada dos días en este mandato”, revela Izagirre, para fundamentar esa apertura a la ciudadanía donostiarra, frente a las críticas de la oposición por sus políticas de “imposición” y su “sectarismo”. Gana unos 81.000 euros, intentó bajarse el sueldo un 25% al arrancar la legislatura y reducirlo también a todos los ediles de la oposición un 5%, pero “toda la oposición votó en contra, solo aceptaron un 2% para el alcalde y ellos se quedaron igual”. Pide una mayoría amplia para evitar que todos los partidos de la oposición “se junten para echarnos, aunque sean tan diferentes y lo único que les una es que están dispuestos a gobernar a espaldas del pueblo”. Y sí, admite que ha tenido que poner la bandera española porque no se quería jugar una inhabilitación que echara por tierra el proyecto de cambiar la ciudad desde las instituciones y con el apoyo de la gente en la calle.

¿Qué le ha quedado por hacer a Juan Karlos Izagirre tras estos cuatro años de alcalde y de qué se siente más orgulloso?

Es verdad que nosotros llegamos de una manera inesperada, pero con una idea muy clara de que había que cambiar la manera de hacer política: la que hemos conocido hasta ahora ha sido una política de despachos, cediendo ante particulares, ante la banca, sin que coincidiera con los movimientos populares, culturales, de barrio. Cuando llegamos al Gobierno decidimos ir a la calle, a los barrios y empezamos a hacer cosas. A lo largo de estos cuatro años nuestra propuesta de modelo de participación ha tenido unos resultados muy buenos.

¿De verdad cree que se puede cambiar la ciudad desde los barrios de Donostia?

Soy un convencido de eso. No estaría aquí si no. Hay que cambiar la ciudad y el país desde los barrios, desde la ciudadanía. Lo hemos hecho tanto cuando ha habido catástrofes, inundaciones, pero también con los presupuestos participativos del ayuntamiento, etc. La sensación es de que el camino que hemos marcado está bien, aunque solo lo hemos iniciado. ¿Qué nos queda por hacer? seguir avanzando por el mismo camino. Y con la convicción de que ese camino no va a tener marcha atrás. Tenes unos presupuestos en los que el 40% de las inversiones que contemplamos son producto de unos presupuestos participativos o los barrios olvidados de Martutene que ahora con las inundaciones han visto como ese olvido de años y años se ha terminado cuando hemos ido allí a dar la cara y a comprometernos y ellos se han sentido implicados con las decisiones que se toman ...

Bueno, los vecinos también les sacaron los colores a los políticos esos días.

Eso ha sido una manipulación informativa contínua. No refleja la realidad. Hemos tenido un bloqueo informativo total, incluso distorsionando lo que es la realidad. Y este poder es muy difícil de combatir. Para superarlo hemos estado con la gente, trabajando con ella. Te puedo decir que en cuatro años he tenido que ir allí muchas veces, y en momentos muy malos, pero también momentos normales. En las últimas inundaciones de hace unos meses, en 48 horas creo que fui hasta diez veces, y es normal que haya mal genio en ese momento porque te has quedado sin casa, sin garaje, pero solo dos o tres se me acercaron muy beligerantes. El resto, o bien pedía más o, la mayoría, agradecía el esfuerzo compartido que se ha hecho allí.

Si algo ha quedado claro en esta campaña es que Izgirre es el adversario a batir por todos los demás: el objetivo compartido es que usted no repita en ningún caso como alcalde.

Lógico. Es que nuestro proyecto va en contra de la política al uso. Es un proyecto que cuando viene aquí una gran entidad financiera y se sienta donde estás tú y nos dice que quiere recalificar unas viviendas porque no les sale rentable la operación que está definida en el Plan General, se le contesta que sus intereses particulares no son los de la ciudad. Y al final se levanta y se va por esa puerta. Eso es justo lo contrario de lo que han hecho todos esos que ahora dicen que no quieren que siga EH Bildu. Sus intereses no se correspoden con los de la mayoría social de esta ciudad. Por eso necesitamos una mayoría amplia para que demuestre que no va a ser tan fácil justificar que un bloque tan diverso PSOE, PP, PNV y no sé quién más al final gobernara. Eso sería contra natura.

Todos ellos le acusan de gobernar desde la “imposición” y con tics “sectarios” decía el otro día el candidato del PNV, Eneko Goia. Y fruto de su minoría, con esos 8 concejales sobre 27, los proyectos de la ciudad se han paralizado.

