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Las instituciones siguen muy lejos del 0,7% para cooperación al desarrollo

Un proyecto de cooperación recogido en el libro: 'La fábrica de la felicidad', en Mozambique.

Aitor Guenaga

La cooperación al desarrollo sigue siendo una asignatura pendiente para las principales instituciones vascas. Ninguna de ellas ha consignado en los presupuestos de este año el 0,7% para proyectos de cooperación al desarrollo tanto en los países empobrecidos como para la sensibilización y la educación en el primer mundo. Con la “excusa” de la crisis, las partida para la cooperación o se ha estancado o se ha reducido drásticamente, lo que tiene una incidencia muy negativa en las zonas más deprimidas del planeta y en los derechos básicos de sus comunidades en materia de educación, sanidad, pero también de políticas de igualdad para las mujeres, infraestructuras o en la alimentación.

Un estudio realizado por la Coordinadora de ONGDS de Euskadi, que agrupa a 82 asociaciones dedicadas al desarrollo con más de 110 sedes implantadas a lo largo del País Vasco, revela que la recuperación de la inversión pública en estas partidas se está produciendo muy lentamente y en algunos casos “claves políticas” con discursos que defienden que “lo primero son los pobres de aquí” han hecho retroceder políticas basadas en una cooperación al desarrollo a largo plazo como las instituciones vascas. Y no es nada “constructivo enfrentar prioridades de aquí con las del sur”, sostiene el informe.

“No hay estabilidad económica en los proyectos de cooperación, y de esa forma no existe garantía de continuidad y de que no haya bajadas presupuestarias en los años siguientes, lo cual tiene un componente claro de irresponsabilidad” por el hecho de que se puede terminar dilapidandos fondos públicos, critican desde la cordinadora.

Uno de los casos más significativos que revela el estudio es el de el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. “Ha pasado de liderar junto a Córdoba el gasto en cooperación al desarrollo con un 0,91% el año pasado a que en los presupuestos prorrogados de 2015 la partida prácticamente desaparezca con un 0,06%”, denuncia Mila Domínguez, representante en Bizkaia de la coordinadora. ¿Qué explicación puede tener este caso? Influye la cuestión política, explican desde la coordinadora. Cuando ha habido presupuestos pactados con la oposición, este capítulo ha estado en la agenda presupuestaria del consistorio alavés. Es lo que ocurrio en 2013 y 2014, donde los partidos de la oposición lograron que el PP incluyera partidas del 0,42% (2013) e incluso se superara la barrera del 0,7% al siguiente año, colocando la partida en un histórico 0,91%. “Se ha jugado con la cooperación por parte de los partidos”, censura.

En general, el estudio revela que los ingresos destinados a proyectos de cooperación en los países empobrecidos han aumentado un 3,6%. Las medias absolutas de esos proyectos por entidades suben de algo más de 810.000 euros a poco más de 841.000, pero en cambio el “número de proyectos activos en las organizaciones que se dedican a la cooperación continúa descendido: la medida era de 25,7 proyectos anuales en 2010, descendió hasta los 18,9 en 2013, pero ahora en 2015 ha bajado hasta los 15,1. Este es uno de los males endémicos que ha dejado la crisis en la cooperación al desarrollo en Euskadi: ”la falta de continuidad en la financiación, por los recortes producidos en estos años de crisis en la mayoría de los casos, repercute en la sostenibilidad a largo plazo“, explica Domínguez. ”Pese al aumento en la financiación, un 41% de entidades ha dejado de trabajar con alguna entidad local en 2014; y una de cada tres (el 26,2%, exactamente) ha dejado de trabajar en alguna zona geográfica de los países empobrecidos, normalmente África y Asia“, precisa la portavoz de la coordinadora.

Euskadi, a la cola en gasto

¿Qué instituciones salen mejor paradas? Desde 2008, en general, las tres diputaciones han retrocedido en relación a los ultimos presupuestos aprobados, los de 2015. Así Bizkaia ha pasado del 0,64% al 0,32%, Gipuzkoa del 0,58% al 0,52% y Álava del 0,65% al 0,28% presupuestado para este año. El Ayuntamiento de Bilbao pasa de 0,54% en 2008 al 0,41%. La única nota positiva de incremento presupuestaria la ha dado la capital donostiarra, hasta las elecciones de mayo pasado en manos de EH Bildu. San Sebastián ha pasado del 0,45% de 2008 al 0,68%. En el caso del Gobierno vasco, la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo, dependiente de Lehendakaritza, ha pasado de los 35,5 millones de euros del pasado año, a los 40 consignados para este año, pero aún está lejos de los 45 millones que destinaba el Ejecutivo en 2008, recuerdan desde la coordinadora. Las diputaciones han presupuestado para este año 4,9 millones en Bizkaia, 3,9 en Gipuzkoa y 1,1 millones en Álava. Los consistorios: Bilbao 1,9 millones, Donostia 1,3 millones y Gasteiz 223.563 euros.

De hecho, el País Vasco destinó en 2013 un 8,06% del total de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), por debajo del 15% al que se comprometieron. Este dato sitúa a Euskadi como la sexta comunidad que menos apuesta por este sector, según remarcó recientemente la ONG Medicus Mundi España. Y eso pese a que la Ley Vasca de Cooperación, aprobada en 2007, fijaba para 2012 el compromiso institucional de destinar a cooperación al desarrollo el 0,7% de las administraciones vascas. Los consistorios de Vitoria y San Sebastián, además, ha incumplido parte de los compromisos adquiridos tras la firma en 2010 del Pacto contra la Pobreza para contribuir a la erradicación de la pobreza.

Por todo ello, la Coordinadora de ONGs de Euskadi exige acabar con los recortes -“entendemos que haya menos dinero en crisis, pero no que se reduzca el porcentaje”, destacan- y aunque aprecia una leve mejoría presupuestaria para la cooperación cree que va “muy lenta” y se sigue “condenando a la pobreza a las personas más vulnerables”. En el caso de la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo, se destaca como aspecto negativo “la dificultad para responder a sus requerimientos” y el “exceso de burocratización y la falta de cobertura de zonas geograficas como Asia o África”. “La excesiva burocracia supone un ”importante gasto de recursos“ para las asociaciones dedicadas al mundo de la cooperación.

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