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“Sería muy útil que políticos y empresarios de este país jugaran con frecuencia al ajedrez”

Leontxo García lleva 30 años volcado con el ajedrez.

Natalia González de Uriarte

El periodista y divulgador Leontxo García, uno de los mayores especialistas en ajedrez del mundo, ha ofrecido en Vitoria-Gasteiz una conferencia con motivo del inicio del VII Open de Ajedrez de la ciudad. Este profesional, además de un reconocido cronista ajedrecístico a nivel mundial, es un incansable divulgador de los beneficios de la práctica del ajedrez. Esa pasión hacia el tablero, las reinas y los peones y el duelo entre contricantes le ha llevado a investigar sobre el deporte mental a diferentes niveles. Desde los conocimientos adquiridos defiende con argumentos de peso las utilidades de la práctica frecuente de este juego de táctica y estrategia. No duda ni un ápice al afirmar que sería bueno para este país que sus dirigentes políticos jugasen al ajedrez y extiende la recomendación hacia niños de corta edad y hacia mayores, con el objetivo de retrasar demencias seniles en estos últimos y desarrollar muchas capacidades- incluso la inteligencia emocional- entre los escolares.

Siendo España como dicen el país en el que más torneos internacionales se organizan, el ajedrez pasa desapercibido, no acapara apenas titulares, ¿no?

Precisamente este año no ha sido así. El 11 de febrero ocurrió en el Parlamento español algo que solo se puede calificar como milagro y es que todos los partidos políticos españoles se pusieron de acuerdo en algo: apoyar el ajedrez como asignatura. La decisión viene respaldada por argumentos con base científica que demuestran que los alumnos que reciben clases de ajedrez educativo desarrollan más su inteligencia en diversos parámetros, incluida la inteligencia emocional, y sacan mejores notas que el resto de los alumnos sobre todo en matemáticas y comprensión lectora. Aunque muchos españoles no lo sepan, en España ya hay más de 1.000 colegios donde el ajedrez se imparte como actividad extraescolar y más de trescientos donde se impartía ya en horario lectivo como asignatura obligatoria al menos en un curso. Esta decisión se hace eco de una decisión similar del Parlamento europeo del 2012 y recibo indicios de esto prácticamente cada día: que desde el 11 de febrero hasta hoy la demanda de clases de ajedrez y de cursos para formar en ajedrez a docentes está subiendo muchísimo.

Esa resolución europea abogaba por incluirlo en los currículos educativos. ¿La resolución de apoyo al ajedrez del Parlamento de España se tomó con esa aspiración tan ambiciosa?

Las competencias en materia de educación están transferidas a las comunidades autónomas. Por tanto esto no es vinculante por Ley. Pero sí es una decisión que implica un compromiso político muy serio. Sería difícil de entender que un partido político vote a favor en el Congreso de los Diputados y vote en contra en el Parlamento de su comunidad autónoma. Tiene ahora dos vías para que se convierta en obligatorio por ley, una es que cada comunidad autónoma refrende esa decisión en su Parlamento y la otra es un atajo a través de una organismo, la Conferencia Sectorial del Ministerio de Educación. Si se tomase una decisión similar al del congreso en este organismo, sería vinculante desde la mañana siguiente. Se reúnen una vez cada seis meses, si no me equivoco. En cualquier caso es más que previsible que el 100% de los niños españoles acabe estando alfabetizado en ajedrez, sepa mover las piezas, sepa las normas básicas y unas nociones elementales de táctica y estrategia.

¿Cómo repercuten estos conocimientos sobre ajedrez en la vida ordinaria?

Desarrolla cantidad de funciones, capacidades y ramas de la inteligencia que son muy útiles en la vida real.

¿Frente al tablero se aprende también sobre valores?

El deporte en general, cualquiera, es formativo de por sí. El ajedrez, por sus características intrínsecas, lo es incluso más. Pero cuando hablamos de dar clase de horario lectivo, no hablamos de que los niños jueguen al ajedrez sino de que los docentes se apoyen en el ajedrez para transmitir valores y algunas asignaturas sean más amenas y más eficaces en sus clases. Por ejemplo, hay cantidad de partes de la geometría que los alumnos pueden aprender de forma más amena o voluntarista si el profesor se apoya en el tablero de ajedrez incluso vacío que sobre un tratado de geometría. Lo mismo en educación emocional, en lengua ... en cantidad de ámbitos. Hay muchos contenidos que se pueden explicar de forma más sencilla basándose en el ajedrez. Funciona incluso en niños de dos a cinco años. Aunque la inteligencia abstracta no se desarrolla por completo hasta los seis, hasta los cinco es muy difícil que un niño sepa jugar una partida entera, el tablero, los peones, muchos elementos del juego son sumamente útiles para mejorar la calidad de la educación en infantil.

Pese a todo, a nivel mediático, el ajedrez no vende. Sin embargo, aquella histórica partida entre Kárpov y Kaspárov retransmitida por usted para TVE mantuvo pegado frente a la pantalla a un volumen de espectadores inimaginable. ¿Cómo se explica este fenómeno si se trata de un juego que en general no se practica y tampoco se entiende y considera que podría volver a repetirse?

