Pamplona se vuelca en la reflexión sobre qué hacer con el monumento a los Caídos

El monumento a los Caídos despierta interés entre los pamploneses. Tras los recientes episodios originados en su cripta, se une ahora la posibilidad de que todo el edificio desaparezca, sea derribado o, por lo menos, “resignificado”. El Ayuntamiento de Pamplona ha recibido 49 propuestas para el diseño del entorno urbano del monumento a los Caídos, “una participación altísima”, en palabras del alcalde, Joseba Asiron. Las ideas servirán para definir cómo debe ser esa zona de la ciudad, con propuestas sobre el propio edificio, la plaza de la Libertad, el parque de Serapio Esparza -toponimia que sustituyó a la antigua, que hacía apología del franquismo- y las calles adyacentes. El concurso es abierto, tanto que incluso existe la posibilidad de proponer el derribo del edificio.

Desde luego, procesos de participación ciudadana similares han recibido menos atención: 11 propuestas tuvo el proyecto del parque Sur de la Txantrea y 22 el fallido museo de los Sanfermines. Solo el parque de Aranzadi, con 47 propuestas, se acerca a los Caídos. Y es que su cripta, que fue tumba de Mola y Sanjurjo antes de que fueran exhumados, los frescos de la cúpula pintados por Ramón Stolz -uno de los exponentes más claros de la mitología del franquismo navarro- y, en definitiva, la imponente masa pétrea jalonada con símbolos franquistas en el centro de la ciudad son tema de conversación.

Durante este mes de enero, un jurado internacional elegirá entre 5 y 7 propuestas, que después serán desarrolladas y sometidas a participación ciudadana para que el conjunto de la ciudadanía pueda realizar sus aportaciones. Será el jurado el que realice la apertura de los sobres y el que compruebe cuántas de las propuestas recibidas apuestan por “resimbolizar” y mantener el edificio, modificarlo o incluso desmantelarlo. El Ayuntamiento estima que esa información podría conocerse a finales de mes.

En cualquier caso, los proyectos deberán dotar al conjunto de nuevos significados cívicos “compatibles con la memoria democrática”. Más allá de la obligación de mantener el aparcamiento subterráneo bajo la plaza y sus accesos, así como la estructura viaria, especialmente las calles Iturralde y Suit y Aoiz, la libertad es total.

El jurado, presidido por el alcalde de Pamplona, está integrado por tres personas a propuesta del Ayuntamiento, un arquitecto designado por la Gerencia de Urbanismo, un arquitecto propuesto por el COAVN y un arquitecto del Gobierno de Navarra. Como secretario, con voz pero sin voto, actuará una letrada de la Gerencia de Urbanismo.

Un jurado de garantía

Además del alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, la lista final de integrantes de jurado la conforman la doctora en Arquitectura, profesora en la Escuela de Arquitectura de Barcelona-UPC y directora de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramanet, Zaida Muxí Martínez; la profesora titular del departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, Pilar Biel Ibáñez; y el licenciado en Ciencias Políticas de la Freie Universität Berlin y doctor de la Facultad de Ciencias Sociales y de Planificación de la Technische Universität Berlin, Max Welch Guerra. A esas personalidades se suman el arquitecto y director de la Gerencia de Urbanismo y del área de Urbanismo, Vivienda y Rehabilitación del Ayuntamiento de Pamplona, Vicente Taberna Irazoki; el doctor en Arquitectura y presidente de la Agrupación Vasco Navarra de Arquitectos Urbanistas (AVNAU), Javier Martínez Callejo; y el arquitecto y profesor universitario Rafael de Cáceres Zurita. Como secretaria del jurado, con voz pero sin voto, actuará Rebeca Sánchez Ruiz.

Una vez elegidas estas propuestas, el Ayuntamiento de Pamplona solicitará a sus promotores que profundicen en su contenido, es decir, que desarrollen el anteproyecto en un proyecto básico. De forma paralela, el Ayuntamiento expondrá las propuestas preseleccionadas y abrirá un proceso de participación ciudadana para que el conjunto de la ciudadanía pueda trasladar sus aportaciones y sugerencias sobre las propuestas, que a su vez podrán ser incorporadas en el proyecto básico. Las propuestas seleccionadas recibirán una compensación económica de 25.000 euros, una vez sometidas al proceso de participación pública y desarrolladas a nivel de anteproyecto cumpliendo las exigencias establecidas para la 2ª fase. 

El Ayuntamiento estima que estos procesos puedan concluir a finales del mes de abril, y con ellos concluiría también el objeto del concurso internacional.

Para presentarse al concurso se debía asumir una doble faceta. Por un lado, la debida a su contenido simbólico y sus efectos sobre la memoria democrática, para lo que era necesaria una resignificación del monumento mediante su transformación o su desaparición; por otro, supone una ocasión para intervenir y reconvertir el espacio urbano en un lugar de encuentro engarzado en el tránsito entre la ciudad consolidada y los nuevos desarrollos urbanísticos al sur. El edificio de los Caídos se encuentra protegido, con diferente intensidad según sus partes, “aunque esta situación no es inamovible ya que el grado de protección de sus diferentes elementos ha ido cambiando con el tiempo”, opinan los responsables municipales: “Se trata de un edificio – mausoleo de gran impacto simbólico, dedicado a los muertos del bando franquista en la Guerra Civil”, denuncian.