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“La separación de residuos ha de ser una práctica que se instaure en el subconsciente”

Carmén Villarán, directora de Alimentación Saludable de Tecnalia.

Natalia González de Uriarte

¿Serán los residuos tu próxima fuente de ingresos? Con esta sugerente cabecera la corporación de innovación tecnológica e investigación Tecnalia ha tratado de atraer la atención de profesionales de distintos ámbitos empresariales y especialistas investigadores del área de la química y las biociencias. Pretenden convencer de las ventajas de la economía circular y el uso sostenible de los recursos naturales y hacerles conocedores de las inmensas posibilidades que ofrece para la creación de nuevas bioeconomías basadas en tecnologías emergentes y sostenibles. Tecnalia ha organizado una jornada divulgativa en Vitoria bajo ese llamativo encabezamiento y ha puesto sobre la mesa ejemplos concretos. Expertos internacionales han expuesto los resultados del proyecto europeo TRANSBIO y han mostrado los resultados obtenidos en esas experiencias: los bioproductos obtenidos a partir de subproductos alimentarios.

Una de las defensoras de los procesos de economía circular, Mª Carmén Villarán, de Tecnalia, advierte receptividad en las empresas y considera que “en general, si das con un proceso rentable de economía circular, las organizaciones tienen disposición a utilizar este desarrollo”. Recomienda al mismo tiempo una transformación en la forma de consumir. “Hay que hacer un consumo racional y la separación de residuos ha de ser una práctica que se instaure casi casi en el subconsciente”.

¿Cómo explicaría al ciudadano de a pie la diferencia entre economía circular y economía lineal?

Cuando hablamos de economía lineal es la que hemos tenido hasta hace pocos años. Cogíamos una fuente natural, la llevábamos a la fábrica, la transformábamos, obteníamos un producto, lo utilizábamos y luego ese producto se convertía en desecho. Acababa en el vertedero. No tenía ningún valor. Ahora partimos de una premisa bien diferente. Las fuentes naturales que estamos utilizando son limitadas. Si seguimos haciendo ese consumo, nos vamos a quedar sin fuentes naturales y más en una población que está creciendo. ¿Qué hemos de hacer? Acceder a la fuente natural pero el residuo que generamos en el proceso de transformación en vez de verlo como mero residuo, lo miramos desde otro enfoque para descubrir todas las posibilidades que tiene para convertirse en una fuente natural. Lo volvemos a introducir en el ciclo y dejamos así de utilizar tantas fuentes naturales porque es el residuo el que pasa a ser ahora materia prima.

Se crea un círculo vicioso beneficioso, ¿no?

Sí, dejamos de meter materia prima nueva o la metemos en menor cantidad y conseguimos que nuestro planeta pueda sobrevivir.

¿Adoptar estos procesos no responde a una recomendación sino que es una obligación impuesta por Europa?

Sí, ya hay directrices europeas que dicen que se debe hacer un uso muchos más eficiente de las materias primas. Va a llegar un momento en que no vamos atener suficientes para abastecer todas las necesidades de la población, a parte de todos los residuos que generamos que afectan al medio ambiente.

¿Ese momento está muy cerca?

Tenemos tiempo para reaccionar. Lo que hay que hacer es tomar conciencia. Primero tenemos que intentar no generar tantos residuos. En el caso de los alimentos, adquirir y consumir solo los alimentos que necesitamos. Cada kilo de alimentos que perdemos es un kilo que estamos utilizando de materia prima para nada. Y los residuos, volverlos a utilizar de tal manera que no tengamos que volver siempre al campo en busca de materia prima.