Cuando tuve el honor de retransmitir esa partida, según las estadísticas oficiales, tuvimos 13 millones de espectadores solo en España. Solo se han conseguido resultado similares cuando España ganó el Mundial de fútbol y el Barça la Copa de Europa. Pero es que Kárpov y Kaspárov eran mucho más que dos jugadores de ajedrez, eran dos símbolos que representaban formas de entender la vida de forma totalmente opuesta en el país más grande del mundo, la Unión Soviética, que en aquel momento se caía a pedazos. Efectivamente, de esos 13 millones de españoles el 90% no tenía ni idea de ajedrez, pero necesitaba saber quién de los dos ganaba porque simpatizaba por uno u otro, por razones políticas, de simpatía personal ... Desaparecida aquellas rivalidad y como además no hay ningún español entre los diez mejores del mundo, el ajedrez ha desaparecido de las páginas de deporte y de los medios de comunicación. También en parte por la neurosis del fútbol. Para conseguir un atractivo periodístico al nivel del ofrecido por esas míticas figuras necesitaríamos que los dos mejores del mundo fueran un israelí y un palestino. Algo improbable que ocurra.

Ha hablado del fútbol. Sin desmerecer sus éxitos, los futbolistas son tratados y valorados casi como si salvaran cientos de vidas cada temporada. Está percepción, extendida entre ciertos sectores ¿es compartida por usted?

El fútbol está totalmente hinchado por dos razones. Primero por los intereses económicos de los grupos de comunicación que invierten mucho dinero en la compra de derechos de retransmisión de los partidos. Segundo porque es mucho más fácil para un redactor jefe pedir una crónica del entrenamiento de una crónica del entrenamiento del equipo local que pedirle que elabore un reportaje de cómo está el golf en España. Aprovecho para recordar una frase pronunciada por Rafa Nadal, en la que aseguraba que no se le había subido a la cabeza su éxito, porque era muy consciente de que lo que hace muy bien es pasar una pelota de un lado de una red al otro lado. Por tanto, añadía, que no tenía ningún derecho a sentirse más importante que nadie. Echo en falta ese tipo de mentalidad en las estrellas del fútbol y también entre quienes los jalean día a día a todas horas.

¿No le rodea cierto aura de misticismo al ajedrez que lleva a pensar al ciudadano de a pie que está reservado solo para mentes privilegiadas? ¿Quizás esa imagen juega en contra de este juego?

Sí, es cierto. Si salimos a la calle y preguntamos a las primeras cien personas que se nos crucen, en España o en el mundo, para usted qué es el ajedrez, van a citar seguro la palabra inteligencia. Eso, en principio, tiene su lado bueno, porque da una imagen del ajedrez interesante y cualquier patrocinador, ya sea un ente público o privado, que ligue su imagen corporativa con el ajedrez, está proyectando la imagen de la inteligencia. Pero también es verdad que crea un cliché falso y me explico. Una cosa es una persona aficionada a correr y otra un profesional de la maratón. Los dos corren pero no tiene que ver lo que hace uno con el otro. Lo mismo ocurre entre un gran maestro y un gran aficionado al ajedrez. Para ser un gran maestro tienes que tener una genética específica y además trabajar de forma muy dura durante muchos años. Para ser aficionado y disfrutar del ajedrez, basta con unas pocas horas de aprendizaje y de practica y ya tienes los fundamentos suficientes para disfrutar del ajedrez.

Ya que lo ha mencionado, hemos visto a políticos salir a correr, a otros practicar el ciclismo. ¿Qué nos dice del ajedrez, ¿le consta que lo practican?

Lo cierto es que no disponen de mucho tiempo. Ahora mismo no recuerdo quién pero sí conozco casos de dirigentes políticos de diferentes países que se han declarado aficionados.

¿Cambiará algo para este país si los políticos practicarán ajedrez con frecuencia?

Sería muy útil, sin duda. Una persona que tenga que tomar decisiones de responsabilidad cada día, sea político o empresario, desde el punto de vista del proceso cerebral hacen algo muy parecido que los jugadores de ajedrez: tomar decisiones con frecuencia, generalmente difíciles, bajo presión y de forma rápida. Para un político o un empresario sería muy útil saber cómo ese ajedrecista tiene automatizado ese proceso cerebral. En décimas de segundo está descartando un montón de jugadas por simple intuición. Cuando ha de decidir la mejor entre varias jugadas, utiliza un método deductivo muy lógico y muy objetivo, son virtudes que a los políticos y a los empresarios les vendría muy bien. No me sorprendería nada que en pocos años el ajedrez sea también una asignatura en las escuelas de negocio como ya empieza a serlo en muchos colegios.

A nivel terapéutico también cumple su función. En concreto usted insiste en que podría ser útil para tratar el Alzheimer ¿en qué se basa?

Este es un tema muy delicado que ha de tratarse con cautela. El Alzheimer de momento no tiene curación. Pero sí hay indicios científicos sólidos para afirmar que la práctica del ajedrez retrasa el envejecimiento cerebral. Y el peor de los problemas del envejecimiento cerebral es el Alzheimer. También tenemos indicios de que el ajedrez retrasa considerablemente el Alzheimer. Me refiero a ocho o diez años y sin duda alguna esto es muy importante para lo afectado por la enfermedad como para sus familiares y cuidadores. Hace ya un par de generaciones que tenemos todos muy asumido lo importante que es el ejercicio físico. Ahora, dado que la esperanza de vida ha subido ostensiblemente en todos los países desarrollados y también el riesgo de padecer demencias seniles, hemos de mentalizarnos de que el gimnasio de la mente es tan importante como el otro. Tenemos que hacer algún tipo de gimnasia mental toda la vida con el fin de retrasar o incluso prevenir esos problemas. El ajedrez sirve para ese cometido.

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