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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

“En algunas peleas los carneros aguantan hasta más de 200 'topes'”

Natalia González de Uriarte

“Unas veces se dan por vencidos pronto pero otras pelean mucho. Estos animales son fuertes por naturaleza y pueden llegar a aguantar sobre la arena hasta 200 topes (golpes de cornamenta) y más antes de retirarse”. Así describe las peleas de carneros Martín Mendizabal, un ganadero de Azpeitia que heredó de su padre la afición por esta modalidad de la tradición rural vasca, ahora cuestionada tras la denuncia de Equo.

Pese a la crudeza de su descripción, retratada incluso por fotógrafos que han documentado los sangrientos enfrentamientos, Mendizabal está convencido de que los carneros no sufren. “Los que dicen eso no conocen a estos animales. No saben vivir sin pelear. En el monte están así de continuo. Cuando los pones frente a frente, su instinto les empuja a retarse. Nosotros no les obligamos. Sí les entrenamos para que estén más fuertes, les alimentamos bien para que cojan peso y les echamos a la plaza, pero si no quieren pelear, no se les obliga”, asegura Mendizabal.

De 4.000 personas entre el público a 60 ó 70

Este azpeitiarra lleva años participando en las peleas de carneros en su pueblo pero nada sabe de los permisos que requieren estos espectáculos. Dice que es un “pareja de veteranos” de la localidad, la que se ocupan de abrir las puertas de la plaza de toros cada domingo desde que da inicio la temporada de peleas. “Hace años se llenaba la plaza. Venían hasta 4.000 personas. Ahora si vienen 60 o 70 personas, es una buena tarde. Pagamos un impuesto por usar el coso a esos hombres. Unos 18 euros. Si ellos entregan el dinero al Ayuntamiento, lo desconozco”, relata.

Sí hace hincapié en la buena salud de los 'contrincantes', que controla la oficina agraria de Azpeitia. “Y nos da la licencia para las peleas”, añade, una versión desmentida por el ente foral. “En ningún momento la Diputación tramita estas autorizaciones. Deben referirse a las certificaciones que hacen nuestros técnicos para garantizar que el ganado está en condiciones para ser trasladado. Se hace para evitar epidemias y contagios cada vez que se traslada animales”, aclaran desde la Diputación de Gipuzkoa. Sobre la denuncia administrativa interpuesta por Equo, los portavoces de las institución foral consideran que es al Gobierno vasco a quien le corresponde, conforme a la Ley, estudiar el caso.

“Lo sabe todo el pueblo”

Por su parte, al Ayuntamiento de Azpeitia, en cuya plaza se celebran desde hace años esas peleas, “lo sabe todo el pueblo”, también 'esquiva' responsabilidades. Tan solo ha asegurado que este año 2016 no se han desarrollado estas actividades denunciadas, claro que todavía no ha comenzado la temporada. De hecho el alcalde ha eludido dar aclaraciones sobre este asunto y ante las preguntas de eldiarionorte.es , los portavoces del equipo de Gobierno se remiten al comunicado de prensa enviado a los medios.

En el citado escrito declaran que se “están comprobando” los hechos denunciados y que se ha dado aviso a los particulares que organizan los deportes rurales para que, “en el caso de que pretendieran” organizar estas peleas, lo suspendan. “El Ayuntamiento y, en concreto, este Gobierno municipal, en ningún caso va a admitir ningún maltrato animal ilegal y, además, adoptará las decisiones oportunas conforme con un estricto cumplimiento de la legalidad, exigiendo un uso correcto de la plaza de toros a los particulares organizadores de eventos”. Al cierre de esta información no han contestado sobre si al consistorio le consta que se celebrasen estas peleas al menos el pasado año, de junio a octubre del 2015.

“Como siempre se ha hechos así, lo dejan estar”

Lo que no confirma el Ayuntamiento, sí lo corrobora la organización animalista local Oinatz Animalista Taldea, que ha mantenido una reunión con el regidor para tratar sobre este asunto. “Sabíamos de la existencia de estas peleas desde hace tiempo. Llevamos con el tema en serio desde octubre y queremos que se acaben ya. El alcalde nos dice que ceden las llaves del recinto a dos encargados de la gestión del deporte rural y que en ellos delega. Son unos viejos conocidos del pueblo, 'trumoi eta tximista”, les llaman. Y, a partir de ahí, ¿no sabe lo que pasa dentro del recinto siendo un lugar de titularidad municipal? Sí lo sabe, pero como siempre se ha hecho así, lo dejan estar. Y no lo vamos a permitir. Queremos que se ponga fin a este maltrato que no se puede mantener en nombre de la tradición“, sostiene Rezabal.

No es la primera vez que la tradición rural vasca choca con las denuncias de colectivos animalistas. El Gobierno vasco prohibió en 2007 las peleas de carneros en Iurreta, el 'ahari topeka' de los 'Sanmigueles'. Tomó esa decisión amparándose en la Ley de Protección Animal y tras de denuncia presentada por la Asociación por un Trato Ético con los Animales. Esta actuación sienta un precedente. Habrá que esperar para comprobar si, por coherencia, el Ejecutivo obra ahora de la misma forma y suspende las peleas de Azpeitia, entendiendo que implican maltrato animal como lo consideró hace 8 años en las fiestas de Iurreta. La normativa vasca del 93 prohíbe el maltrato pero no recoge ninguna referencia explícita sobre las peleas de carneros. Únicamente menciona las de gallos o perros. Pero en su artículo 4 y de manera genérica sí prohíbe “maltratar a los animales o someterlos a cualquier práctica que les pueda producir sufrimientos o daños y angustia injustificados”.

No obstante, la regulación estatal que prevalece sobre la autonómica es más rigurosa y deja claro que las peleas de animales, sean los que sean, están prohíbidas. “Clasifica las infracciones y establece como muy grave las peleas de animales. No hay ya ninguna duda ni vacío legal, estas prácticas son ilegales y el Gobierno vasco debe proceder a su suspensión”, sostiene la veterana activista por los derechos de los animales, Ana Moreno.

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