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Tres viajes de Tudela a Pamplona por semana para recibir diálisis ante la “saturación” del Reina Sofía

Un paciente de diálisis renal durante un tratamiento / Foto: Efe.

Garikoitz Montañés

Tres viajes por semana, ida y vuelta, de Tudela a Pamplona para poder ser tratados con hemodiálisis hospitalaria. Este es el panorama que, según apuntan desde la asociación de lucha contra las enfermedades renales (Alcer) en Navarra, afrontan en la actualidad entre tres y cuatro pacientes al no poder ser tratados en el Hospital Reina Sofía de Tudela. El centro sanitario cuenta con el personal y el equipo necesario, pero ahora mismo está “saturado”: entre 42 y 44 personas reciben tratamientos a lo largo de la semana, en turnos de mañana o tarde en días alternos, y el espacio habilitado para ello ya no puede acoger más camas.

El presidente de la asociación, Manuel Arellano, ya ha traslado esta situación al Gobierno de Navarra, para pedirle que actúe con previsión y habilite un nuevo espacio en el hospital. Desde la plataforma Ribera en Defensa de la Sanidad Pública confirman esta situación, que consideran “sangrante” por el número de desplazamientos que deben afrontar estos usuarios y usuarias.

La diálisis es una terapia renal sustitutiva, que permite a las personas afectadas eliminar los desechos y los líquidos de la sangre con un filtro externo. Al hablar habitualmente de diálisis, se incluye tanto la hemodiálisis hospitalaria (en un centro hospitalario, y que normalmente se acorta como hemodiálisis a secas) como la domiciliaria y la peritoneal (que usa una membrana). En la actualidad, en torno a 360 personas en Navarra utilizan estos sistemas.

¿Y por qué se produce ahora esta situación en Tudela? En realidad, contar con un nuevo espacio para la diálisis en el hospital ya estaba contemplado en la reforma de la zona quirúrgica del Reina Sofía, pero la segunda fase de la obra se ha paralizado por “falta de disponibilidad presupuestaria”, según constató recientemente la Cámara de Comptos en un informe, ya que los trabajos se han centrado en la primera (la construcción del nuevo edificio), que ha costado 11,7 millones de euros.

Esta actuación en el Reina Sofía es una de las recogidas en el informe de Comptos sobre las inversiones sanitarias realizadas por el Gobierno de Navarra entre 2008 y 2014. Este documento, mediante el que Comptos ha puesto en duda que se realicen de forma simultánea tantos proyectos de envergadura que, después, han sufrido retrasos en su puesta en marcha por falta de equipamiento, también recogía un asunto delicado: la inversión realizada por el Ejecutivo Foral en una sala de hemodiálisis que, sin embargo y a pesar de que sigue habiendo derivaciones a la Clínica Universidad de Navarra, continúa cerrada.

Una sala sin utilizar

El proyecto, según detalla Comptos, se enmarca dentro de las reformas del Servicio de Nefrología (antes ubicado en el pabellón C, después se trasladó al sótano de Radioterapia), que terminaron en 2008 y se activaron en 2009 (costaron más de 3,2 millones y han permitido contar con 46 puestos de hemodiálisis) y que después contemplaron la ampliación de dos salas de hemodiálisis. Sin embargo, esta última actuación, con una inversión de 380.137 euros, ahora solo se utiliza en parte: una de las dos salas, con ocho monitores, sigue desocupada y fuera de uso, y eso a pesar de que aún se derivan pacientes a la Clínica Universidad de Navarra.

A este respecto, la propia consejera navarra de Salud, Marta Vera, según se recoge también en las alegaciones al propio informe, ha defendido que el número de pacientes derivados a la clínica ha descendido en los últimos años (eran 52 en 2004 y hay 30 en la actualidad, puntualiza) y ha matizado que abrir esta sala no ha sido necesario al contar con un programa activo de diálisis domiciliaria y por los resultados del programa de trasplante renal.

Desde la asociación Alcer, por su parte, afirman que contar con esa sala aún sin utilizar no supone un problema, sino un reflejo de “previsión”, según precisa Arellano, que también respalda el servicio hasta ahora ofrecido por la Clínica Universidad de Navarra, un centro de referencia en trasplantes que, según defiende, también necesita “ser nutrido” de pacientes en diálisis. No obstante, Arellano pone el foco en otra de las cuestiones recogidas en ese informe: que el Hospital de Navarra acogía en 2013 a 159 personas en hemodiálisis, Virgen del Camino a 74, la Clínica a los mencionados 30 y Tudela a 44.

“Ya no se pueden habilitar más camas”

Esas 44 personas suponen que, en la actualidad, el Reina Sofía tenga “una necesidad imperiosa” de contar con más espacio. Cada paciente pasa por la diálisis tres veces por semana, en días alternos (lunes, miércoles o viernes, o bien martes, jueves y sábados), y en turnos de mañana y tarde, de manera se llenan las plazas disponibles. Y desde la plataforma Ribera en Defensa de la Salud Pública insisten en que “ya no se pueden habilitar más camas”.

“A pesar de los buenos profesionales y el servicio, hablamos de unas instalaciones anticuadas y esta situación nos preocupa”, apunta Arellano. Por ello, pide al Gobierno Foral que contemple una actuación similar a la realizada en el Complejo Hospitalario de Navarra y evite el trasiego de traslados semanales de los alrededor de cuatro pacientes que, ahora, ante esta saturación, deben viajar hasta Pamplona. Y recuerda que, con el paso del tiempo, esa cifra de pacientes previsiblemente seguirá creciendo.

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