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El 'modelo inmigratorio vasco' da más oportunidades laborales a mujeres que a hombres

Manifestación de protesta de trabajadoras del hogar.

Eduardo Azumendi

El sector de las tareas domésticas se ha erigido en un nicho refugio para las mujeres de origen extranjero residentes en Euskadi durante el periodo de recesión económica. Así, el número de personas que trabajan en este sector ha aumentado: casi tres de cada diez personas de origen extranjero ocupadas lo están en este sector, cinco de cada diez en el caso de las mujeres. Este sector está copado por las mujeres de origen latino-americano, que muestran unas tasas de ocupación y una concentración muy altas, sobre todo en el caso de la población paraguaya, boliviana y del resto de América Latina. Sin embargo, la crisis también ha hecho que colectivos que anteriormente no accedían a este nicho laboral se hayan visto obligados a hacerlo, debido al impacto del desempleo en otros sectores y entre los hombres. Esta tendencia se ve muy claramente en el caso de las mujeres de origen magrebí o subsahariano. Esta es una de las conclusiones del último informe del Observatorio Vasco de Inmigración-Ikuspegi, centrado en el mercado laboral y la mujer inmigrante.

Con estos datos, Ikuspegi afirma que el modelo inmigratorio vasco se ha afianzado durante el periodo de crisis económica. “Si ya en el periodo previo a la crisis este modelo ofrecía más oportunidades de acceso al mercado laboral para las mujeres de origen extranjero, con la crisis del sector de la construcción esta tendencia se ha intensificado y muestra mayores oportunidades para mujeres que para hombres”. Este modelo se basa en la relevancia del sector de las tareas domésticas y el peso dentro de este de las mujeres de origen latinoamericano. En los últimos dos-tres años está llegando mayoritariamente población de origen latinoamericano muy feminizado –Nicaragua y Honduras, pero también procedencias más clásicas y que estaban estancadas como Colombia–, que muestran un acceso al mercado laboral a través del sector de las tareas domésticas y de los cuidados muy marcado e intenso.

Lo que queda claro es que la crisis no ha afectado por igual a hombres y mujeres extranjero, a diferencia de lo que ocurre con los nacionales. Mientras que los hombres inmigrantes han visto reducida su ocupación de manera más intensa, las mujeres prácticamente no han sufrido descenso en su ocupación y siguen presentando una tasa de desempleo menor que la de los hombres, una pauta que ya se detectaba en 2010. De esta forma, el desempleo tiene mayor incidencia en el caso de los hombres (45,3%) que en el de las mujeres (33,8%).

Salud económica

Ikuspegi observa un escenario en el que son las mujeres latinoamericanas las que tienen el acceso laboral más favorable, mayor que el de los hombres de su misma procedencia y notablemente superior al del resto de colectivos.

Y según el Observatorio, este incremento de la inmigración a Euskadi de mujeres latinoamericanas es uno de los mejores indicadores de la salud económica de la sociedad vasca. Este relanzamiento inmigratorio de las poblaciones latinoamericanas permite afirmar al Observatorio que la clase media vasca “siente un suelo más firme, solicita inmigración y que, en gran medida, una parte muy relevante de la población vasca vuelve a parámetros similares a los del comienzo de la crisis”.

Dicho de otra manera, la población femenina latinoamericana es uno de los mejores indicadores de la salud económica de la sociedad vasca. “Cuando aquella crece, la situación económica mejora o se estabiliza, y viceversa”.

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