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“Los partidos reparten cargos a los leales: afiliados y familiares. Es demoledor para la democracia”

Oscar Rodríguez.

Eduardo Azumendi

Oscar Rodríguez Vaz acaba de defender su tesis ‘Una visión de las causas de la desafección política en España y de las ideas para combatirla'. Rodríguez, politólogo y exparlamentario del PSE, advierte en su tesis contra la corrupción invisible que anega a los partidos, aquella que los ciudadanos puede que no perciban con tanta nitidez y que consiste en colocar sistemáticamente a los fieles (afiliados y familiares) sin mérito ni capacidad en los puestos institucionales. Según Rodríguez, este tipo de actuaciones resultan “demoledoras para la democracia” y para la credibilidad de los partidos.

Rodríguez, quien está afiliado al PSE, ha preguntado en su tesis tanto a dirigentes y militantes de base del PSOE y de Podemos. Su intención era conocer su  predisposición a abordar reformas en el sistema de partidos.

¿Qué entiende usted por desafección política?

No hay una convención respecto a su definición. Para construir el concepto que propongo analizo seis indicadores en 11 países de la Unión Europea. Indicadores como la confianza en el gobierno, en el parlamento, en los partidos, la percepción de la corrupción…La primera conclusión que saqué tras analizar los datos es que a pesar de la falta de confianza en las instituciones el interés por la política era mayor. Así, la desafección es un  sentimiento de distancia y desconfianza hacia la actividad de los partidos y de las instituciones, pero no hacia la política como tal.

¿Esa desafección puede llegar a cuestionar hasta la propia democracia?

Un politólogo recientemente fallecido decía que los partidos han dejado de cumplir la función que cumplían. Creo que las medidas urgían desde hace años. La política y los políticos siempre ocupan un lugar ‘privilegiado’ en la clasificación de las preocupaciones ciudadanas. Si no se hacen cambios muy profundos en los partidos y en su fucionamiento se puede llegar a cuestionar la legitimidad del propio sistema.

¿Los ciudadanos son más críticos o están más adormecidos?

Los ciudadanos no están adormecidos. Lo que ocurre es que no creen en los partidos o no van a votar. Eso no significa desinterés por la política, sino que desconfían de los actores que la protagonizan. Cuando surge Podemos uno de los motores electorales es la abstención. Bebieron de muchas fuentes en las elecciones europeas, pero, sobre todo, recogieron abstencionistas. Hubo gente que les vio como un elemento catalizador. Había interés por la política, pero no había ningún actor que interesase, hasta que apareció Podemos.

Es decir, que Podemos ha movido el ‘avispero’.

De mis datos, los afiliados de Podemos y del PSOE tienen claro que el sistema de partidos no sirve para resolver los problemas de la ciudadanía.

¿Y qué cambios requieren?

Ninguno cuestiona la democracia representativa. Piden cambios que democraticen y hagan más transparentes las estructuras de los partidos. Cambios que no son rupturistas, sino que piden que se haga bien lo que ya está puesto en marcha. Por ejemplo, las listas abiertas en procesos electorales. Podemos ha pervertido posteriormente las listas abiertas. Pablo Iglesias encabeza una lista y advierte de que quien no le apoye a él tampoco apoya a los que van en su lista. Es un ejemplo de cómo han desvirtuado en la práctica lo que proponían. Otra cuestión son las elecciones primarias. Se hacen para elegir al cabeza, pero el resto de la estructura no se elige así. De manera, que es el cabeza de lista el que escoge el resto de la estructura. Además, en unas primarias tiene que haber igualdad de oportunidades, de medios, deben contar con el censo…. Hoy en día, entre los partidos españoles que hacen primarias solo disponen del censo las opciones ‘oficialistas’. Los candidatos alternativos jamás disponen de ese censo. Se trata de unas primarias pervertidas. El 15M genera un gran afecto social y produce un movimiento en la política. Pero no cuestionaba el actual sistema, lo que buscaba es mejorarlo. Todos dijeron tomar nota, pero ha quedado en agua de borrajas.

Los políticos no pueden resistir la tentación de prometer cosas que saben perfectamente que no pueden cumplir.

Una de las razones de la desafección es esa. ¿Hasta dónde puede la política? La política y los políticos tratan de hacer ver que lo pueden todo y no es así. No lo pueden todo y terminan por confundir a los ciudadanos. Muchas veces vemos a un exaltocargo político en el consejo de administración de una gran empresa o en un alto tribunal. El ciudadano que lo ve desde fuera puede pensar: la política  

está  en todas partes, lo puede todo. Y es mentira. Puede que haya un exministro en el consejo de administración de una empresa eléctrica, pero puede que no pinte nada.

La política lo coloniza todo, lo que lleva a los ciudadanos a dudar de la imparcialidad e independencia de las instituciones.

