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“Nuestra obligación es formar un Gobierno por el derecho a decidir con PNV y Podemos”

Miren Larrion, candidata de EH Bildu por Álava.

Aitor Guenaga

A Miren Larrion (Legazpia, 1969) le ha tocado saltar a la liga de campeonas políticas por “imperativo legal”, que se decía en la vieja etapa en la que la izquierda abertzale se llamaba Herri Batasuna (HB). Es la candidata oficiosa de EH Bildu, después de que el Tribunal Constitucional cerrara el paso a Arnaldo Otegi, aunque ella dice que “somos tres las candidatas”. Y, previsiblemente, aunque “eso lo decidirán las bases”, precisa esta ingeniera industrial, llevará la voz cantante en el futuro Parlamento vasco, donde no se sentará Otegi.

Artífice del acuerdo para desalojar al candidato más votado en la capital alavesa, Javier Maroto, de la alcaldía de Vitoria-Gasteiz, hasta el dirigente popular ha reconocido el capital político de Larrion, que recibe a eldiarionorte en el despacho del Ayuntamiento, a primera hora de la tarde.

En la mesa, a bolígrafo, unas cuartillas con la intervención del mitin de esta tarde en un pueblo alavés. Aunque lleva mucho tute en el cuerpo de campaña electoral, reconoce que es justo ahora cuando le está cogiendo el gustillo. Amable en las formas, su discurso, casi cautivador, resulta implacable a la hora de censurar la “tremenda indefinición” en la que se haya el candidato del PNV, Iñigo Urkullu, en torno al “derecho a decidir” y su doble carril de “principio de legalidad y principio democrático”. “Y no ser claro en política siempre es sospechoso”, censura.

Le encanta la universidad y el trabajo de investigación que realizaba antes de dar el salto a la política. “Es mi vida, la política es el kit kat que te toca por los compromisos que tienes cuando te llaman y das el paso. Soy una apasionada y volveré”, avisa una persona que ha llegado a la política a los 46 años y que guarda el billete de vuelta a la universidad. Sobre la violencia terrorista, sigue con la misma mochila pesada: ni condena a ETA, ni reconoce el daño injusto causado.

Arnaldo Otegi ha dicho que en la próxima legislatura ve “grandes acuerdos y grandes pasos hacia la soberanía”.

Efectivamente. En la pasada legislatura hubo 48 de 75 escaños en favor del derecho a decidir, los sondeos dan hasta 58 para el futuro Parlamento, un 70%. Si no somos capaces de articular esto políticamente es que algo estamos haciendo muy mal.

Pero los sondeos también revelan que la principal preocupación de los vascos no es la independencia, sino el paro y la situación económica.

Por supuesto. Son la dos caras de la misma moneda. Son esas circunstancias económicas en las que estamos las que nos obligan a plantear la necesidad de soberanía. Y lo dicen personas como Pedro Echenique, Jon Azua, el rector de la Universidad, que no son sospechosos de ser de EH Bildu: para hacer frente al reto económico actual necesitamos soberanía. ¿Por qué no sale la OPE (oferta pública de empleo) que necesitamos en Osakidetza? Porque hay una ley española que lo impide. ¿Por qué no se están haciendo políticas activas de empleo? Porque hay una ley en Madrid que lo impide.

¿Por qué EH Bildu reivindica ahora a personas que son abiertamente del PNV como Azu, Echenique o el propio exlehendakari Juan José Ibarretxe?

Es que ha sido ahora cuando estas personas lo han dicho tan claramente. Los vascos hemos planteado hasta ahora la cuestión identitaria como un asunto emocional, y la parte de racionalidad es la que se está poniendo más sobre la mesa. La gente está dando esos pasos ya.

¿Cree usted que el vídeo de los socialistas sobre el euskera fomenta el odio, como dijo la candidata de su partido Maddalen Iriarte?

