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Urkullu pretende reforzar el pacto con el PSE

El Gobierno vasco, presidido por Íñigo Urkullu, se ha reunido en el Palacio Miramar de San Sebastián.

Aitor Guenaga

San Sebastián —

El nuevo curso político ha comenzado en Euskadi con un lehendakari preocupado por las estabilidad institucional. Íñigo Urkullu ha arrancado esta “nueva realidad política” que se vive en España y Europa -marcada por el horizonte del referéndum sobre la independencia de Escocia en tres semanas y la convocatoria de la consulta en Cataluña- con los ojos puestos en los socialistas. El partido que liderará Idoia Mendia a partir de finales de septiembre ha dejado claro que los futuros presupuestos vascos tienen que tener una apuesta por el gasto social, dado el buen comportamiento que ha tenido en los ocho primeros meses la recaudacion fiscal en los tres territorios vascos.

Y el lehendakari ha querido coger ese guante. De hecho, tras la primera reunión del consejo de Gobierno celebrada en el Palacio Miramar de San Sebastián, Urkullu ha reiterado la vocación social del proyecto de Presupuestos que los diferentes Departamentos de su Gobierno ya están preparando. Íñigo Urkullu ha asegurado que “más de dos de cada tres euros” de las Cuentas de 2015 estarán destinadas a gasto social en materias como la sanidad, la educación y las prestaciones sociales para mantener el “modelo vasco de protección social”. Un porcentaje que ya tienen los presupuestos de este año, con un montante total que supera los 10.200 millones de euros.

Consciente de la importancia de mantener la “estabilidad institucional”, Urkullu ha querido defender de saque el acuerdo para la creación de empleo y la reactivación económica -que incluía una reforma sobre impuesto y un acuerdo por la lucha contra el fraude y la elusión fiscales- rubricado con los socialistas en septiembre pasado. Y en dos ocasiones en su comparecencia tras el consejo de Gobierno ha remarcado que ese acuerdo está firmado con un horizonte de duración que se extiende hasta 2016. El Ejecutivo vasco no teme que los cambios de liderazgo que se van a producir en el PSE -la militancia elegirá el próximo 16 de septiembre a la sustituta de Patxi López, Idoia Mendia, la única candidata que se ha presentado para secretaria general- “No tengo que tener temor a los cambios en la Ejecutiva del PSE”, ha subrayado confiado Urkullu, quien ha calificado el pacto de “positivo” y ha animado a “profundizar en esa estabilidad que es necesaria” para asentar la recuperción económica.

Pese a todo, los socialistas ya han dejado claro dos cosas: que la mejoría en la recaudación tributaria tiene que notarse en el gasto social de las Cuentas de 2015 -algo que ha expresado la futura secretaria general, Idoia Mendia- y que no están muy contentos con los retrasos que se han producido en la aplicación de algunas de las medidas de evidente tinte social y de creación de empleo recogidas en el citado pacto.

Gastar lo que no se tiene

¿Habrá entonces unos presupuestos expansivos para el año que viene? Urkullu reconoce el buen comportamiento de la recaudación tributaria y de los indicadores de crecimiento del PIB, en el turismo, en las exportaciones, el consumo o las hipotecas en los últimos meses. Incluso en un tono abiertamente optimista considera que “estamos superando lo peor de la crisis, pero cree que hay que mantener la prudencia y ”tener los pies en la tierra“. Y además enumera dos ingredientes que lastran la posibilidad de plantear unas Cuentas abiertamente expansivas también en el gasto social: el límite de déficit fijado para Euskadi para el próximo año, del 0,7% del PIB, y el pago de ”los 1.000 millones en intereses y amortización de la deuda“ contraída por los anteriores Gobiernos, entonces en manos de los socialistas vascos.

Con esos mimbres, el presidente vasco cree que “va a ser muy difícil” presentar unas Cuentas expansivas. Y también ha lanzado un aviso a los socialistas: “Este Gobierno no va a gastar más de los que ingresemos. No vamos a gastar lo que no tenemos”, ha subrayado. Con todo, Urkullu ha evitado expresamente sumarse al grupo de Ejecutivos en Europa que encabeza Angela Merkel o Mariano Rajoy que apuesta por las políticas de austeridad. “De la crisis no se sale con austeridad, sino con rigor”, ha señalado tras la primera reunión de su Ejecutivo después del parón estival.

Modelo escocés

El lehendakari también es consciente de que el tiempo que se abre, con una larga precampaña electoral de nueve meses hasta las elecciones municipales y forales de 2015, es más propicio para que los partidos remarquen sus diferencias y sus perfiles políticos frente a sus adversarios, que para los acuerdos. Por eso ha pedido a todas las formaciones que estos nueve meses de precampaña “no condicionen la estabilidad institucional”.

En materia de nuevo estatus político, Urkullu ha reiterado que “podemos mirarnos en el modelo escocés”, un modelo que ha resumido como el del acuerdo entre dos Gobiernos que luego es planteado para su ratificación a la sociedad. Urkullu ha vuelto reiterar su receta para Euskadi: diálogo, negociación, acuerdo y consulta. Pero sin “prisas”. Y dejará que los trabajos de la ponencia parlamentaria sobre autogobierno marquen el ritmo, una dinámica parlamentaria que no piensa “usurpar”.

Mientras tanto, más autogobierno. El lehendakari ha señalado que en la próxima reunión que mantendrá con el presidente Rajoy -aun sin fecha- le preguntará cuál es su compromiso con el autogobierno vasco y con el “grado de cumplimiento del Estatuto de Gernika”, pero también le planteará las materias en las que hay desacuerdos evidentes: los 1.000 millones del cálculo del Cupo, los conflictos competenciales que están presentados en el Tribunal Constitucional (más de una veintena) por “invasión de competencias” y otras materias como las inversiones en el TAV o cuestiones de Seguridad. “No queremos despreciar ninguna de ellas”, ha apuntado.

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