Recuerdo un ejemplo reciente: Pablo Iglesias dijo algo así como que todos sabían que desde el Parlamento no se puede gobernar, que el que gobierna es el Ejecutivo y puede incumplir lo que le pida el Parlamento. Si Iglesias dice eso él mismo contribuye a que esa separación de poderes no exista. A pesar de esas declaraciones, se está viendo que se pueden hacer cosas.

Usted fue parlamentario vasco durante ocho años. ¿Notaba esa desafección?

Recuerdo que cuando salía el tema decían: ‘si hubiera desafección la gente no iría a votar’. Pero está demostrado que en los últimos procesos electorales la gente va a votar en contra de algo, no a favor de un partido. Es decir, que los ciudadanos se movilizan para que no salga triunfadora una opción en concreto. Eso es taparse los ojos y esconder la desafección detrás de un importante porcentaje de participación en unas elecciones.

Pero, ¿preocupa a los partidos o, por el contrario, se aprovechan de esa desafección para campar a sus anchas?

Es algo que preocupa a los buenos políticos. El problema es que hay mucha mediocridad en la política y esas es otra de las causas de la desafección hacia la política. Es un problema social, no solo de la política. Los mediocres no aceptan consejos de nadie y son opacos.

¿La política española está dominada por mediocres?

Creo que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, es un mediocre. Si a mucha gente de este país le parece lo mismo, en las encuestas de valoración está por los suelos y ha perdido más de cinco millones de votos y es presidente de Gobierno…..

La corrupción ‘invisible’ hace mucho daño a la política, pero es un concepto que a veces puede pasar desapercibida para la ciudadanía.

Cuando se habla de la colonización de la política los ciudadanos se quedan con las grandes instituciones, como tribunales de cuentas, de justicia. Es cuando los partidos tratan de pintar las instituciones con su logotipo. Un partido cuando llega al gobierno se equivoca si pretende convertir a la institución a su imagen y semejanza. Es algo que ocurre de manera muy frecuente. Hay personas de ese partido que ocupan cargos institucionales sin tener capacidad y lo hacen solo para mantener los equilibrios dentro del propio partido. Si pones al frente de una institución que está para gobernar a todos los ciudadanos a personas que a duras penas son capaces de gobernar su espacio dentro del partido genera desafección. Hay cantidad de estructuras de partidos políticas pagadas con sueldos públicos. Así, lo que hacen los partidos es repartir cargos entre los leales, básicamente afiliados y familiares, sin tener en cuenta su capacidad. Una institución nombra a un asesor, pero no pisa esa institución. Trabaja para el partido. Es algo admitido internamente y se conoce como ‘hacer partido’. Resulta demoledor para la democracia y para la credibilidad de los partidos. Pero es una costumbre arraigada y no cambia. Si hay que 'hacer partido' lo que hay que hacer es mejorar los mecanismos de financiación de los partidos y la política de cuotas. Si se trata de actores fundamentales de la democracia, ¿los partidos tienen que seguir siendo instituciones privadas? ¿No cuentan con medios económicos para hacer lo que tienen que hacer? Muchos políticos no miran al problema de frente.

Cualquier gran ONG de España tiene más financiación por las cuotas de los socios que todos los partidos españoles juntos. ¿A nadie le lleva a la reflexión? Si tu financiación es pública en un porcentaje altísimo, ¿por qué no rindes cuenta de cada uno de los euros que gastas? Un militante dentro de un partido tiene menos derechos que un ciudadano en la calle. Cualquier ciudadano puede pedir el gasto más nimio que haya hecho una institución, pero el militante no tiene esa capacidad en su partido. Y es dinero igualmente público.

La sumisión dentro del partido es total. Los leales no critican a la espera de que les den un puesto.

Ese es el peligro. Esta corrupción invisible puede terminar por cercenar la libertad de expresión dentro de los partidos. Hay muchos síntomas preocupantes. En torno a estas corruptelas pseudolegales e inmorales se esconce una pelea por mantener el poder.

¿Hay que militar en un partido para poder trabajar en la administración?

En Euskadi siempre se ha escuchado eso de ‘afíliate al partido hijo que tendrás un futuro’. El problema es la bajada de brazos de la ciudadanía que entiende como normal que el partido cuide el empleo de sus afiliados. Pues no debe ser así. Una cosa son los puestos internos del propio partido, pero cuando se habla de las instituciones no puede ser así. El principal accionista de las instituciones es el ciudadano.

¿La ciudadanía tiene su parte de responsabilidad?

 ¿Somos ejemplares a la hora de comportarnos? ¿Por qué durante tanto tiempo se votaba de manera masiva al PP en la Comunidad Valenciana cuando estaba claro que había corrupción?

¿Cómo ve el proceso de primarias del PSOE? ¿Es transparente? ¿Todos los candidatos tienen igualdad de oportunidades?

Me siento huérfano. El PSOE no ha hecho lo que tenía que hacer tras el aviso del 15M. Tenían que haber cambiado muchas cosas y no sé si el proceso actual va a permitir esos cambios o perpetuara un sistema que los ha impedido.

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