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“Vivimos en una sociedad con una falsa sensación de igualdad”

A la derecha, Elena Sagaseta

Maialen Ferreira

Elena Sagaseta (Pamplona, 1971) es trabajadora social y coordinadora de proyectos sociales de Clara Campoamor, asociación en la que lleva 12 años trabajando. Ha estudiado el Máster en Estudios Feministas y de Género de la Universidad de Deusto y es experta en temas relacionados con la violencia de género y el feminismo. Para Segaseta, el eje de la huelga feminista del 8-M es que si las mujeres paran, el mundo se para y es lo que quiere reivindicar.

¿Cómo inició su interés por el feminismo?

Yo creo que ha sido poco a poco. La verdad es que yo crecí en un entorno familiar muy marcado por los roles de género y no me daba la gana, siempre he sido el “garbanzo negro” de la familia. Después, en el momento en el que me adentré al mundo laboral vi clarísimamente la diferencia de la problemática cómo afecta a las mujeres y cómo afecta a los hombres. Mi profesión de base es trabajo social, pero antes de empezar con violencia, específicamente, estuve trabajando en urgencias sociales y era una brutalidad la diferencia en cuestiones de género de cómo afectaba esa problemática, yo creo que ahí fue donde más me metí en la ideología y el movimiento feminista.

¿Qué pasó?

He de reconocer que concretamente la violencia contra la mujer a mí me picó cuando yo estaba de prácticas. Yo estuve con una terapeuta y me dijo que fuera a buscar a una señora a una sala de espera para pasar cita. Fui y yo esperaba a una señora que me dijeron que era víctima de violencia de género, y imaginaba a una mujer que no sé por qué, pero que tendría unas marcas, no sé. Y me encontré a una señora mayor, como podía ser mi abuela, una señora muy bien vestida, muy silenciosa y había un señor al lado con un bastón. Entonces yo volví y dije que no había nadie esperando, no había llegado la cita. Fue la terapeuta a la sala de espera y dijo que sí, que ahí estaba la mujer. Claro yo al ver a la señora con su marido que no se podía mover, que andaba con bastón, ahí fue cuando me di cuenta de lo que significaba la violencia contra la mujer. Resulta que el marido la llamaba, ella iba y él la molía a palos con el bastón. Él no se podía mover apenas pero ella cumplía con lo que él mandaba y ahí fue un golpetazo, realmente fue un antes y un después. 

¿Alguna vez ha sufrido algún tipo de discriminación por ser mujer dentro de su ámbito laboral?

En mi campo laboral los años que llevo no, pero sí he padecido el hecho de ser mujer en este mundo. Cuando era más joven, tenía una ideología de pareja en la que tenía que cumplir unos roles y ese abuso por parte de mi pareja sí lo he sufrido. El hecho del acoso callejero sí lo he sufrido. Las expectativas sociales en mi ámbito laboral al ser una profesión muy marcada por las mujeres no las he sufrido tanto pero sí en cuanto expectativas de cómo debo ser para ser una buena mujer.

¿Por qué considera que es importante el hecho de hacer una huelga feminista el próximo 8 de marzo?

Porque vivimos en una desigualdad clarísima. Seguimos teniendo un sistema marcado por la desigualdad, por las violencias machistas, por la precariedad económica, por la no corresponsabilidad de los hombres ni del Estado en los trabajos del cuidado. Que veamos más hombres en los parques con sus hijos no significa que se hayan incorporado o hayan asumido la responsabilidad de compartir los cuidados porque a lo mejor mientras él está ahí, la otra está haciendo la cena, las camas, la ropa, etc. El eje de la convocatoria es que si nosotras paramos el mundo se para, porque somos el 51% de la población.

¿Cómo cree que podría mejorar la sociedad esta problemática?

Luchando por una igualdad real y práctica. Seguimos viviendo en una sociedad con una falsa sensación de igualdad. La gente se piensa que la violencia contra las mujeres ocurre con otras mujeres, pero todas estamos expuestas a sufrir violencia por el mero hecho de ser mujer. Se está hablando de ciertos partidos políticos como Vox que intenta retroceder en derechos y en confirmaciones de problemáticas que ya están claras. La violencia de género ya se habló en la primera asamblea de la ONU en 1995 y que hoy en día se empiece a cuestionar si existe o no...madre mía.

¿Cómo ve el futuro de la mujer, mejorará la situación o terminaremos retrocediendo?

Lo que yo sé es que no podemos dar ni un paso atrás en los derechos adquiridos. Yo sí que creo que hemos avanzado en muchas cosas, por supuesto, no hay ninguna duda. Pero todavía nos quedan muchas otras. Hablar de desigualdad es hablar de situaciones de poder y del ejercicio del poder y eso no está en las manos de las mujeres. Nos pongamos como nos pongamos. Nuestros jóvenes aún siguen relacionándose con unos roles de género muy marcados, eso sólo tenemos que ver las estadísticas que está publicando el Consejo General del Poder Judicial y eso las que se denuncian las que no se denuncian ¿qué pasa, que no existen?

¿La discriminación es un tema de percepción?

Yo creo que sí es un tema de percepción, pero también de forma de mirar. Hasta que no miras con otras gafas, las gafas moradas tienen mucho que ver en eso, en cómo miramos las cosas porque realmente. Por ejemplo, en el deporte femenino, la realidad es que hay una diferencia brutal en comparación con el deporte masculino y no hace mucho están saltando muchos temas de árbitras que están siendo insultadas, increpadas y amenazadas. Eso es algo público. 

¿Y en ese aspecto, qué se puede hacer?

Nosotras estamos haciendo formación con gente muy joven, pero al final estamos viendo que se siguen socializando en modelos muy desiguales y son modelos que, por supuesto, responden al que estamos transmitiendo. Están aprendiendo que el amor debe cumplir los cánones de celos, de media naranja, de roles diferenciados y actualmente están experimentando. Es importante decir que el feminismo no mata, el machismo mata. Hay muchos intereses para que esto no cambie, pero el feminismo no mata, es una ideología inclusiva en la que pedimos el apoyo de nuestros compañeros para poder demostrar el peso que tenemos las mujeres y que no se nos puede silenciar ni violentar por el hecho de ser mujer. 

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