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Podemos implosiona en Álava

Arantxa Abecia y José Javier Bizarro, juntos en un acto en las Juntas Generales.

Iker Rioja Andueza

Una decisión política irrelevante, el papel de Podemos en la aprobación de los presupuestos de la Diputación de Álava ya pactados entre PNV, PSE-EE y EH Bildu, ha terminado por hacer explotar el endeble equilibrio interno del grupo de la formación morada en las Juntas Generales, sumido desde su constitución en 2015 en una sucesión de batallas personales, algunas de muy alto voltaje. Ahora mismo, de los ocho electos, sólo tres (Arantxa Abecia, Itxaso Roldán y Asela Ortiz de Murua) se mantienen bajo la disciplina del partido, una cuarta (Mari Cruz Polaina) lleva varios meses de baja y los otros cuatro (Koldo Martín, Daniel Trujillano, Juan José Bizarro y José Javier Bizarro) han roto la disciplina de voto para unirse a IU-Equo en el ‘no’ a las cuentas forales de la “derecha”, del PNV.

En este escenario, el partido camina hacia una ruptura en dos mitades. “Es muy difícil de resolver. Ya se ha intentado reconducir muchísimas veces”, reconoce abiertamente la portavoz Abecia, cara y voz de la línea oficial de Podemos en las Juntas Generales.

Distintos analistas e incluso algunos de los directamente implicados han mostrado estos días su sorpresa por el momento político elegido por la dirección autonómica de Podemos, representada en primera persona por el secretario de Organización, Lander Martínez, para meter el bisturí en Álava. La portavoz Abecia, colocada allí como relevo de uno de los críticos, Koldo Martín, ha defendido que no comparte el proyecto de presupuestos de Ramiro González pero ha explicado, desde el pragmatismo, que en la oposición sólo cabe alcanzar acuerdos para mejorar pequeños aspectos de las cuentas. Así, Podemos, su sector oficial, ha pactado una abstención con el PNV a cambio de que se le acepten propuestas valoradas en unos dos millones de euros (de unos 475 millones totales).

Las cuentas se votarán definitivamente este viernes, justo antes de las vacaciones de Navidad, pero los críticos ya rompieron la disciplina del voto esta semana al respaldar la enmienda de totalidad presentada por IU-Equo (Irabazi) y mantenerse en el ‘no es no’ al PNV. Exactamente como en Bizkaia y en Gipuzkoa, alegan. Martínez, como responsable de Organización, ha hablado ya de una infracción “objetiva” y se ha mostrado dispuesto a la apertura de expedientes que conlleven la expulsión de los díscolos del partido. Aunque a última hora siguieran las directrices de la Ejecutiva, llegó a decir, los graves sucesos ocurridos dentro del grupo juntero alavés justifican por sí mismo una propuesta de sanción.

Nagua Alba asume el liderazgo

Este lunes, la secretaria general vasca, Nagua Alba, asumirá en primera persona la gestión de la crisis y se reunirá con el grupo juntero. Los críticos ya manifestaron que la amenaza de la expulsión no les frena y que continuarán “dando la cara” y defendiendo su criterio propio en el debate presupuestario. Además, entienden que la Comisión de Garantías vasca –el tribunal interno que ha de dirimir su posible salida- está controlado por el mismo sector político que dirige Podemos en Euskadi. Auguran que este episodio llegará a la Comisión de Garantías estatal e incluso “a la justicia ordinaria”, en palabras de Martín.

Para los críticos, quienes han roto la disciplina de voto son las tres junteras que han pactado la abstención con el PNV. Defienden que se han posicionado contra la mayoría del grupo y contra el criterio de “cinco de los siete círculos” de Vitoria y Álava.

“Hay una serie de electos que entienden que por ser elegidos por la ciudadanía ya no responden más que a sí mismos. Y en cualquier partido político un grupo parlamentario ha de estar coordinado por la dirección”, analiza un observador externo sobre la situación de Podemos en las Juntas Generales de Álava.

Podemos sólo tiene tres niveles políticos, el local, el autonómico y el estatal. No hay un Podemos provincial. El partido no lo consideró necesario en el conjunto de España pero en Euskadi eso genera ciertas dificultades operativas en las tres Juntas Generales, al menos en el caso alavés. Los críticos entienden que son los círculos los que han de tener la última palabra y la dirección entiende que “no son un órgano representativo” ni decisorio, ya que las grandes decisiones, como unos presupuestos, corresponden al conjunto de los inscritos (afiliados).