No es cierto. Hemos logrado muchísimos acuerdos con la oposición. Hemos sacado presupuestos, reglamentos nuevos.

Hablan más de la paralización de los grandes proyectos.

Han salido adelante: ahí está Tabakalera, que estaba de capa caída y ha salido; todo el Urumea, que es nuestra gran inversión con más de 20 millones nuestros, pero logrando que el Gobierno se implique con otros 17 millones. La estación de autobuses famosa, que lleva 25 años sin hacerse. Y todo eso se ha hecho por unanimidad. La imagen que se quiere dar de que imponemos no es cierta. Hemos buscado el consenso siempre, pero es verdad que tenemos que gobernar y ante una situación de búsqueda de bloqueo por parte de la oposición, teníamos que avanzar. La ciudad no se nos ha parado. De hecho, está más activa que nunca. ¿que no hemos apoyado el tema del metro? es que ni es necesario y, además, no queremos agujerear la ciudad.

Tampoco están de acuerdo con el TAV. ¿Han ralentizado su entrada en la capital?

No lo estamos, y no hemos ralentizado nada. Un proyecto tan mal gestionado como el TAV no sé si existirá. Si lo hubiésemos gestionado EH Bildu nos habrían masacrado. Cada día que pasa es más caro, no sabemos cuando estará en funcionamiento y que no nos va a llevar a ningún lado. Es un despilfarro con dudas de rentabilidad económica, según el Tribunal de Cuentas español. Además, en un momento de crisis como éste, en el que se están recortando en sanidad, educación y políticas sociales, el PP y el Gobierno vasco, el dinero público hay que gastarlo donde hay que gastarlo.

Donde le han llovido críticas es en el proyecto de Capitalidad cultural 2016. Dimisiones, tirones de oreja de la Comisión europea, sin patrocinios privados.. ¿Qué ha pasado ahí?

Nosotros cogemos el proyecto en 2011, lo ganamos. A partir de ahí, efectivamente Bruselas nos ha dado tirones de orejas, a nosotros y a todas las capitales culturales europeas.

Pero yo le pregunto por Donostia 2016, no por la anterior capital cultural, ni por la siguiente.

La labor de la Comisión de seguimiento es ver dónde estan las carencias, plantear cómo corregirlas y ver si se está adecuando el proyecto. El último informe es de felicitación.

Pero en ese informe también se indica que la financiación privada no va bien, que los patrocinios no aparecen por ningún lado.

Dice que la financiación privada está coja de verdad y va muy retrasada. Y recomienda que lo trabajemos sobre todo de cara al legado, en el 2017 y siguientes. Pero se dice mucho más de la financiación institucional española, no entienden que no se sepa cuánto dinero van a poner al final y lo que está poniendo es muy poca cosa en comparación con otras capitales. No se acerca a los 11 millones previstos ni por asomo. Y con una injerencia política clara: estos proyectos sí apoyo, estos en cambio no los financio. Sobre los proyectos culturales, el 70% ya está definido y no el 30%, como creía Bruselas. Esto ya lo saben. Queda poco tiempo y hay cosas por hacer, está claro. Las empresas con las que he estado todas me han asegurado que quieren colaborar con 2016. Lo que hace falta es cerrar acuerdos. Pero estoy convencido de que va a ser un éxito. Europa siempre ha recomendado que no se haga lucha política de este proyecto.

¿Cree que si en Donostia hubiera gobernado otro partido, el apoyo del Gobierno del PP habría sido igual?

No entiendo que entre instituciones, en este tipo de proyectos, se pongan por encima las siglas. Si que hay diferencias según que color esté gobernando, y eso no puede ser. El respeto institucional tiene que estar por encima de la política. Y aquí ha habido un intento de castigo a la Alcaldía y a mi persona por el hecho de ser de Bildu. Y no ven que a quien castigan es a la ciudad y al proyecto 2016.

Las últimas encuestas no le dan caballo ganador. El PNV está fuerte. ¿La batalla va a ser con los indecisos, con los que les apoyaron antes y ahora igual prefieren otras fuerzas emergentes, aunque no se presente Podemos?

