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“La religión de los yihadistas es la de Internet, no el Islam tradicional de sus padres”

Juan Avilés, en el centro, durante la presentación del libro en Bilbao

Iker Rioja Andueza

El catedrático en Historia del a UNED Juan Avilés Farré (1950) viajó la pasada semana a Euskadi para presentar en el hotel Ercilla de Bilbao su libro 'Historia del terrorismo yihadista: de Al Qaeda al Daesh', el último de una larga lista que incluye no sólo monografías sobre el yihadismo sino también sobre la Guerra Civil o el anarquismo. Desde su experiencia -“mi interés por este tema es a partir del 11-S de 2001”- y a luz de la reciente pérdida de terreno por parte de Daesh, plantea un mensaje contundente que puede sorprender en Occidente, cada vez más ocupado en su agenda securócrata: “Hay elementos para pensar que va a disminuir el yihadismo en su conjunto”.

Lo explica más en detalle: “En 2015 y en 2016 se ha registrado un descenso a nivel global. Las víctimas las ponen en su mayoría los musulmanes y en Nigeria, por ejemplo, ha habido un descenso notable de la actividad terrorista porque Boko Haram ha perdido mucha fuerza. Y en 2017 vamos a seguir con esa tendencia. Tiendo a creer que la perdida del califato [el Estado Islámico que proclamó Daesh en 2014] supondrá también una pérdida de atractivo [para reclutar terroristas]”. Avilés, en todo caso, es consciente de que hay voces que apuntas a justo lo contrario, a que precisamente la pérdida del califato llevará la yihad por todo el mundo.

Avilés ha considerado que este final de 2017 “es un buen momento para un libro breve que traza una historia fácil que abarca desde los orígenes del fenómeno hace 50 años hasta los atentados de agosto en Barcelona y Cambrils”. Ahora, con el autodenominado Estado Islámico sin territorio, este historiador concluye que “Al Qaeda tenía razón en que era arriesgado [para un grupo terrorista yihadista] crear un Estado y exponerse a una guerra tradicional”. Cree que ése ha sido el gran error de Daesh, que ha capitaneado la amenaza yihadista global desde 2014 frente al protagonismo anterior de la organización que dirigió Osama Bin Laden y que derribó el World Trade Center de Nueva York.

Preguntado por el reclutamiento de jóvenes para la 'guerra santa', Avilés opina que “evidentemente el atractivo de las armas es mayor a los 20 que a los 60” y que se explica en parte por motivos demográficos y sociológicos. A su entender, la “mucha natalidad” registrada en países árabes en las últimas décadas ha supuesto que “un porcentaje muy alto de jóvenes haya tenido dificultades para encontrar empleo” y emanciparse, un “caldo de cultivo para las ideas extremistas”.

Entre los emigrados a Occidente, en Europa esas segundas generaciones de jóvenes ya nacidas en el destino se han encontrado igualmente con que no son aceptadas como franceses o belgas a todos los efectos. Ese “cierto desarraigo” les ha llevado a muchos a refugiarse en la religión para recuperar sus orígenes y “obtener una sensación de identidad”. “Pero es la nueva religión de Internet, que no es el Islam tradicional de sus padres”, puntualiza el experto. Se estima que en la guerra de Siria han participado unos 40.000 'foreign fighters', jóvenes llegados desde el extranjero.

Avilés explica que, en Occidente, es la propia comunidad musulmana la que “de verdad puede combatir este peligro” de radicalización en su seno, aunque pone deberes también a las sociedades de acogida: “Tenemos que hacerles sentir que no los vemos como sospechosos, sino como colaboradores”. [En Euskadi la Ertzaintza visita mezquitas con este mismo mensaje].

Preguntado por los riesgos específicos en el caso vasco, Avilés recuerda que en España son Catalunya, Madrid, Ceuta y Melilla los grandes focos de radicalización. “No es el caso más preocupante”, responde el experto. A nivel policial, destaca que “en los últimos años se ha avanzado mucho” en la necesaria cooperación entre países. Alude al trabajo de las fuerzas de seguridad españolas con Bélgica, con Francia pero “especialmente” con Marruecos.

¿Y la experiencia del trabajo contra ETA facilita la lucha contra el yihadismo? “Entre Daesh y ETA hay bastante poco en común, pero la larga experiencia algo ayuda. A España le ha cogido esto algo menos desprevenida”, sostiene Avilés, que fue invitado al País Vasco por el centro memorial de víctimas del terrorismo, que ultima su apertura al público en Vitoria.

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