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Los fuegos artificiales, desde los muros de la ciudadela

Fuegos artificiales de la colección del 6 de julio, de la Pirotecnia Zaragozana. Foto: cedida.

Celia Bustamante

Pamplona —

El concurso internacional de fuegos artificiales de Pamplona es uno de los tres más importantes de España. Esto lleva a las pirotecnias a trabajar duro para intentar conseguir uno de los premios con más prestigio de la península. Los espectadores disfrutan de 15 minutos de color, ritmo y luminosidad y, para ello, las pirotecnias trabajan duro durante meses.

Comienzan a montar el espectáculo de madrugada, aunque cada empresa a una hora diferente. Los más madrugadores son los responsables de Fuegos Artificiales Hermanos Ferrández, de Murcia, que dispara una colección en Pamplona por primera vez. “Comenzamos a montar las herramientas a las cuatro de la madrugada, con el fresco, para mover las cosas más pesadas. Después, ya con el sol, cargamos la pólvora y hacemos las conexiones”, dice su responsable, Leopoldo Ferrández. Terminan de montar el espectáculo poco antes de la hora del disparo, momento en que todo el equipo se reúne alrededor de un ordenador del que depende que todo salga bien. “El mayor inconveniente que hay aquí es que en el momento que mando ‘fuego’ al ordenador, lo dejo todo en sus manos. Y los ordenadores a veces fallan. Si el ordenador falla, se estropea todo el trabajo porque al ser todo digital no tenemos ni siquiera la opción de tirarlos a mano”.

Para disparar los fuegos, los pirotécnicos colocan un cable que une directamente el ordenador y la pólvora. Los fuegos que se disparan no tienen mecha, por lo que en ningún caso podrían ser lanzados manualmente si hubiera un fallo informático. Esto aumenta la presión en el grupo encargado de lanzar los fuegos que, a unos 150 metros de los cohetes, contempla el espectáculo que lleva tanto tiempo diseñando. Desde su posición, más cercana a los fuegos que la de los espectadores, apenas pueden sentir las reacciones de los pamplonicas. “No nos enteramos mucho de las opiniones de fuera o el ambiente que se crea porque estamos dentro de la ciudadela. En nuestra colección, sí notamos los aplausos y un aluvión de aplausos final”, dice Pedro Alonso, de la pirotecnia Pibierzo, encargada de los fuegos del día 9.

El proceso de diseño se realiza con un simulador. Los encargados de crear las colecciones afirman que es como pintar un cuadro, es un arte que depende de la inspiración. Por eso, cada pirotecnia trabaja de una manera, desde grupos de cinco personas hasta parejas que, con su ordenador, imaginan los fuegos que van a disparar en Pamplona. La pirotecnia Pibierzo también se ha estrenado este año en Pamplona. En su caso han diseñado el espectáculo entre cinco personas. Pedro Alonso Fernández es el responsable y ha participado, además, en todas las etapas de creación y montaje del montaje de Pamplona. “Este espectáculo lo hemos diseñado cinco personas, conmigo a la cabeza, y el diseño en sí nos ha llevado cinco días hacerlo. Hay que añadir el tiempo de pensar, idear…”

Al tiempo invertido en el diseño hay que añadir la fabricación de los artefactos. En total, las empresas destinan unos dos meses a preparar las colecciones que disparan en San Fermín. La mayoría de ellas únicas ya que, pese a tener varios espectáculos diseñados para ir disparando a lo largo del año, para estas fiestas la mayoría de las pirotecnias prepara un espectáculo único, diseñado a la medida de la ciudad. Y es que, Pamplona tiene unas características distintas a las de otros lugares. Los profesionales destacan la gran amplitud de los muros de la ciudadela para colocar los puntos de lanzamiento, lo que permite crear fachadas muy vistosas. Consideran que San Fermín es un lugar para “lucirse” debido a la ubicación y al espacio que tienen para preparar el montaje. Además, llama la atención el gran espacio disponible para que el público vea sus creaciones.

Ganar en San Fermín

Una de las pirotecnias que conoce bien al público de San Fermín es Vulcano, que ganó el concurso el año pasado. “Es un orgullo ganar en San Fermín, es un premio muy importante”, dice su responsable, José Luis Giménez. Es difícil entrar en el concurso, y más aún ganarlo. “En Pamplona quieren a los mejores, y hay que arriesgar e innovar, si no, no participas en el concurso”. Esta pirotecnia lleva muchos años participando en las fiestas y conoce bien al público pamplonica. “En Pamplona gustan mucho los disparos digitales, esos que se disparan muy rápido y permiten hacer coreografías, el color y la luminosidad”.

El concurso de San Fermín es importante para las empresas por varias razones. Ellos consideran importante, además del entorno en el que lucen sus creaciones, el nombre de la fiesta. Destacan que, pese a que la cuantía económica del premio no es muy alta, se compensa con el reconocimiento internacional que tiene el nombre de la fiesta y la cantidad de espectadores que contemplan, cada noche, los fuegos artificales. Además, participan 9 colecciones, un número más elevado del habitual en otros lugares. Por ejemplo, en San Sebastián participan 7 pirotecnias. Por último, hay que tener en cuenta las dificultades que supone ser seleccionado para participar. El Ayuntamiento convoca un concurso público al que se presentan las pirotecnias y ganan las nueve empresas con una mejor oferta. Aquella que obtenga la mejor puntuación elige el día que desea encargarse de los fuegos artificiales, y así siguen eligiendo, según el orden y la puntuación obtenida. Los días más cotizados, son el viernes y el sábado de las fiestas.

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