La patronal vizcaína carga contra las OPEs: desincentivan el emprendimiento
El presidente de la Confederación Empresarial de Bizkaia (CEBEK), Iñaki Garcinuño, cree que “las masivas convocatorias” de Ofertas Públicas de Empleo en Euskadi previstas para los próximos meses y años en casi todas las administraciones “desincentivan el emprendimiento”. En esta línea, ha alertado del “escaso ritmo de creación de empresas” a pesar de la recuperación económica ya que desde enero de 2014, año con menor número de empresas en funcionamiento, solo se han creado 2.000 empresas. Es decir, 500 por año. “Así tardaremos cerca de 11 años en volver a tener lo que tuvimos”.
En 2017 solo nacieron 97 proyectos empresariales y, en ese contexto, Garcinuño ha defendido “la necesidad de recuperar urgentemente el pulso emprendedor en Euskadi”. Pero, “la desigual competencia de un puesto de trabajo en la función pública frente al esfuerzo y riesgo que representa iniciar un proyecto empresarial es excesiva para una juventud que mide en ocasiones en horas de ocio y libertad la calidad de su futuro profesional”, se ha quejado.
A su juicio, “las masivas convocatorias de OPEs previstas para los próximos meses y años no van a ayudar al emprendimiento”. Por eso, anima a “inculcar la creatividad empresarial” y “mimar a los intrépidos” que se animan a dar el paso de crear su propio negocio.
Sobre la reciente encuesta sobre empleo hecha por la patronal vasca Confebask y que refleja dificultades para la contratación debido a una insatisfacción del candidato con la oferta salarial, Garcinuño no se explica “que haya calado la falsa idea de que las condiciones laborales, entre las que están las salariales, son generalmente precarias o malas en Euskadi”.
“Están claramente por encima del entorno” en el que las empresas vascas compiten. “Los salarios vascos son aún más elevados respecto de la media española” y “seguramente” también el coste de la vida en Euskadi, “pero eso no tiene por qué financiarlo la empresa vasca”, ha afirmado.
Según ha comparado, “los salarios de los funcionarios los pagan los ciudadanos, y si hay un exceso lo siguen pagando los ciudadanos”, mientras que “en las empresas, los salarios los pagan los clientes, y si hay un exceso que merme la competitividad de la empresa lo acabamos pagando todos los que formamos parte de la empresa, empresarios y trabajadores”.
