Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

“Nos podrán quitar el trabajo, pero nadie nos robará la dignidad”

Las Mujeres de Acero durante una manifestación en Avilés.

Eduardo Azumendi

Son las cinco de la tarde del 15 de junio. Alrededor de 40 mujeres se reúnen en una sala del Ayuntamiento de Zumarraga. Es fácil distinguirlas: la mayoría va ataviada con una camiseta naranja con la leyenda No al cierre de Arcelor Mittal Zumarraga. Esa tarde se han juntado para dar forma al documental que una productora va a grabar sobre su lucha por reabrir la acería de Arcelor Mittal en Zumarraga. El periodista de eldiarionorte.es aprovecha la ocasión para departir con ellas y averiguar hasta dónde están dispuestas a llegar. Se trata del primer movimiento organizado de mujeres de estas características en Euskadi, una comunidad que ha pasado por incontables cierres y reconversiones industriales. Ahora, esta 'marea naranja' que tan pronto se va a manifestar a Avilés como se planta ante el Parlamento vasco para pedir implicación institucional está dispuesta a seguir la batalla.

El pasado 15 de marzo la noticia cayó como una bomba atómica en la localidad guipuzcoana: Arcelor Mittal anuncia el cierre de la acería, de la que viven 350 familias. La empresa ofrece prejubilaciones, bajas incentivadas y recolocaciones en……Asturias, a 400 kilómetros de Zumarraga. Desde ese día, el pueblo vive con un hilo de angustia porque la acería da vida a gran parte de la población, desde los puestos directos a la empresa auxiliar pasando por el comercio.

Ainhoa Simal, mujer de un trabajador de la acería, es la que dio al nombre al movimiento: las Mujeres de Acero. “Nuestro grupo surge cuando el comité fue a hablar con la dirección y nos concentramos fuera de la fábrica a esperar noticias. Nos damos cuenta de que tenemos que luchar a nuestra manera y para empezar creamos un grupo de whasap para que cada una aporte ideas. De ahí han surgido las movilizaciones. Se trata de un sector masculino, pero queríamos visibilizar lo que hay detrás. No solo trasladan a mi marido, trasladan a la familia. Por eso queremos aportar nuestra lucha. Se cierra todo lo que viene detrás, tiendas, bares, comercios de todo tipo….. El cierre de esta fábrica es la muerte de Zumarraga”.

Su marido es el que trabaja con el acero, pero es ella la que tiene que ser de acero para “sujetarle a él en estos momentos tan complicados”. “Llega triste, abatido, desanimado y hay que estar ahí. La máscara de la sonrisa hay que ponerla con los niños a diario e incluso con el marido. Hablamos con la prensa, vamos al Parlamento, organizamos manifestaciones…..Somos realistas, sabemos que luchamos contra un gigante y que apenas significamos nada para él. Nos podrán quitar el trabajo, pero nadie nos robará la dignidad ni la satisfacción que da morir luchando. Cerrarán la fábrica, pero hemos luchado hasta el final”.

A Amaia Prada, esposa de otro trabajador de Arcelor Mittal Zumarraga y dos hijos de 17 y 13 años, el 15 de marzo de 2016 nunca se le podrá olvidar por mucho tiempo que pase. “Me entero porque me llama por teléfono mi hermano y me dice que en la radio están anunciando que Arcelor cierra. Pensé que era una broma, como hace dos años, cuando la fábrica cerró durante unos días. Pero mi marido me lo confirma y fue un mazazo. Estuve tres días sin hablar con nadie. Ves en la televisión los cierres de otras empresas y piensas que estamos mal, pero no tan mal”.

¿Cómo es posible que los directamente afectados se enteren de que la fábrica va a cerrar por los medios de comunicación antes que por la propia empresa? Es algo que indigna sobremanera a las Mujeres de Acero. Mamen, esposa de otro empleado de Arcelor, recuerda con enfado ese momento. “Mi marido salía de trabajar en el turno que terminaba a las dos del mediodía. Y cuando estaba en la calle le dijeron que la empresa iba a cerrar porque lo habían escuchado en la radio. Es algo indecente. Fue una jugarreta de la empresa y el comité se encontró con la noticia en la calle. Sabemos cómo puede ser el desenlace de todo esto, pero queremos y necesitamos luchar antes de caer”.

Comarca en la ruina

Comarca en la ruinaAmaia Delgado tiene 60 años y ha pasado toda su vida en Zumarraga. La idea de tener que marchar a Avilés a su edad para intentar allí otra vida no le deja descansar. “La comarca del Goierri con este cierre se queda en la ruina. La industria auxiliar, las subcontratas….todo se va a pique. A los trabajadores les ofrecen una recolocación, pero la industria auxiliar se queda en la estacada. La recolocación es terrible a mis 60 años de edad después de pasar toda mi vida en Zumarraga. Por eso hay que luchar hasta el final, pero realmente sabemos lo que hay. Luchamos por dignidad, no tanto por la esperanza de que abran. Para que vea Arcelor que se ha luchado y que nos hemos quejado cuando nos han pisado. La reubicación es un mal mayor porque la pobreza se queda en la comarca”.

A Mamen también le angustia la perspectiva de partir hacia Avilés. “Es como una pesadilla, aún no quiero pensar en ello. Esa angustia permanece todo el día. Hay momentos en los que dices ya no lucho más, pero encuentras fuerzas para seguir”. Esperanza Maseda, cree que Arcelor no se esperaba la resistencia que se ha encontrado en Zumarraga. “No se puede bajar el sueldo para que una empresa mejore y al final se quede con todo y se vaya de rositas. No somos números, somos personas. Nos sentimos arropados por todos, empezando por el alcalde”.

¿Y lo ocurrido con la ACB, en Sestao,? “Es una decepción”, dice Amaia Delgado. “Los trabajadores que han votado a favor se han vendido por nada. Algunos sindicatos han inculcado el miedo. Se agarran a un clavo ardiendo en el que se van a quemar todos. ¿Para qué han luchado hasta ahora? Lo han dejado todo atrás, les ha vencido el miedo. Si el comité mete el miedo, al final los trabajadores votan por miedo”.

Etiquetas
stats