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“La reforma laboral ha supuesto un retroceso en la conciliación”

Olga Fontinoupoulou, profesora  de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la UPV, durante su intervención en la jornada ''Equilibrio-Balance: por una conciliación corresponsable'.

Patricia Burgo Muñoz

La conciliación de la vida la laboral y familiar, y la corresponsabilidad son tareas pendientes tanto social como legalmente. En el marco jurídico, “la conciliación ha avanzado más a golpe de jurisprudencia y de negociación colectiva que de cumplimiento legal”, advierte Olga Fontinoupoulou, profesora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la UPV. La experta pone como ejemplo la igualdad retributiva entre hombres y mujeres, una aspiración recogida en el Tratado de Roma de 1957 que sigue sin cumplirse.

Fontinopoulos ha abundado en estos temas durante la jornada 'Equilibrio-Balance: por una conciliación corresponsable' celebrada en Barakaldo, donde ha explicado su apuesta por la promoción de las leyes desde una óptica no feminizada y la sustitución las políticas familiares por políticas sociales, de empleo e igualdad de oportunidades. La profesora insiste en que a pesar de la visión negativista respecto a este tema, también hay elementos positivos, “hemos evolucionado, estábamos en un germen muy pequeñito y hemos avanzado bastante y en no tanto tiempo”, apunta.

Durante la jornada se han analizado los avances y los retos en materia de conciliación y corresponsabilidad ¿No estamos en realidad en un estancamiento respecto a estas medidas?

Yo he realizado un análisis desde la perspectiva jurídica, y la realidad es que en los últimos años, y concretamente en tiempos de crisis, más que un estancamiento, en algún momento se puede hablar incluso de retroceso. No solo por las instituciones específicas en materia de conciliación -cómo están reguladas las suspensiones de los contratos, las excedencias, etc…- sino básicamente porque la reforma laboral incide en su conjunto en el ejercicio de todos los derechos laborales, incluidos esos también. Los cambios normativos han sido de tal calibre que tampoco ayudan a que se avance en ningún sentido, más bien todo lo contrario.

¿Entonces la reforma laboral ha supuesto una piedra en el camino hacia la conciliacion?

Ha tenido un factor importantísimo, claro. Por ejemplo, algunas de las regulaciones como la reducción de jornada sufre un retroceso en la propia norma. Pero todo el resto de factores influye, el que una empresa pueda de manera mucho más flexible mover geográficamente a un trabajador de un lado a otro, o que pueda realizar cualquier modificación en las condiciones de trabajo, con muchísimas más facilidades de las que tenía con anterioridad, o incluso despedir con más facilidad, influye en la posibilidad de ejercer ese tipo de derechos.

¿Y qué responsabilidad social hay en este retroceso?

Es complicado responder a esa pregunta porque muchas veces te encuentras con personas que ni siquiera van a ejercer el derecho. Es decir, no se cumple la legalidad, pero es que tampoco se demanda su aplicación. No, no se aplica, pero es que tampoco hay una previa petición, simplemente porque en general, y sobre todo en tiempos de crisis, muchos trabajadores, y sobre todo las trabajadoras, han dicho “no voy a ejercer esos derechos porque me estoy jugando mi puesto de trabajo”. Porque como desconocen la protección que tienen esos casos, dicen “yo prefiero no ejercerla”. Eso por una parte, por otra, depende del tipo de empresa. Hay empresas que por su tamaño y por su forma de actuar, responden mejor, y otras que no, incluso hay otras muy pequeñitas que se les hace prácticamente imposible llevarlo a cabo. Por eso responder a esa pregunta es muy complicado, habría que ver cada situación concreta, pero en principio, en esta época de crisis se ha notado un descenso en la flexibilidad en ese ámbito, y eso se debe fundamentalmente a que la gente tiene miedo a perder su trabajo y eso es una realidad.

¿Hace falta un trabajo de educación laboral en este sentido hacia los trabajadores?

Claro, sin ninguna duda. Yo siempre digo que el derecho hace lo que puede, pero si no hacemos un cambio de mentalidad en conjunto y a todos los niveles, evidentemente es muy difícil. Y me refiero tanto a los derechos de conciliación que son muy específicos, pero en general a todos. Yo creo que hay un retroceso social generalizado con respecto a los derechos que uno tiene, en materia laboral y en cuanto a su ejercicio.

¿Qué porcentaje de los trabajadores desconoce sus derechos?

Todos, yo creo que los trabajadores en general desconocen cuáles son sus derechos. Hay una impresión generalizada de que tienen el conocimiento de alguno, pero que no van a acabar ejercitando porque puede provocar que la empresa tenga una posición negativa contra su persona. Pero en la práctica tú preguntas y la gente no conoce cuáles son su derechos ni cómo se aplican, ni cómo deben ejercerlos.

La diferencia salarial entre hombres y mujeres persiste hoy en día ¿por qué no se aplica la jurisprudencia existente?

La igualdad retributiva es la panacea. Llevamos discutiendo sobre la igualdad retributiva media vida, y la discriminicación indirecta se sigue planteando, y es una realidad. Y las diferencias salariales son también una realidad, y contra eso se tienen que hacer muchas cosas. Desde el año 57 Europa se centra en regular esa materia y estamos en el 2015, con lo cual, el problema sigue latente.

¿En materia legal cuáles han sido los últimos avances?

El sábado pasado se aprobó el nuevo texto refundido de los trabajadores que incorpora algún que otro avance en materia de conciliación, pero es más estético que práctico. Como por ejemplo la introducción de un permiso para aquellas personas que estén en procesos de adopción para que puedan acudir a las entrevistas, es decir, hay alguna introducción novedosa desde esa perspectiva, que está muy bien para aquellos trabajadores que se encuentran en esas circunstancias, pero es más estético que una reforma profunda sobre lo que es la situación. Ahora mismo creo que no está siendo una prioridad, ni regular esta materia, ni en general los aspectos laborales de una manera mucho más amplia, no es prioritario.

Estos avances, aunque sean estéticos, ¿se acompañan de avances social?

Desde el punto de vista legal esto puede ser de una manera, pero si no hay un cambio general a nivel social es difícil avanzar, y en ese sentido también hay un retroceso generalizado. Hay mucha gente, sobre todo joven que te dicen “yo para qué me voy a poner a discutir si, aunque tenga un empleo precario, necesito este empleo” y esa es la perspectiva que está calando y eso es lo más preocupante.

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