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Los recortes fuerzan a las ONGs a tirar de voluntarios

Una protesta en 2013 ante el Parlamento vasco de la Coordinadora de ONGD de Euskadi por los recortes en cooperación.

Aitor Guenaga

Los recortes en la financiación de las ONGs dedicadas a la cooperación al desarrollo no solo han afectado a la reducción de proyectos en este campo en los países empobrecidos. También han tenido una incidencia negativa en la propia organización de estas entidades y en el empleo de las ONGs. Aunque parece que ya se ha tocado suelo, 2014 ha sido el año de la reducción de los salarios y en casos puntuales de EREs temporales entre buena parte de las 82 ONGs que trabajan en Euskadi en el campo de ayuda al desarrollo.

El último informe de la Coordinadora de estas entidades CONGD -que en el País Vasco dan empleo a 447 personas y que cuenta con un total de 110 sedes implantadas en la comunidad- revela que la reducción de los fondos que llegan del erario público ha afectado al empleo en el sector, aunque en la medida de lo posible se ha intentado paliar la situación. “Se mantiene de manera atenuada la tendencia a la reducción del capital humano de las organizaciones, a la parcialización de los contratos y a la conversión del trabajo asalariado en trabajo voluntario”, se reconoce por parte de la coordinadora.

“La situación en las ONGs se ha precarizado, pero ha habido un intento de que no hubiese despidos, mantener el empleo llegando a acuerdos, aunque se han reducido los salarios, en un sector en el que no eran altos, o se han congelado, y buena parte de los contratos que se han hecho son parciales”, explica la portavoz de la coordinadora Mila Domínguez.

El peso de la financiación pública sigue siendo muy alto en estas entidades, aunque cuanto más pequeña es la ONG, menos depende de los fondos públicos. Así, más de siete de cada diez asociaciones (el 70,8%, exactamente) que trabajan en Euskadi en el mundo de la ayuda al desarrollo tienen una financiación fundamentalmente pública. Sin embargo, en el caso de las entidades pequeñas el peso de los recursos privados es casi de la mitad (49,4%, mientras que en el caso de las entidades de tramo medio representa un tercio (35,4%) y se reduce al 24,6% para las ONGs más grandes y más conocidas en la sociedad.

Se da la circunstancia de que la mayoría de las personas empleadas en este sector son mujeres (el 69,35%). En cambio, su peso en la parte alta de la piramide de dirección se inversamente proporcional. El informe revela que existe discriminación salarial -ellos ganan un 7% más, un porcentaje que está alejado del 26% de la brecha salarial que existe en el País Vasco entre hombres y mujeres. “Ocurre en todas partes, pero es más duro cuando lo ves en tu propio sector: en los lugares donde hay poder tienden a aparecer siempre más hombres que mujeres”, admite Domínguez, quien en todo caso destaca que en la coordinadora se tiene un especial cuidado de la presencia de mujeres en la junta de Gobierno de la CONGD.

La actividad se mantendrá

Y aunque se ha optado por incrementar el peso de los voluntarios, lo cierto es que la coordinadora ha constatado también que en los últimos cuatro años se ha reducido, en general, el número de socias y donantes.

Los recortes en ayuda al desarrollo se hicieron muy evidentes en 2013 y el sector pensó que se acercaba al abismo del desmantelamiento. “Frente a las expectativas que teníamos en 2013 ya muchas entidades preveían reducciones drásticas de personal, se ha optado por reducir salarios, recurrir al trabajo voluntario y en algunos casos a EREs. Pero queremos subrayar que en la mitad de los casos en que se ha tomado alguna medida de recesión se ha debido a la reducción de la financiación”, se plantea en el diagnóstico realizado por la coordinadora de ONGDs.

¿Qué pueda pasar a partir de ahora? La respuesta la dan las propias entidades. El informe destaca que se ha abandonado ese pesimismo -en 2013, el 56% de las ONGs se mostraba convencida de que en el futuro se iba a reducir la actividad de su organización- ahora el 59% considera que pese a los recortes “la actividad se mantendrá igual”, incluso un 16,4% vaticina que aumentará. Ya no están tan agobiadas por endeudarse -las que han tenido que tirar de créditos han bajado del 28,6% a 11,5% el pasado año- y tampoco tantas entidades han tenido que adelantar fondos debido a los recortes de las administraciones -de más de la mitad en 2013 se ha pasado al 37,7% el pasado año, según el citado informe-. Pero eso no ha evitado tensiones de tesorería en las ONGs, algo que ha vivido casi una de cada cuatro organizaciones (24,6%).

La Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo ha elevado para este año su presupuesto hasta llegar a los 40 millones de euros, pero aun está lejos de los 51 millones que destinaba anualmente entre 2009 y 2011. Esta misma semana se ha firmado un convenio entre la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo (dependiente del Gobierno vasco) y la Coordinadora de ONGDs de Euskadi para fijar una estrategia común de actuación para los próximos años con dos objetivos básicos: la erradicación de la pobreza y la reducción de las desigualdades. El convenio incluye una aportación mayoritaria del Ejecutivo autonómico de 415.000 euros.

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