Es muy doloroso que los consensos logrados con el euskera se vendan tan baratos por unos votos. Yo soy euskaldunberri (el euskera no es su lengua materna). Me he formado haciendo un esfuerzo para aprenderlo a una edad. Unos para acceder a unas oposiciones, otros porque lo veían necesario por la normalización, hemos sido miles y miles. Y de repente vemos que se utiliza este tema en una campaña electoral, después de lo que ha costado llegar a un consenso en la sociedad, y destrozarlo para lograr cuatro votos, pues... A mí me recordaba a lo de Maroto, que para conseguir más votos lanzó su mensaje más xenófobo. A Maroto no le importó la convivencia. ¿De verdad al PSE tampoco le importa el consenso? ¿Ese es el nivel que tenemos en política?

EH Bildu es el único que ha hablado de pactos en esta campaña: con su oferta de 'Gobierno a la navarra' junto a PNV y Elkarrekin Podemos. ¿Creen, de verdad, que eso es factible en el País Vasco?

Tenemos entre PNV, Podemos y nosotros casi el 70% de representantes que está en esa clave del derecho a decidir. Es que nos lo pide la gente, es casi nuestra obligación llevarlo adelante. Proponemos un acuerdo de país y de gobierno en esa clave. El PNV dice que si pueden, van a gobernar solos, pero la aritmética no da. Y va a tener que optar: el PNV se va a mirar al espejo y no tiene ya mucha excusa.

El PSE también le ha exigido al PNV que debe explicar antes de las elecciones para qué van a servir los votos que coseche.

Claro, tiene que decidirse. No ser claro en política siempre es sospechoso.

Urkullu ha aclarado en una entrevista este mismo martes que eso de crear un Estado vasco es una “imagen del pasado”.

Llevamos a la gente sin preguntarle qué quiere 37 años. Y las elecciones cada cuatro años y el voto delegado no me valen. Igual quieren una reforma del Estatuto de Gernika u otra cosa. Nosotros decimos que con el derecho a decidir, este pueblo quiere avanzar hacia la soberanía. Cuando planteamos ir con PNV y Podemos, no estamos hablando de que nos van a coger al dictado la propuesta.

Parece que a Urkullu no le suena mal lo de la propuesta de la claridad formulada por Pili Zabala, más que la constitución de un Estado vasco.

Es una interpretación muy parcial del Acta de Claridad canadiense, que recoge el derecho de independizarse de cualquier provincia canadiense y en qué términos se haría el diálogo consensuado entre ambas partes. Recoge el camino hacia la creación de un Estado.

Pero es que ustedes se miran en el espejo catalán y su vía unilateral y el PNV, pues no. Otegi dijo el otro día que EH Bildu estaba dispuesto a acompañar “por última vez al PNV a Madrid” con un planteamiento de nuevo estatus.

Cada nación tiene que hacer su propia hoja de ruta, ni la de Quebec es la de Escocia, ni ésta la de Cataluña, ni la vía catalana va a ser la nuestra. Pero el final es un Estado independiente cuyo autogobierno sea real y soberano.

Pero es Europa la que impone los límites y las políticas a los Estados.

No es tan claro. Hay políticas diferentes según cada Estado, y cada uno tiene un nivel de soberanía que nosotros no tenemos. Y hay márgenes, como por ejemplo en materia del impuesto de sociedades, que aquí está por debajo de la media de la UE. En cambio, las políticas de austericidio, ésas sí que se aplican.

Entonces, el planteamiento de Urkullu de defender a la vez el principio de legalidad y el principio democrático, ¿cómo le suena?

El PNV se mueve en la absoluta indefinición, en no aclarar nada antes del 25S.

Sinceramente, ¿ustedes ven mimbres en la sociedad vasca de millones de personas, como en Cataluña, para ir hacia la independencia?

Yo salgo a la calle y por eso no hago el paralelismo con Cataluña. Partimos de una posición muy distinta, pero tenemos también nuestros mimbres: por ejemplo una mayoría sindical [ELA y LAB] que desde 1997 ya nos indicaba que el Estatuto de Gernika estaba acabado y que teníamos que dar pasos. La misma que este martes se manifestaba frente a la sede de Presidencia en campaña electoral, algo inusitado.

¿Tienen plan B si el Congreso de los Diputados vuelve a decir 'no' al nuevo estatus como en febrero de 2005?

