¿Quién puede ser un agente antirumores?
“Los inmigrantes viven de las ayudas sociales y abusan de ellas; nos quitan el trabajo. La inmigración aumenta el machismo y la violencia de género. Los inmigrantes no se quieren integrar, abusan del sistema sanitario vasco y colapsan las urgencias……”. Y así casi hasta el infinito. Esta es una pequeña muestra de los rumores que circulan por las calles sobre la población inmigrante y que complican de una manera enorme la integración y la cohesión social. En un intento de combatirlos, surgió en 2010 en Barcelona un movimiento antirumores, que con el paso del tiempo ha ido prendiendo en otras ciudades. Es el caso de Getxo (Bizkaia) y Bilbao, dos de las urbes más activas de España en el combate de los prejuicios hacia la población inmigrante. Una pieza básica de la estrategia son los conocidos como agentes antirumores que, en la práctica, podría ser cualquier ciudadano. Basta con concienciarse de la importancia de la labor y de que hacer correr de boca en boca que los rumores sobre los inmigrantes que prenden en la conciencia social carecen de fundamento.
“El objetivo no es convencer a la minoría racista, a la que hay que abordar por otras vías, ni tampoco limitarse a movilizar a los que ya están muy sensibilizados. El objetivo es seducir a una mayoría social más ambigua y sujeta a la influencia de muchos factores, como elementos culturales, discursos políticos, medios de comunicación, el entorno emocional, el impacto de elementos externos como la crisis económica…”. Así expone la filosofía del movimiento Dani de Torres, uno de los fundadores en Barcelona. Los talleres puestos en marcha por el movimiento han formado ya a más de 1.000 agentes desplegados por colectivos y empresas.
En Getxo, la primera generación de agentes antirumores está integrada por por profesores y técnicos de la Universidad del País Vasco. Alrededor de 20 personas trabajan dentro del programa, cuyo objetivo pasa no por convencer, sino por sembrar la duda en personas en los que ya han hecho un hueco los prejuicios contra los inmigrantes. La red de agentes antirumores de Getxo ha tratado con 12.000 personas solo en 2013.
El Gobierno vasco editó en 2012 la guía Frenar el rumor, en la que analiza los 12 rumores más habituales que se relacionan con la población inmigrante y los combate con datos y argumentos. El exdirector de Inmigración del Gobierno vasco y bajo cuya responsabilidad se editó la guía, Miguel González, considera que el manual tiene una gran utilidad, porque sirve de “cortafuegos para la expansión viral” de algunas ideas sobre la inmigración y las personas inmigrantes. “Dar que pensar con una información objetiva, introducir un elemento de duda en una argumentación de cartón-piedra, rectificar un dato inexacto, afirmar un principio de derecho e igualdad... son cosas relativamente sencillas y que pueden ejercer un poderoso efecto, no solo de escudo, también de semilla”.
“Tomarse la molestia”
“Tomarse la molestia”Al final de lo que se trata es de que esta red de agentes antirumores sea capaz de ‘convertir’ a los propios ciudadanos en un agente más de la causa. “Una definición de ciudadano que me gusta”, señala González, “es la de que ejercer de tal implica ‘tomarse la molestia’. Así que hace falta que alguien, como una persona, un grupo, una entidad, con espíritu cívico se tome la molestia de dejar caer estas ideas contra los prejuicios en medio de la conversación, sea ésta pública o privada, real o virtual, individual o colectiva”.
Tras analizar las experiencias en marcha en otras comunidades autónomas y su adecuación a la realidad del País Vasco, el manual aborda los 12 casos de rumores, prejuicios o estereotipos más habituales:
1-No podemos aceptar más inmigrantes: son demasiados.
2-Los inmigrantes viven de las ayudas sociales y abusan de ellas.
3-Los inmigrantes nos quitan el trabajo.
4-La inmigración aumenta el machismo y la violencia de género.
5-Los inmigrantes no se quieren integrar.
6-Los inmigrantes abusan del sistema sanitario vasco y colapsan las urgencias.
7- El alumnado inmigrante baja el nivel educativo de las escuelas y genera guetos en los centros.
8-Se llevan los pisos de protección oficial: tienen preferencia y más posibilidades que los vascos.
9-Viven apiñados y en malas condiciones. Esto encarece el mercado de alquiler y deprecia los barrios en los que se instalan.
10-La inmigración provocará que otra vez se pongan encima de la mesa las cuestiones religiosas y frenará el camino hacia la laicidad.
11- Sobreocupan el espacio público y hacen un mal uso de él.
12- No conocen las normas, carecen de civismo.
