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“Las redes sociales no son apropiadas para adoptar decisiones políticas”

El filósofo Daniel Innerarity.

Eduardo Azumendi

“Las redes sociales e Internet ofrecen muchas ambigüedades. Hay un entusiasmo tecnológico por sus posibilidades que yo no comparto”. El catedrático de Filosofía Daniel Innerarity tiene una visión descreída y escéptica frente a las soluciones que pueden ofrecer las redes sociales e Internet a los problemas políticos y de gobernanza. Innerarity ha impartido una conferencia en Vitoria sobre la democracia en las redes sociales dentro de las jornadas organizadas por Kaleidos.red sobre transparencia, ética y participación ciudadana. Kaleidos es una red abierta a cualquier entidad local y tiene como objetivo orientar las políticas locales. El fillósofo reconoce la utilidad de las redes sociales en algunos aspectos e incluso el cambio que han provocado en el paisaje social y en la política, pero también advierte de sus debilidades.

“Venimos de un espacio vertical y jerarquizado y ahora la sociedad se ha horizontalizado. ¿Quién manda sobre quién? Internet ha ampliado el espacio público y la información que llega a los ciudadanos ya no procede en exclusiva de ciudadanos o políticos. No hay nada protegido de la crítica, nadie puede imponer el silencio….Esta apertura que suponen las redes sociales también comporta riesgos, como la difusión de rumores o las exhibiciones narcisistas”, resalta el autor de ‘La política en tiempos de indignación’

Entre las virtudes que ofrecen las redes sociales, Innerarity habla de la descentralización. “La red facilita la conectividad, el centro ya no existe, imposibilita el control. Así se plantea la utopía de la disolución de cualquier tipo de autoridad central, para satisfacción de las corrientes neoliberales y el libertarismo de la izquierda digital. Pero la red es como el mercado: Internet no suprime las desigualdades del mundo real y margina a los que no se conectan y a los silenciosos”. Es decir, que el ciberespacio “amplifica la voz de los aventajados y refuerza el ‘status quo’.¿Qué pasa cuando las organizaciones (partidos, sindicatos, instituciones) se asoman a la Red? ”Cuando se acercan solo piensan para qué va a servirles [la red] y tratan de moldearla y adaptarla a la política tradicional. Como si fuera un sistema de propaganda nuevo, pero se equivocan. No tratan de emplearla para conversar con la sociedad“.

Degradación

Por eso, la Red no se presta a ser gobernada. “La red no se puede poner al servicio de nada. Es un lugar de crítica y de debate, pero las redes sociales no son el lugar apropiado para la toma de decisiones políticas”.

Para el filósofo, ahora es impredecible saber qué forma final, cuál de las dos lógicas (la de las redes o la de las instituciones) va a emerger. “Al final puede que emerja una comunidad exclusivamente de consumidores, lo que supondría una degradación. La política tiene una lógica a proteger y no tiene sentido esperar soluciones técnicas a problemas políticos.

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