Las encuestas de 2011 nos daban cuatro y mira luego lo que paso. Soy escéptico con las encuestas, pero estoy convencido de que hay una mayoría social en la calle que a veces no se refleja en las elecciones. Y esa mayoría está hasta el gorro de la política al uso que se ha visto en esta ciudad durante décadas. Nuestro mensaje es que esa mayoría social debe reflejarse en las urnas el 24 de mayo porque si no puede que los que han hecho antes esa política se junten para echarnos, aunque sean tan diferentes y lo único que les una es que están dispuestos a gobernar a espaldas del pueblo.

¿Usted defiende que la lista más votada obtenga la Alcaldía?

La lista más votada es la que tiene la responsabilidad de mover ficha. El sistema del que nos hemos dotado es el que es y entran en juego muchas cosas. No te puedo decir más.

La pregunta era otra, señor Izagirre.

De buenas a primeras, la lista más votada es la candidata a gobernar.

Al final han tenido que poner la bandera española en el ayuntamiento. ¿Eso de la inhabilitación son palabras mayores o se les ha olvidado lo de la “insumisón a Madrid”?

Es una bandera que no vemos como propia y no nos representa en absoluto. Este ayuntamiento ha tenido que enfrentarse a muchos decretos y leyes que venían de Madrid. Es verdad que nos hemos vuelto locos para buscar resquicios legales en mil cosas, los recortes de Rajoy muy poco han afectado a los trabajadores de este ayuntamiento: ni trabajan más horas, ni les han quitado la extra, pero con la bandera española no hemos encontrado un resquicio legal y está puesta, sí. Y dijimos desde el principio que no íbamos a jugarnos una inhabilitación cuando suponía una oportunidad liderar en esta ciudad una transformación social desde el ayuntamiento y desde la calle. Fue una decisión política.

En 2013, organizó una conferencia internacional de alcaldes por la paz en San Sebastián. Hablaron de cultura de la paz, reconciliacion, de derechos humanos, etc. ¿Por qué les cuesta tanto decir a los de Bildu y Sortu que lo que hizo ETA estuvo mal?

Si algo hemos aprendido, no solo en esa conferencia, también en nuestros viajes a Irlanda, Palestina, Sáhara, es que cualquier cosa que se haga, la gente se tiene que sentir cómoda y que no haya condicionantes previos y nadie obligue al otro a utilizar tal o cual lenguaje. Que se hagan las cosas de manera inclusiva. Yo no voy a pedir a nadie que condene las torturas o los GAL, no sé por qué deben obligarme a utilizar otro lenguaje.

Es que parece que hay una voluntad por parte de Sortu de blanquear el pasado con esa postura de pasar de puntillas con las barbaridades que ha hecho ETA.

Lo que hay que decir es que en este país se ha generado mucho dolor y sufrimiento. Toca empatizar con el dolor del otro, es lo que he aprendido. Y sobre ese sufrimiento mutuo, decir que esto no puede volver a ocurrir.

Parece que solo quieren mirar hacia adelante, obviando el pasado y sin reconocer las responsabilidades de cada uno.

Yo te juro que no creo que se pueda mirar para adelante sin mirar al pasado. Y yo personalmente lo he hecho con un bando de Alcaldía: he reconocido que si he hecho algo que ha podido causar dolor a alguien, lo siento mucho. No tengo ningún reparo en mirar hacia atrás y en ver todo el dolor que haya podido ocasionar y compartirlo con quien sea. Lo que no quiero es que para poder hablar con alguien se me diga qué tengo que pensar o que tengo que decir.

¿Va a pagar la factura que le ha pasado Covite por las placas con los nombres de los asesinados de ETA en Donostia y que ustedes no han colocado, pese a haber un acuerdo de pleno en ese sentido?

A Covite se le ha ofrecido este ayuntamiento para que organice cuantos antes considere necesarios. Emitimos en la conferencia internacional de alcaldes los vídeos que nos remitieron. Pero lo que no puede ser es que cualquier ciudadano o asociacion haga un gasto y se lo pase al ayuntamiento.

¡Es que llevan más de un año sin cumplir el mandato del pleno del ayuntamiento! Y como son tan participativos...

No, no, el acuerdo municipal es una moción como otras que obligan a ejecutarlo porque son solo voluntades políticas. Cualquier cosa que hagamos debe estar en relación a los presupuestos que vayamos aprobando. Y así no se puede funcionar, evidentemente. Pero que quede claro el respeto total a todas las víctimas, también a las que representa Covite.

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