“Es imprescindible revisar la vasija de Garoña”
Después de que Nuclenor, la empresa que gestiona la central nuclear de Garoña, solicitase permiso para ampliar la vida útil de la central 17 años más, hasta el 2031, el Consejo de Seguridad Nacional solicita una lista de requisitos de seguridad “muy completa y exhaustiva” que Nuclenor tendría que cumplir para poder operar, según ha informado la consejera del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) Cristina Narbona en una entrevista en Radio Vitoria. Si los requisitos no se cumpliesen, obligaría al cierre definitivo de la central. En caso contrario, la decisión estaría en manos del Gobierno de Rajoy.
Entre las medidas que se solicitan, se encuentra la revisión de la vasija. Esta es del mismo fabricante que las de las centrales belgas que se han parado por detectarse graves deficiencias. Esto, en caso de que Nuclenor aceptase las condiciones, supondría una inversión “muy notable para la empresa y un tiempo importante por parte del CSN para evaluar si se cumplen las medidas requeridas”, ha explicado la consejera.
Según la práctica regulatoria sobre las renovaciones, estas tienen una vigencia de 10 años, pero Nuclenor ha pedido que la central prolongue su vida hasta 17 años. Por ello, Narbona cree de suma importancia que el CSN se pronuncie y aclare si la evaluación la hará a 10 o a 17 años, “que no es lo mismo”, ha puntualizado.
No hay que olvidar que la Comisión Nacional de los mercados y la competencia impuso a Nuclenor una multa de 18,4 millones de euros por cerrar Garoña antes de tiempo y ahorrarse 53 millones en impuestos. Ahora, podría no compensar a la empresa la inversión que debería hacer para adecuar la central a las nuevas condiciones para una década. Según Cristina Narbona, esa es la razón por la que la empresa ha solicitado que la vida se alargue 17 años y no 10 como se establece, “para que resulte rentable”. Ello requeriría “un importe muy elevado”, aunque la consejera no puede confirmar con rotundidad a cuánto ascendería.
Las áreas de influencia de Garoña “no deben preocuparse”
La consejera asegura que, desde el punto de vista de la seguridad, las personas que se encuentran dentro del área de influencia de la central burgalesa “no deben preocuparse” porque está bajo una supervisión “muy seria” por parte del CSN. Pero puntualiza que para confirmarlo, “se requiere la inspección a la vasija”.
Las organizaciones ecologistas no han dudado en opinar. Aseguran que, si la lista de requisitos es tan completa, es porque la central no podrá volver a funcionar. La consejera advierte que “es cierto que se trata de muchos requisitos”, pero que no puede anticipar la valoración. No ha querido dejar pasar la oportunidad para recordar que “el futuro debe avanzar hacia el uso de energías limpiar, seguras y renovables”.
