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Obras de cine, cine de obra

Un fotograma de la película 'Saturday night and Sunday morning' / Foto: mrrobertwade, 'Flickr.com'.

Garikoitz Montañés

Dos días, una noche, la algo forzada pero excelente película protagonizada por Marion Cotillard, sobre una empleada de una fábrica que intenta que la plantilla la apoye en lugar de despedirla por mantener una paga extra, le valió la nominación (que no se convirtió en premio; la victoria de Julianne Moore estaba cantada) en la última edición de los Oscar como Mejor Actriz Principal. Más allá de esta distinción, el filme de los hermanos Dardenne también logró revitalizar la tradición cinematográfica del cine obrero. Como escribió Pedro Moral Martín, la cinta se estrenó 120 años después de que los también hermanos Lumière rodaran la Salida de obreros de la fábrica, la ahora considerada primera película de la historia, y también, primera muestra del cine social.

El séptimo arte y la lucha de los trabajadores y trabajadoras (aunque ellas prácticamente tienen su propio subgénero y su propia lucha) están, por tanto, ligados íntimamente desde sus inicios, y esa relación se ha mantenido a lo largo de la historia. Para repasarla, la Filmoteca de Navarra acoge durante los meses de abril y mayo distintas proyecciones con algunas de las obras históricas del género. En este caso, no tiene cabida Dos días, una noche, porque se trata más de rescatar filmes convertidos ya en clásicos, pero tiempo al tiempo.

El responsable de programación de la Filmoteca, Alberto Cañada, recuerda estos orígenes, pero también destaca que, ahora, se trata de un tema de actualidad, ya que la crisis ha puesto el foco “sobre el mundo laboral”. En conjunto, el ciclo consiste en la proyección de nueve películas, seleccionadas de las más de veinte en las que ha consistido el ciclo preparado por Donostia Kultura sobre este tema, con la colaboración de la Filmoteca de Valencia. De ellas, el centro navarro ha escogido cintas de diferentes países que tuvieron un impacto considerable: así, este 1 de abril está programada la mencionada Salida de los obreros de la fábrica (Francia) y La tierra (URSS), y el próximo 8 de abril seguirá el ciclo con Surcos (España), el día 15 con la estadounidense La sal de la tierra (así se tradujo la película de aspecto documental de 1954, que no debe confundirse con la reciente de Win Wenders, denominada igual), el 22 la británica Sábado noche, domingo mañana y el 29 la italiana La clase obrera va al paraíso. La programación se completará en mayo con La tierra de la gran promesa (Polonia), Novecento en dos sesiones (Italia) y La chica de la fábrica de cerillas (Finlandia). El coste de la entrada es tres euros por sesión.

Todas ellas se verán en versión original subtitulada (aunque La tierra es muda), confirmando que la Filmoteca (por cierto, y hablando de la pelea laboral, también afectada por los recortes del Gobierno Foral, aunque en este caso se centraron en la desaparición de la fundación INAAC) apuesta por otro tipo de programación (ya ha dedicado ciclos, por ejemplo, a Fellini y Truffaut), quizá “más marginal” y especializada, que incluye títulos que “no se pueden encontrar fácilmente” en las salas convencionales.

Cine y poesía

Este ciclo de cine obrero, de hecho, coincidirá en abril con otras proyecciones, como las dedicadas al proyecto Poesía y cine, que incluye las películas, cercanas al documental, Silencio! (se podrá ver el día 10), Al otro lado del mar (día 17) o Se dice poeta (el día 24), y que contará con charlas de el director y la directora de estas dos últimas, Gonzalo Ballester y Sofía Castañón, respectivamente. Pese a ser una apuesta diferente, Cañada cree que también puede suponer “un descubrimiento” para el público. Dos ciclos, una sede.

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