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A San Fermín pedimos… solidaridad

Una de las comidas solidarias ofrecidas por París 365 durante los Sanfermines de 2016.

Rubén Pereda

Los Sanfermines son sinónimo de fiesta y diversión. La organización París 365 abre también una ventana para la solidaridad. Como en años anteriores, en el corazón de Pamplona, en la calle San Lorenzo, 31, en pleno Casco Viejo, París 365 invita al público a su comedor solidario. El objetivo consiste en recaudar fondos durante las fechas festivas para poder ofrecer ayuda a la gente verdaderamente necesitada durante el resto del año.

A lo largo de los Sanfermines de 2016, se ofrecieron un total de 1722 almuerzos, comidas y cenas. Desde la asociación, se pretende que las fiestas de este año sean tan positivas como el anterior. “Esperamos, como mínimo, poder mantener esta cifra”, asegura Eliana Alemán, una colaboradora. Incrementarlas supondría un aumento de los fondos destinados a las ayudas sociales, puesto que el 70% de los ingresos los generan ellos mismos. “Nuestros ingresos proceden mayoritariamente de donaciones, aportaciones de socios y actividades económicas, como los Sanfermines, que son muy importantes”, comenta Alemán.

Los voluntarios son capitales para poder mantener en pie esta iniciativa. En 2016, fueron 121 las personas que se acercaron a brindar su apoyo preparando y sirviendo comidas. Alemán confía en que todos ellos repitan la experiencia y que atraigan, a su vez, a más colaboradores. “Los Sanfermines son una oportunidad para atraer a voluntarios y engancharlos después al resto de proyectos sociales”, afirma. Asimismo, se ha impulsado una campaña en redes sociales y medios de comunicación para dar a conocer el proyecto a la ciudadanía. Aun así, todavía quedan puestos por cubrir.

Como bien indica el nombre del proyecto, están los 365 días del año al pie del cañón. Aunque la ciudad se suma en las celebraciones y llegar a ver el encierro sea la preocupación más importante para la gran mayoría de los pamploneses, hay asuntos que no se pueden descuidar ni un solo día. “Queremos que nadie se olvide de que, pese a que sean fiestas, siguen existiendo necesidades sociales”, explica Alemán.

El perfil más habitual de aquellos que necesitan de las ayudas de París 365 es el de personas que promedian una edad de 46 años y que acuden solas. Normalmente son parados de larga duración y que atraviesan dificultades de diferente índole: económicas, de salud, de soledad o de aislamiento.

No todo es comer

Aunque el comedor es la piedra angular del proyecto París 365, su labor no se limita a él. En el ámbito de la alimentación, mantienen una despensa solidaria que llega a abastecer hasta a 60 personas al mes. Les ofrecen una cesta de la compra de productos básicos no perecederos. Asimismo, cuentan con un programa de viviendas gracias al cual acogen a veinte personas que no pueden acceder a un alojamiento adecuado. Del mismo modo, cuentan con una ludoteca abierta a toda la sociedad, un txoko para el emprendimiento social y una tienda de segunda mano.

Por todo esto, desde el proyecto se espera que los pamploneses, guiados y acompañados por la música de las comparsas, lleguen a la céntrica Plaza de los Ajos y se dejen caer por el estand de París 365. La diversión allí tampoco cesa y Alemán anima a todos a acercarse. “Estamos en plena fiesta, es un lugar ideal para disfrutar”, zanja la colaboradora, ilusionada un año más con el proyecto.

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