El montaje inaugural de San Sebastián 2016 “no funcionó”
“El puente de la decepción”. Así califica el diputado de Cultura de Gipuzkoa, Denis Itxaso (PSE) el montaje inaugural de San Sebastián 2016, que se desarrolló desde el puente de María Cristina. El evento ideado por el exmiembro de la Fura dels Baus Hansel Cereza reunió a alrededor de 50.000 personas, pero la mayoría no pudo seguirlo y entenderlo debido a que no podía contemplarse adecuadamente desde el lugar reservado al público. Es decir, “no funcionó”. Esa es la conclusión de Itxaso y también del alcalde de San Sebastián, Eneko Goia (PNV), para quien el evento “no cumplió las expectativas”.
“No se trata de hacer sangre, pero sí de ser sinceros, transparentes y honestos con el público. Por eso hay que admitir que el montaje no funcionó”. En una entrada en su blog, Itxaso afirma que a la hora de hacer balance de las actividades inaugurales es “inevitable” hablar de “decepción y cabreo” que “mucha gente se llevó” con ese espectáculo.
Se trataba del acto central de la inauguración, que se ha llevado más del 50 % del presupuesto destinado a la inauguración. Entre las razones que cita para que la “conceptualización artística” resultara “fallida” figuran que “la visibilidad no era buena para la mayoría de los espectadores” o que la versión de la canción Baga Biga, de Mikel Laboa, empleada “no ayudó al climax que se perseguía provocar”. Considera, además, “que se trataba de un montaje pensado más para la televisión que para presenciarlo en directo”. Según Itxaso, “si no se acepta con claridad y a tiempo” lo sucedido “el riesgo de que la ciudadanía se distancie” del proyecto de San Sebastián 2016 “será mayor”.
Por su parte, el alcalde ha destacado el esfuerzo de recurrir a un escenario de la ciudad diferente, ligado al río y con el puente como protagonista, un elemento recurrente en la capitalidad de San Sebastián cuyo lema es 'Cultura para convivir'. “Se podría haber optado por algo fácil como fuegos artificiales en la bahía de La Concha, pero no es ese el objetivo de la capitalidad”, ha indicado Goia, quien ha subrayado que “el reto es descubrir nuevos espacios y eso exige ser arriesgado y osado”.
Diferencias en la percepción
Mientras, el director de Donostia 2016, Pablo Berástegui, ha considerado que la realización se desarrolló de “forma correcta”, pero “no dejó satisfechas a las 50.000 personas que lo presenciaron” aunque ha habido “diferencias en la percepción” según el nivel de implicación en el proyecto de las personas o de la “cercanía” con la que lo contemplaron.
“La visibilidad no era tan óptima como esperábamos”, ha indicado, pero ha rechazado que hubiera un “error de base” en la concepción del espectáculo para poder ser visto por la multitud.
“Más allá de opiniones subjetivas”, ha indicado, “estamos satisfechos de haber intentado hacer este ejercicio de visualizar la convivencia de forma audiovisual a través de un espectáculo que ha tenido momentos muy buenos y también detractores”.