En esta jornada se han presentado ejemplos concretos de que es posible aplicar con éxito una economía circular. Transbio, en el que participan 16 socios de diferentes territorios, entre ellos Euskadi, es uno de ellos. ¿En qué consiste? Transbio

Sí, participan 16 socios de nueve países diferentes, de Italia, Portugal, Bélgica, Alemania, España, Costa Rica, Argentina, México y Rumanía. Con la producción de frutas y verduras transformadas, los zumos o las conservas vegetales, se producen una serie de subproductos. Por ejemplo del brócoli, se coge el florete pero se quita el tallo. De las alubias, se desecha la cáscara. Cogemos esos productos y les hacemos un pretratamiento de manera que nos sirven como materia prima para generar productos que habitualmente consumimos. En este caso concreto- hay otras posibilidades pero en este caso, estamos aplicando biotecnologías, que son tecnologías limpias para generar por un lado, ácido succínico que es una molécula de partida para generar varios compuestos que utilizamos habitualmente, entre ellos colorantes alimentarios. Estamos obteniendo también PHB que es un biopolimero, que es biodegradable y puede ser utilizado para hacer plásticos para envasar. También estamos utilizando enzimas para aplicaciones detergentes, para cosmética, así como otras aplicaciones de valor añadido. Y como residuos final que ya no puede ser empleado para otras aplicaciones trabajamos la producción de biogas, una fuente de energía.

¿Estos ejemplos concretos son extrapolables a la economía a gran escala y se muestran las compañías receptivas al cambio o reticentes?

Hay de todo. Algunas que son reacias al cambio y otras no. En esta jornada tenemos ejemplos claros de empresas que generar unos subproductos y a partir de ellos han creado un negocio para su valorización. Es el caso de Indulleida en el campo de los ingredientes alimentarios naturales o bien el área de la alimentación animal como es el caso de Trasa. Las empresas empiezan a tomas conciencia de que esos subproductos sirven y se les puede sacar un rendimiento. Hay muchas empresas que van por esta línea y empresas grandes del sector de los polímeros están buscando alternativas en el campo de los biopolimeros porque con el tiempo se va a implantar. Lo que ocurre es que desde el punto de vista de procesos se ha de conseguir una mayor rentabilidad de los procesos para que sean escalables industrialmente, pero en ciertos campos se están implantando. Yo creo que en general las empresas, si das con un proceso rentable de economía circular, tiene una disposición a utilizar este desarrollo.

Además de los beneficios medioambientales, ¿beneficia también la cuenta de resultados?

Con la economía circular la reducción de los costes y de la dependencia exterior es importante. Muchas de las materias primas nos viene de terceros países y además, con el tema de la competencia para los diversos usos que se les pueden dar están teniendo un incremento importante de los costes y esto repercute negativamente en la competitividad de las empresas. Si introduces en la cadena productos que ahora mismo tiene un valor reducido, escaso o valor cero, evidentemente todo ese coste en materias primas lo reduces considerablemente y eso afectará a la competencias de las empresas. En algunos procesos las materias primas pueden suponer hasta un 40% de los gastos. La ventaja económica es indiscutible.

Favorece la creación de empleo y además de empleo local. ¿Por qué?

Evidentemente si tienes que hacer un tratamiento de unos subproductos que se generan en una región, no puedes hacer un traslado a gran distancias de estos subproductos. Entonces generas una planta de pretratamiento para conseguir poner a esos subproductos en condiciones adecuadas para proceder después a su traslado a las empresas de transformación o cualquier otras.

Los Gobiernos también cumplen su papel al incentivar esta economía circular. ¿Lo están haciendo? ¿Deberían hacer algo más?

Actualmente desde Europa se están promoviendo políticas para el uso eficiente de las materias primas. están hablando de la necesidad de reciclar un porcentaje de estas materias primas y sus directrices tiene reflejo en las medidas elaboradas desde Gobierno vasco y Gobierno central. Sí, las autoridades ya están tomando una conciencia clara de la situación y decisiones de cierto calado.

Es absolutamente necesario que el comportamiento cotidiano de los ciudadanos se adapte a esta economía circular según sus explicaciones, ¿no?

El primer cambio es el consumo. Hay que hacer un consumo racional. En los hogares se pierden un tercio de los alimentos. Quizás también esté provocado por un exceso de producción pero nosotros mismos en casa evidentemente tiramos bastante comida. También hemos de concienciarnos e implicarnos más con el tema de la separación de residuos. La materia orgánica que manejamos en las cocinas en una fuente muy buena para luego generar nuevos productos. Hacer una separación adecuada de los productos es vital. Cada vez somos más conscientes y lo hacemos mejor, pero tiene que ser una práctica que se instaure, casi, casi en el subconsciente.

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