Para los díscolos, si no se activa una consulta telemática en Agora Voting con las bases, la Ejecutiva no se puede arrogar esa competencia. Para Abecia, está claro que Podemos “tiene un secretario de Organización” con mando en plaza. También una responsable de “Foralidad”, Elsa Pamparacuatro.

La clave de género: mujeres contra hombres

La guerra total en las Juntas Generales de Álava viene de lejos. De hecho, la anterior dirección vasca, la del dimitido Roberto Uriarte, ya intentó que Abecia fuese portavoz y no Martín. Abecia fue parte activa de la corriente Euskal Hiria, aunque paradójicamente ahora es el apoyo más claro de la nueva Ejecutiva que relevó a Uriarte, vinculada internamente a Íñigo Errejón y enfrentada a la anterior. Aún hay más enredos que dificultan la comprensión de los acontecimientos: Pamparacuatro, cercana a la corriente anticapitalista en la que se encuadra a los críticos, se enfrentó abiertamente a la anterior dirección de Uriarte con ellos y ahora forma parte del equipo de Martínez.

Para las fuentes consultadas, la clave de género es fundamental para entender este asunto. Las leales a la Ejecutiva son las mujeres y los díscolos los hombres. La octava en liza, Mari Cruz Polaina, asiste al cisma desde fuera, ya que se encuentra de baja laboral.

En estos años han sobrevolado en Álava denuncias de “acoso” y “agresividad”, cuando no episodios más graves ocurridos supuestamente en viajes oficiales. El afectado, Koldo Martín, siempre los ha desmentido y ha denunciado el uso torticero de determinados temas para apartarle de la dirección del grupo juntero. Martín también tiene abierto ya otro expediente por el presunto uso irregular de dietas de desplazamiento en las Juntas Generales.

Sin hacer campaña

No hay que remontarse muy lejos en el tiempo para hallar otros encontronazos. En la reciente campaña electoral de las autonómicas, celebrada en septiembre, alguno de los círculos se negó a apoyar la candidatura de Pilar Zabala, como consta en documentos internos del partido a los que ha accedido este periódico. Entre los motivos esgrimidos se hallaba la confección de listas tras la coalición de Podemos con IU y con Equo, en la que el sector crítico se sintió excluido.

De manera colateral, también resultó polémico el veto impuesto por la dirección de Euskadi al candidato elegido por IU en Álava, su antiguo líder, Mikel Arana. La Ejecutiva reconoció tener “dosieres” sobre el político que le vinculaban con asuntos de “corrupción” durante su etapa en la antigua EB de Javier Madrazo. En otros ámbitos se interpretó este movimiento como una venganza de los ‘madracistas’, algunos de ellos ahora en Podemos, contra la persona que les apartó de la marca vasca de IU precisamente por graves asuntos como el desfalco de la Cámara de la Propiedad de Bizkaia, por el que excargos de Madrazo llegaron a ser condenados.

¿Dos grupos parlamentarios? 

Las partes dan por consumado el cisma en Álava. La pregunta ahora es qué ocurrirá con la marca de Podemos en las Juntas Generales. En otros casos similares no hay dudas: si los díscolos son expulsados y deciden mantener su condición de parlamentarios, pasan como independientes al Grupo Mixto. Sin embargo, aquí opera el matiz de que los críticos son mayoría entre los electos.

El Reglamento de la Cámara alavesa sólo previene que quienes se presentaron a las elecciones por un mismo partido no pueden dividirse en dos grupos. La dirección repite que el Código Ético de Podemos obliga a los rebeldes a abandonar sus actas. Éstos, sin embargo, ya se han planteado continuar en la institución e incluso crear un grupo diferenciado que represente los valores que ellos echan en falta en Podemos.  Técnicamente, la normativa interna permitiría también que las tres junteras leales al partido se quedaran con el grupo y con el nombre.

Los díscolos, tanto en los presupuestos como antes, mantienen una buena relación con el único procurador de IU-Equo, José Damián García Moreno. Legalmente también sería posible la creación de un grupo conjunto entre todos ellos. Sin embargo, IU-Equo mantiene con Podemos una coalición en el Parlamento Vasco y en las Cortes Generales (Elkarrekin Podemos) y un movimiento semejante en Álava podría tener un efecto dominó en otros ámbitos institucionales.

El serial está servido. Esta semana, nuevos capítulos: el lunes la reunión con Nagua Alba y el viernes la votación definitiva de los presupuestos de Álava. Y para el 29 de diciembre se anuncia ya la Comisión de Garantías que analice los expedientes de expulsión de los críticos alaveses.

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