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Podemos e IU rompen la unidad del cuatripartito para devolver la ley de Policías al Gobierno

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N. Elia

Es la primera gran derrota parlamentaria que sufre el Gobierno de Uxue Barkos a manos de sus socios del cuatripartito. Izquierda Unida y Podemos han mantenido su rechazo al proyecto de ley de Policías de la consejera María José Beaumont y han sumado sus votos a la oposición para conseguir que la norma no vea la luz. Únicamente Geroa Bai y EH Bildu han defendido el texto no solo frente al resto de las formaciones políticas del hemiciclo, sino también frente a la casi unánime oposición de todos los sindicatos con representación en Policía Foral, que se manifestaban ante el Parlamento mientras la Cámara sometía a debate el texto.

La derrota del Gobierno, sin embargo, no tendrá consecuencias políticas de calado. Beaumont ya ha respondido a las peticiones de la oposición que no piensa dimitir como titular de Interior: “Tengo absolutamente claro que no voy a dimitir, salvo que se dé la pérdida de confianza de quien me propuso, que fue EH Bildu, y de quien me designó, que fue Uxue Barkos”. Beaumont también ha anunciado que no impulsará una nueva ley para sustituir al texto rechazado, de forma que la norma vigente para la Policía Foral continúa siendo la que se aprobó en 2015 (con el apoyo de EH Bildu y la abstención de Geroa Bai).

El precio de las horas extra

En teoría, los sindicatos de Policía Foral buscaban esta situación. Pero la consejera Beaumont ha lanzado serias advertencias sobre las circunstancias que se avecinan para los cuerpos policiales en Navarra. “Ha ganado la irracionalidad”, ha considerado la consejera, “y los mayores paganos de esta situación son los propios agentes de Policía foral y local”, a quienes ha recomendado que “pisar tierra y valorar que esté quien esté” en el Gobierno, “hay cosas que son imposibles”. Beaumont ha llegado a calificar de “drama” la vigencia de la ley de 2015, porque con ella se están pagando en la actualidad determinados servicios policiales a precio de hora extra. Y el Gobierno quiere terminar con esta situación. De manera que habrá, en palabras de Beaumont, un “abandono” de servicios por parte del cuerpo policial autonómico que serán encomendados a otros cuerpos y fuerzas policiales del Estado. Y los agentes de Policía foral y local verán mermados sus ingresos. “Cuando esto ocurra, lo haremos público para que la ciudadanía sepa la razón y quién tiene la culpa de que esto sea así”, ha advertido Beaumont.

Tanto la consejera como EH Bildu y Geroa Bai han intentado hasta el último momento conseguir el apoyo de sus socios del cuatripartito para tramitar la ley de Beaumont. La condición ‘sine quam non’ de IU y Podemos para respaldar el texto era que este obtuviese una aprobación sindical mayoritaria. El proyecto de ley llegó el pasado mes de abril al Parlamento con la oposición de todos los sindicatos, de forma que el cuatripartito aprobó sendas prórrogas de meses para permitir que la consejera Beaumont negociase con los representantes sindicales. Pero todo resultó en vano y Beaumont cosechó serias críticas de los sindicatos, que la calificaron de “mentirosa” y “autoritaria”.

EH Bildu desplegó entonces todo su poderío municipal y una nutrida representación de alcaldes mostró públicamente su apoyo a la ley. Desde Interior se hizo llegar a los socios del cuatripartito un informe en el que se detallaban los servicios que dejaría de prestar la Policía foral si no se aprobaba la ley, y los portavoces de Geroa Bai y EH Bildu alertaron sobre el “repliegue” obligado de la Policía Foral. Pero tampoco sirvió de nada.

Así que EH Bildu y Geroa Bai tomaron la semana pasada las riendas de la situación en un último intento por hacerse con el apoyo sindical. Negociaron con los dos sindicatos corporativos policiales aceptar una serie de peticiones que Beaumont había rechazado de forma reiterada y propusieron incorporarlas a la ley a través de enmiendas parciales. La víspera del debate en el Parlamento, las asambleas de ambos sindicatos votaron si aceptaban o no la propuesta de la mitad del cuatripartito, pero el resultado fue otra negativa. “Se podrá decir que no hemos llegado a acuerdos, pero no se podrá decir que no lo hemos intentado”, resumía Beaumont después del pleno.

El balance político después de tanta negociación no había cambiado, y su ley se enfrentaba a cuatro enmiendas a la totalidad, una de ellas presentada por sus socios de Podemos e IU. No fue la que dio al traste con la ‘ley Beaumont’, ya que la primera enmienda a la totalidad que se votó, presentada por el PSN, logró los apoyos necesarios para devolver la ley al cajón de la consejera. IU votó a favor de la enmienda a la totalidad junto al resto de la oposición, mientras que Podemos se abstuvo.

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