Primero, acordamos entre los tres partidos una pregunta clara, tenemos la mayoría amplia, como exige el Acta de Claridad, y lo intentamos negociar con Madrid dentro del marco actual. Dice Podemos que si la mayoría es muy grande, Madrid lo tiene que admitir. Maravilloso, no necesitamos un plan B. No me lo creo, la verdad. Nosotros decimos que hay que seguir adelante, diga lo que diga Madrid. Pero eso requiere un trabajo que debe ser consensuado entre los 58 diputados, los tres partidos.

Y el resto de la gente que no defiende la opción del derecho a decidir, ¿queda excluida?

Al revés, va a ser un planteamiento muy integrador.

Pues ya me explicará cómo integran a los que votan a UPyD, Ciudadanos, PP y PSE-EE.

¿Cuál es el problema? Avanzar con una determinada mayoría no implica excluir a nadie. No significa que el resto no va a poder ni hablar, ni participar.

¿Vale cualquier mayoría? ¿No habría que intentar ampliar las mayorías y los consensos existentes para algo tan importante como el autogobierno de una comunidad política?

¿Cuál es la que se necesita para aprobar una Constitución? ¿Por qué cambiamos los juegos de mayorías en función de las preguntas? Sabemos que hay un consenso anterior de hace 37 años, pero superar el consenso del Estatuto, del 90%, es improbable. Ese planteamiento es hacer trampas. Un proceso de soberanía de un país tendrá que ser gradual.

¿Cómo le gustaría que fuera el relato de lo que ha ocurrido en este país en relación a la violencia?

Abierto a todo el mundo, no solo debe estar dirigido por las instituciones, entre todos para que nadie se sienta excluido. Y debe servir para cerrar heridas, no para reabrirlas. Debería ser incluyente, aunque al principio igual no hay una visión que aceptemos todos. Nunca vamos a contentar a todos, y desde luego no al inicio.

¿Qué lugar deben ocupar las víctimas del terrorismo en ese relato, en ese proceso?

Todas las víctimas, no podemos hacer una diferenciación entre víctimas. No hay un relato para unas y otro para otras, no sé diferenciar el dolor. Otra cosa son los víctimarios y el origen de ese dolor. Yo respeto a todas, y pido para todas justicia, reparación y compromiso de no repetición.

Cuando a Otegi le preguntan por el pasado, se revuelve, no le gusta hablar de la mochila que arrastra en relación a la violencia terrorista de ETA. Parece que ustedes siguen en un bucle del que no saben cómo salir. ¿Qué debería hacer la izquierda abertzale que nunca ha condenado a ETA para salir de él?

Yo hablo por EH Bildu, no de la izquierda abertzale. Estamos en campaña electoral, queremos contar las propuestas y que constantemente se intente que la mitad de las entrevistas vayan de esto... pues.

Pues ya ve, es la pregunta 18 de este cuestionario.

Hay una intencionalidad constante de situarnos ahí. Cuando habla del bucle... yo ya no sé qué tiene que decir EH Bildu.

Saber, sí saben, porque se lo han pedido el resto de partidos, las víctimas, etcétera, por activa y por pasiva.

Claro y por perifrástica. EH Bildu ha manifestado el compromiso firme e inequívoco de que rechaza cualquier tipo de violencia y su compromiso total con los derechos humanos. Y ahí entra que matar está mal, que torturar está mal. ¿Qué falta? Hemos reconocido que aquí ha habido una tragedia en términos políticos y humanos y que han sucedido cosas que no deberían haber sucedido. No sé cuántas veces lo hemos dicho. Da igual lo que diga o conteste porque no me están escuchando.

¿Cree que la condena de la actividad terrorista de ETA es un fetiche?

Son palabra excluyentes. ¿De verdad hay una diferencia con la palabra rechazar? El bucle no existe, de la espiral salimos hace tiempo. Somos los que hemos hecho la mayor autocrítica.

Pues los demás no lo ven así, no ven el reconocimiento del daño injusto causado.

Y, además, nos hemos comprometido a que cualquiera que quiera volver a la violencia nos va a tener enfrente. Vamos a hace todo para que eso no ocurra. Y dentro de tres años me lo van a volver a preguntar. Nos lo decía la Fundación Korta [José María Korta, asesinado por ETA en el verano de 2000], dejaos de postureos políticos y avanzar hacia la reconciliación. Y esto no dejan de ser postureos políticos.

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