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“He visto a pacientes esperar 13 horas en Urgencias hasta que les han subido a planta”

Eduardo Azumendi

“Ha habido momentos en que hasta diez pacientes han tenido que esperar en sillas en el servicio de Urgencias a que se libere un box para acostarse. Es un problema muy grave porque son pacientes que precisan ser atendidos rápidamente”. Las enfermeras del servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Álava, en su sede en Txagorritxu, han descrito así en el Parlamento una situación que vienen sufriendo desde hace un año aproximadamente y que se agrava coincidiendo con temporadas como la de la gripe. La urgencia se ha quedado pequeña para el volumen de pacientes que soporta y la solución parece lejana, al menos de momento. Al problema estructural se añade también el organizativo, según Arantza Sierra, responsable del Sindicato de Enfermería de Álava. “La ciudadanía no conoce muy bien cómo se deben usar las urgencias; las altas se demoran y no se puede ingresar pacientes en plantas. He llegado a ver a pacientes esperar 13 horas en Urgencias hasta que le han subido a planta”. Lo que está claro es que si hacen una encuesta de satisfacción a las enfermeras de Urgencias no saldría igual de bien que al resto de la población“.

El principal problema es cuando los pacientes deben aguardar en sillas de ruedas al lado de un box. “Sufren una falta de confort, pérdida de intimidad, pueden llegar a vomitar en la silla delante de todos. La disminución de la calidad asistencial es evidente”, ha relatado Sierra ante los parlamentarios.

A la espera del solución definitiva, SATSE solicitó una enfermera más en el turno a partir de las dos del mediodía. “Pero la dirección no ha dado ninguna respuesta. El problema preocupa a todos, pero incide más en las enfermeras”. En la actualidad, Txagorritxu cuenta con 27 boxes de urgencias, que se elevan a 29 si se suman “dos camillas que se han habilitado con biombos”. Según Sierra, el ratio óptimo es de una enfermera por cada cuatro pacientes, una media que se eleva hasta siete pacientes en el caso de Txagorritxu.

Lo cierto es que los servicios de urgencia cada vez son más frecuentados por la ciudadanía. Hay más pacientes crónicos (diabetes, hipertensos, bronquíticos...), sube lo que se conoce como 'pacientes frágiles' (personas por encima de los 80 años a las que cualquier accidente o percance les convierte en dependientes). “Para la enfermería es muy importante la psicología y poder hablar con el paciente. Para saber mejor lo que tiene y para tranquilizarle. Pero con esta carga de trabajo es muy complicado hablar. Los boxes se van llenando y los que llegan no pueden ser acostados, hay que dejarlos en sillas”.

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