Navarra, comunidad amiga de la lactancia
“Hablamos”. Los grupos de educación maternal puerperal pretenden ser “como una plaza del pueblo de las de antes”, un lugar en el que se habla y se escucha, se comparten experiencias y se aprende. Para finales de enero, según las previsiones del departamento de Salud, el Complejo Hospitalario de Navarra contará con un nuevo local para seguir celebrando esta especie de ágora sobre embarazo, parto y postparto en la que participan profesionales y mujeres embarazadas o que acaban de dar a luz. “Es un pasito más, un nuevo punto de apoyo”, valoran desde la iniciativa ‘Lacta en Navarra’. Su objetivo a largo plazo, hacer de Navarra una comunidad amiga de la lactancia materna.
Puesto en datos, conseguir que al menos la mitad de las madres navarras alimenten a sus hijos mediante lactancia materna exclusiva hasta los seis meses. Horizonte, 2025. “Hay que seguir trabajando, sin prisa pero sin pausa”, señalan.
El Servicio de Apoyo a la Gestión Clínica y Continuidad Asistencial de Atención Primaria del Servicio Navarro de Salud apunta, con datos de 2016, que el 67% de las madres da exclusivamente el pecho a sus hijos durante sus primeros 15 días de vida. Sin embargo, la lactancia materna en exclusiva se abandona progresivamente y, a los cuatro meses de vida del bebé, sólo la mitad de las madres la mantiene. A los seis meses, la lactancia en exclusiva se reduce a casi el 33% de las madres. Es un porcentaje que se antoja muy alejado del 50% que se ha establecido como objetivo para 2025, pero la progresión a lo largo de los años de este dato permite cierto optimismo. De hecho, en 2008, sólo el 20% de las madres navarras continuaba dando pecho exclusivamente a sus hijos a los seis meses de vida.
Línea prioritaria
Además de que la lactancia materna es una de las líneas de trabajo consideradas prioritarias dentro del Plan de Salud 2014-2020, en Navarra existe una importante sinergia entre el departamento de Salud y distintas asociaciones, colegios y entidades relacionados con la salud de la mujer. Uno de los lemas de la iniciativa ‘Lacta Navarra’ lo refleja así: “Entre todos lo conseguiremos”. Por el momento, parece que esta colaboración institucional y social está dando sus frutos. Todos coinciden en que la lactancia materna es una opción personal de la madre hacia su hijo, y que el mejor campo de acción para que las mujeres deseen amamantar a sus bebés es el del acompañamiento, el asesoramiento desde el rigor científico y el respeto hacia la madre. De ahí la importancia en la homogeneidad del mensaje que pueden dar los profesionales a las madres, tanto durante el embarazo como después del parto.
El pasado mes de diciembre se produjo el primer paso en la iniciativa de Salud para impulsar una red de centros de apoyo a la lactancia materna acreditados por la Organización Mundial de la Salud. La acción está enmarcada en la llamada Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN), un movimiento promovido por la OMS y su agencia para la defensa de los derechos de la infancia, UNICEF. Bajo este paraguas, el departamento de Salud pretende conseguir que las prácticas clínicas de actuación el conjunto de profesionales que trabaja en la atención materno-infantil esté basado en la “evidencia científica actualizada” de los beneficios que tiene la leche materna como alimento exclusivo desde el inicio de la vida.
Para conseguir esa unificación de criterios, Salud ha puesto en marcha un plan de formación para formadores. Siete profesionales participaron en el primer curso del pasado mes de octubre. Un mes más tarde, las inscripciones para el segundo curso superaban las 130. El éxito y la acogida de estos cursos llevan a Salud a preparar próximas ediciones durante este año, hasta consolidar la iniciativa con cursos fijos anuales.
El proceso para que un centro de salud o un hospital obtenga la acreditación de la IHAN es largo y riguroso. Se establecen siete requisitos para los centros de salud, entre ellos, disponer de una normativa escrita relativa a la lactancia natural conocida por todo el personal del centro y capacitar a todo el personal para ser capaz de llevar a cabo dicha normativa. Se antojan, tal vez, como las dos condiciones que más tiempo llevará conseguir. Primero, porque en cuanto se apela al concepto de ‘normativa’, se origina un debate en el que resulta difícil poner completamente de acuerdo a los profesionales. Y, segundo, porque la formación de dichos profesionales es algo voluntario y que responde a su sensibilidad personal hacia la lactancia materna.
Con respecto a la normativa, cabe recordar que Euskadi aprobó en 2015 su Carta de Derechos y Deberes de Osasunbidea en la que se reconocía expresamente el derecho de las mujeres a amamantar a sus hijos. Aunque tanto desde el departamento foral de Salud como desde las distintas organizaciones a favor de la lactancia materna se comparte el objetivo último de esta normativa aprobada en el País Vasco, Navarra no ha optado por una regulación similar.
Desde asociaciones como Amagintza, por ejemplo, consideraron que el reconocimiento del derecho de una madre a dar pecho a su hijo en cualquier lugar era una especie de proteccionismo innecesario. Otras entidades, como la Liga de la Leche, lo encontraron como un paso positivo, si bien no intentaron que en Navarra se aprobase una normativa parecida. Desde iniciativas como ‘Lacta Navarra’, surgida el mismo año en que se aprobó la citada Carta de Derechos en Euskadi, consideran acertado que en la Comunidad foral el interés pro lactancia se centre ahora en la formación de los profesionales.
La clave, entienden, está en la confianza que las madres depositen en las personas que van a acompañarles durante el embarazo, el parto y los primeros meses de vida de sus bebés. El protocolo establecido por la IHAN para acreditar centros de salud y hospitales establece unas condiciones y las prioriza. Lo primero es capacitar a los profesionales con una formación actualizada, científica y rigurosa. A partir de ahí, las madres podrán confiar sin reservas en los profesionales sanitarios que van a acompañarlas.
