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Sobre este blog

Soy Dani Álvarez, presento y dirijo cada mañana Boulevard en Radio Euskadi entre las 6 y las 10 de la mañana. A los 12 años escuché por primera vez a Iron Maiden y me dije “esto es lo mío”. Desde los 22 busco y cuento noticias, y a todas horas escucho Metal. He entrevistado a más lehendakaris (5) que veces he visto a Metallica o he ido a Wacken (4). Decir más sería reiterativo.

Decálogo del festivalero español

Dos 'festivaleros' caminan a través de los restos de una acampada.

Hace unos días sucedió una de esas cosas que me invitan a pensar que los promotores españoles están cambiando su sistema operativo, intentando que sus festivales den un salto de calidad que les permita acortar la distancia que aún les separa de la mayoría de festivales europeos. Los promotores se esfuerzan por mejorar, y se alejan de la imagen de chupacuartos que algunos tenían de ellos. El promotor, para los más rezagados, es el que se juega su dinero, y el de su familia, para contratar a los grupos que nadie traería si no fuera por él. Es decir, que hace el trabajo que tú nunca haces porque eres más de tener el culo pegado a la butaca escribiendo estupideces en el foro de alguna web que no lee nadie. Sí, el típico al que le estarán entrando ganas de llamarme gilipollas al final del artículo. Espera, tengo más para ti. Pero déjame terminar la historia.

Decía que los organizadores del Rock Fest Barcelona decidieron compensar a los asistentes a su festival después de que un fallo informático imposibilitara a cientos de personas comprar el abono de precio reducido para la edición de 2016. Iban a salir unas cuantas entradas a 90 euros pero el sistema de venta (Ticketmaster, esa web que centraliza la venta de entradas en todo el mundo y te mete una buena clavada por su servicio) se colapsó. Las entradas a precio reducido misteriosamente desaparecieron y pasaron de costar 90 a 150, con el consiguiente enfado del personal, que se sintió, una vez más timado.

La retahíla de insultos no hace falta reproducirla completa, pero he aquí unos ejemplos: “pandilla de ladrones, putos chorizos, cachondeo, iros a la mierda, puta mierda de organización, he puesto una queja en FACUA”, etc. Cuidado, que esto lo dice gente que estaba dispuesta a ir a un festival cuando apenas habían anunciado siete grupos, ninguno cabeza de cartel. Al loro. Pasemos esto por alto y vayamos a la concreción. Una vez que los organizadores reúnen la información, inmediatamente corrigen el embrollo, y anuncian que se podrán adquirir entradas a precio reducido durante varios días más. Faltaría más, diréis vosotros, y es cierto; qué menos que compensar a los clientes cuando no se cumple. Así debe ser.

Nada sirve, sin embargo, para que la horda de criticones cierren su improductiva boca. Porque hay algo que no cambia: los promotores se adaptan a la mayor exigencia del consumidor, pero muchos festivaleros españoles siguen creyendo que por comprar una entrada tienen derecho a un fin de semana en el Ritz. En España, una parte importante de los asistentes a festivales de Heavy Metal cumplen el siguiente decálogo, que lleva por título: hagan lo que hagan, está mal. Sus normas son estas:

  1. El cartel es una basura. No me dice nada. Si contratan a Iron Maiden, Judas o Metallica, diremos que siempre son los mismos. Si no es ninguno de esos, diremos que le faltan grupos interesantes. A otros festivales siempre van grupos más interesantes, aunque sean exactamente los mismos grupos.
  2. El lugar del festival: siempre en contra. Si es en Madrid, porque todo se lo lleva Madrid. Si es en Barcelona, criticaremos que los carteles están en catalán y no los entendemos. Si es en el Cantábrico, a los del sur les va mal, y si es en el sur, es que hace mucho calor en verano. En el año 2015 cualquier humano puede viajar a cualquier rincón del mundo, incluso al espacio, menos en España donde sólo se puede viajar en Alsa. Nos tienen que poner un festival a la puerta de casa a cada uno.
  3. El precio: siempre será un atraco. Jamás arriesgaremos nuestro dinero para hacer nada y, por supuesto, que nadie nos pida ayuda para organizar un mísero bolo. Nosotros pagamos y sólo tenemos derechos. Me da igual lo que cobren los Maiden por tocar. En Youtube es gratis. Estos ladrones se aprovechan.
  4. La bebida: no nos importa que haya que proveer bebida para 50.000 personas. Ese no es nuestro problema. No queremos cerveza caliente y de barril. Demandamos zumo de cebada artesanal. Y no nos hagáis esperar en la barra, que están tocando los Gamma Ray y me pierdo mi canción favorita.
  5. La zona de acampada: encima que pagamos, en el campo hay piedras. Sólo les falta meternos en vagones de madera y mandarnos a Auschwitz. Como mínimo, césped de campo de primera división y que la tienda nos la monte la organización, que para cobrar bien listos que andan.
  6. Si llueve hay barro. Estas cosas sólo suceden aquí. En Finlandia cubren el recinto con una carpa extensible, que lo leí en la Heavy Rock.
  7. Si hace calor, no hay sombras. Lo lógico sería que hubiera árboles de quita y pon: si estás viendo al grupo, quitas los árboles. Si el sol calienta mucho a la una de la tarde, pones la carpa extensible.
  8. La comida: no es nuestro problema que 50000 búfalos quieran comer a la misma hora. Que pongan más gente en las barras. Y lo flipante es que la tortilla sea precocinada. En Alemania por 150 euros te ponen un cocinero todo el festival. Lo leí en el Facebook de un colega.
  9. Merchandising: hay pocos puestos. Todo bastante caro. Me pillé dos camisetas y una sudadera porque estaban de oferta.
  10. Accesos: no te dejan aparcar delante del escenario principal y tienes que caminar diez minutos hasta el tren y el taxi. Cuando acaban los conciertos hay colas. En eso deberían mejorar.

Estas son las reglas de oro que suele repetir un festivalero español que, en un alto porcentaje, suele pasarse los tres días con un nivel etílico tal que sus funciones neuronales aún quedan más reducidas. Sin embargo, hay una que nunca se agota: su capacidad para poner todo a parir. Aún así, hay todavía gente dispuesta a dejarse su tiempo y su dinero por darles gusto también a ellos.

Por cierto, si alguno quiere cooperar con una iniciativa solidaria, un grupo de fotógrafos del Rock han editado un calendario solidario con Médicos sin fronteras: fotazas para una buena causa

http://rockrecords.es/rockcalendar/

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Soy Dani Álvarez, presento y dirijo cada mañana Boulevard en Radio Euskadi entre las 6 y las 10 de la mañana. A los 12 años escuché por primera vez a Iron Maiden y me dije “esto es lo mío”. Desde los 22 busco y cuento noticias, y a todas horas escucho Metal. He entrevistado a más lehendakaris (5) que veces he visto a Metallica o he ido a Wacken (4). Decir más sería reiterativo.

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