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“La legitimidad es fundamental como concepto en la vida política de un país democrático”

El coordinador de la comisión internacional sobre la deuda griega, Eric Toussaint, durante su comparecencia en la Cámara vasca /Foto: Parlamento vasco.

Natalia González de Uriarte

El coordinador de la comisión internacional que analiza la deuda griega, el politólogo Eric Toussaint, visitó por primera vez Euskadi hace 39 años. Desde entonces, según ha relatado, han sido varias las ocasiones en que se ha acercado de nuevo al País Vasco. El todavía limitado conocimiento de la realidad vasca no le ha impedido a Toussaint repartir consejos sobre las medidas a adoptar por el Parlamento vasco, donde ha comparecido a petición de EH Bildu, sobre todo porque se trata de recomendaciones aplicables, a su juicio, en cualquier país democrático que se precie.la comisión internacional que analiza la deuda griega

Por ello ha emplazado a la Cámara vasca a realizar una auditoría de la deuda, que según los datos expuestos por EH Bildu, ha crecido de manera exponencial. “No somos Grecia, pero aquí también la deuda que debemos pagar a través de los presupuestos del Gobierno Vasco ha crecido exponencialmente. La CAV pagaba de deuda 83 millones en 2009. Ahora en 2015, 989 millones, el 10% del presupuesto total”. Toussaint considera que salvando las distancias, ya que reconoce la gran diferencia “de momento” entre la situación que atraviesa Grecia y la de España, una auditoría “auspiciada por la Cámara Vasca podría ser un complemento al cometido del Tribunal de Cuentas. Sería un avance en la práctica de la democracia. La auditoria es un instrumento de transparencia de la gestión del dinero público. Se pueden combinar las herramientas de control ya existentes del Tribunal de Cuentas con un proceso más integral. No solo un ejercicio contable de tal o cual gasto, sino una revisión teniendo en cuenta el interés general. Consiste en analizar el proceso de endeudameinto desde un ejercicio democrático y eso implica la participación ciudadana en ese rendimiento de cuentas”, ha explicado Toussaint.

Cuestionable la legitimidad de la deuda de Euskadi

Cuestionable la legitimidad de la deuda de EuskadiEl politólogo asegura que si Euskadi se sometiera a tal inspección, como se está haciendo con Grecia, quedaría en evidencia que parte de la deuda del País Vasco es “ilegítima e ilegal”. “¿A qué puedo referirme? Por ejemplo, si se implementa una política que favorece al interés de una minoría, reduciendo impuestos sobre las capas más ricas del país, con mayores ingresos o si se implementa una política fiscal injusta. En el apartado de gastos, lo mismo. Si se abordan grandes obras no necesariamente decididas o respaldadas por la ciudadanía, con sobrefacturación de ciertas empresas, esto puede ser cuestionable desde el punto de vista del interés general. Esas decisiones endeudan a la sociedad en detrimento de otros derechos colectivos y por lo tanto es cuestionable la legitimidad de esa deuda”, ha explicado Toussaint.

El politólogo ha ofrecido también su diagnóstico sobre la salud del modelo europeo. Aunque mantiene su apuesta por la UE no esconde su preocupación por lo que ha denominado literalmente como “falta de democracia” en Europa. “Estoy a favor de una Unión Europa democrática y eso implica un viraje total porque hay tratados legales que no permiten un funcionamiento democratico de la Unión Europea”.

La desorientación de la ciudadanía

La desorientación de la ciudadanía A su juicio, “la democracia europea empieza a desesperar a más y más ciudadanos”. Parte de las pruebas de la crisis del funcionamiento del sistema democrático las localiza en el análisis de los resultados de las pasadas elecciones francesas y de los posteriores acontecimientos. “Un elemento para desentender la desorientación ciudadana es por ejemplo la actuación del presidente como Francois Hollande. Se había comprometido con los electores a no firmar ciertos tratados y ganó los comicios y un mes después los respalda en contra de la palabra dada. Imagínense el desconcierto de la ciudadanía francesa. La legitimidad de su comportamiento también queda en entredicho por no respetar su compromiso electoral. Si no puede ser sancionado democrático lo será en las urnas. Con casos como este se da alas a regímenes autoritarios que se van a presentar como la salida a la crisis democráticas como ocurrió en los años 30 en varios países. Espero de todos nosotros y de generaciones futuras una contribución para impedir ese escenario. Se trata de impedir la decepción continua de la ciudadanía, que el funcionamiento democrático integral les permita, no únicamente depositar su voto en las urnas, sino influir sobre el ejercicio del Gobierno”.

En este punto emplaza a los Gobierno vigente s a actual con responsabilidad y a ofrecer posibilidades reales de participación a la ciudadanía. “Sí, la mayoría de los Gobiernos son elegidos democráticamente pero no por ello es incuestionable la legitimidad de sus actos, sino ¿cual es la posibilidad que le queda a la ciudadanía de influir si el gobierno no respeta sus promesas electoras. La legitimidad es fundamental como concepto en la vida política de un país que se hace llamar democrático. Kant ya escribió que un señor puede comportarse respetando la ley y ser un criminal porque hay leyes en ciertas épocas que no consideran como crímenes actos que sí son criminales. El régimen del Apartheid, por ejemplo, fue fruto de una decisión legal, ¿pero legítima?”, ha concluido.

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