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Uno de los menores marroquíes agredidos en Navarra: “No podemos salir de casa”

Protesta contra la islamofobia en Valencia

Iker Rioja Andueza

“No podemos salir de casa. Al día siguiente de la agresión vino un señor que insultó a mi padre y nos dijo que nos iba a matar”. Quien habla es I. Cuenta apenas 13 años y ha nacido en España. Pero su familia es de origen marroquí. Este adolescente es, con sus dos primos también menores de edad, una de las tres víctimas de una agresión ocurrida la pasada semana en la pequeña localidad de Fitero, al sur de Navarra, después de que el Ayuntamiento organizara un acto de homenaje a las víctimas de los atentados yihadistas de Cataluña, en el que participaron los jóvenes. Hay dos detenidos, aunque la juez los dejó en libertad con cargos pese a que la Guardia Civil consideraba “agravante” de las lesiones el componente islamófobo de los hechos.

La Guardia Civil dio cuenta de los hechos el miércoles en un comunicado en que aludía claramente a “amenazas e insultos de carácter islamófobo”. Se da la circunstancia de que la nota llegó 24 horas después de que la magistrada negara que se hubiese producido un delito de odio. Fuentes policiales remarcan que se ratifican “punto por punto” en el atestado entregado al juzgado a pesar de la resolución conocida y en que hay indicios sobrados de que la agresión no se entiende sin el agravante del racismo.

¿Qué ocurrió? Según el atestado policial, dos personas, un varón de 55 y otro joven de 18, empujaron a los chavales cuando accedían a un establecimiento y profirieron unos primeros insultos. Después, les persiguieron en un coche y les agredieron con un “palo de grandes dimensiones”. El resultado, traumatismo craneoencefálico, heridas abiertas en la cabeza, traumatismo lumbar, contusión torácica y pérdida de conciencia. También se llevaron una denuncia a casa, formulada por los agresores.

“Nos estaban pegando y mi primo pequeño intentó separarlos y les dio un par de golpes, sí”, explica I. sobre lo ocurrido, versión que coincide con la aportada de la Guardia Civil, que no ve el caso como una pelea entre chavales sino como una agresión contra unos adolescentes que se defendieron como pudieron.

El muchacho cuenta que no es la primera vez que recibe insultos y collejas por su condición religiosa. Le ha ocurrido en el autobús, en las fiestas del pueblo y en otras ocasiones. Señala siempre a unas personas muy concretas, cuyos nombres y apellidos conoce. Pero nunca habían ido tan lejos como el otro día. “Nos seguía un coche, se bajaron, nos empujaron, el hombre llevaba un palo y le abrió una brecha a mi primo en la cabeza”, narra.

El Ayuntamiento: “Un pueblo tolerante y respetuoso”

El Ayuntamiento de Fitero, gobernado por UPN, lamenta a la vez lo ocurrido y la trascendencia mediática del suceso en toda España teniendo en cuenta que la juez ya ha dictaminado que no hubo islamofobia. En la localidad, agrega el Gobierno local, impera la convivencia entre las comunidades diversas “sin que se haya producido problema alguno”. “Fitero es una localidad donde desde hace ya muchos años conviven en un ambiente de paz y armonía comunidades de personas de diferentes culturas y religiones, sin que se haya producido problema alguno, y estamos seguros de que así seguirá siéndolo en un pueblo tolerante y respetuoso con todos”, reza el comunicado municipal.

Lo que no se menciona es que los agresores regresaron al día siguiente de los hechos a la casa familiar de los chicos. Volvieron a insultarles y volvieron a amenazarles. Y esta vez de muerte. La Guardia Civil investiga también esta segunda agresión, con una tercera persona implicada (menor de edad). Los agentes dan total credibilidad a esta nueva denuncia de la familia marroquí.

El padre de I. asegura que, a raíz de lo ocurrido, los chavales han dejado de ir a la piscina y que no salen de casa. Asegura también que nadie del Ayuntamiento se ha puesto en contacto con ellos en estos días y agradece la diligencia de la Guardia Civil.

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