Llegan las Navidades y con ellas un clásico: las denuncias sindicales del colpaso de los servicios de Urgencias hospitalarias e incluso de la Atención Primaria. En este caso, ELA ha denunciado que la falta de médicos en Osakidetza para atender las necesidades que se producen con carácter habitual en la Atención Primaria ha llegado a un “punto crítico” en el periodo navideño, y ha derivado en “un colapso tanto de la Atención Primaria, como de las urgencias hospitalarias”. Mientras, Comisiones Obreras de Euskadi ha denunciado que, “como es costumbre”, el Hospital de Cruces, en Barakaldo (Bizkaia), ha empezado el año con su Servicio de Urgencias “colapsado”, tras proceder en el periodo navideño a “cerrar 158 camas y mantenerse, a día de hoy, cerradas 77”.

Según ELA, “la situación de precariedad que se vive en Osakidetza ha llegado a una situación límite en el período navideño”. Así, ha asegurado que las direcciones, “en muchos casos, han denegado permisos a los que la plantilla tiene derecho, y aún así no hay personal suficiente para dar una atención mínima”. “Muchos centros de Atención Primaria”, añade, “han reducido su horario de atención y las vacaciones y permisos que se acumulan en el período navideño, en muchos casos, no han sido sustituidos”. Esto sumado a la ya “raquítica plantilla estructural” de Osakidetza y a la falta de médicos de Atención Primaria ha derivado en el colapso y la sobrecarga tanto de la Atención Primaria como de los PACs y de las urgencias hospitalarias. A todo esto, hay que añadir que la gripe se halla en tasas epidémicas.

Por su parte, Comisiones Obreras ha asegurado que el pasado martes el Servicio de Urgencias Generales “se colapsó, con todos sus boxes ocupados permanentemente, hasta con 19 pacientes en sus pasillos durante muchas horas y demoras muy importantes para la valoración y ubicación de pacientes”.

La central sindical ha censurado que “la solución que aplican con más facilidad es el desviar pacientes a otros hospitales de la red, lo que para los pacientes y sus familias puede no ser tan buena solución”.

A juicio de la Federación de Sanidad, “cuando el cierre de camas es solo una medida economicista y no está fundamentada en razones saludables”, supone “una estafa para la población y una agresión laboral a la plantilla que soporta y sufre unas condiciones laborales deplorables”.