El gerente de la Orquesta Sinfónica dice que no presupone “nada” sobre la gestión de las cuentas
El gerente de la Fundación Pablo Sarasate (FPS), entidad que gestiona la Orquesta Sinfónica de Navarra (OSN), Joaquín Romero, ha asegurado que “no se está presuponiendo nada” sobre la gestión de las cuentas entre la Sociedad de Conciertos Santa Cecilia y su fundación, y ha señalado que “quien tendrá que dirimir lo que haya tendrá que ser la Cámara de Comptos”.
Romero ha hecho estas declaraciones a los medios de comunicación después de que este miércoles el Gobierno de Navarra haya anunciado que pedirá a la Cámara de Comptos un informe de fiscalización sobre las cuentas de la Orquesta Sinfónica de Navarra tras comprobar, en una auditoría económica, una diferencia de 325.728 euros entre los ingresos por abonos de la Sociedad Santa Cecilia y la facturación realizada a esta entidad por parte de la Fundación Pablo Sarasate.
Romero ha explicado que cuando asumió el cargo como gerente “tenía los ordenadores formateados” por decisión del anterior gerente, Florentino Briones, aunque ha matizado que la contabilidad de la fundación “está íntegra” en soporte documental.
Según ha expuesto, esta situación le llevó a realizar un estudio en el que observó que, a partir de 2007, “hay un cambio de práctica” por el cual la Sociedad de Conciertos Santa Cecilia comenzó a ingresar los abonos de sus asociados, mientras que era la Fundación Pablo Sarasate la que le facturaba esa cantidad.
En este sentido, ha detallado que a partir de 2008 y hasta 2014, periodo que corresponde a la gerencia de Florentino Briones, “la cantidad facturada es menor a la ingresada por abonos, generándose un saldo que cifró en 386.432 euros y que una auditoría económica posterior redujo hasta los 325.728”.
Esta auditoría, ha indicado Romero, incluye como “hechos reseñables” la facturación y donativos a organizaciones no gubernamentales, gastos en gerencia y gestión de la sociedad de conciertos Santa Cecilia y el arrendamiento de una vivienda.
El gerente de la OSN ha señalado que transmitió esta información al patronato de la Fundación Pablo Sarasate, cuyo presidente, el entonces consejero de Cultura, Juan Luis Sánchez de Muniáin, le manifestó “su desconocimiento total de los hechos” y encargó una auditoría de cuentas. Una situación que fue confirmada, tras el cambio de gobierno, por la consejera de Cultura, Ana Herrera.
Romero ha afirmado que sobre este cambio de práctica en la facturación “no había soporte documental y automáticamente lo he transmitido” y que tampoco hay “instrucción desde gerencia ni del patronato que establezca el precio”, por lo que este año se ha seguido con el mismo sistema aunque facturando “exactamente lo mismo” que lo que ingresa Santa Cecilia.
Romero ha informado de que en verano se reunió con representantes de la Sociedad Santa Cecilia, un encuentro en el que le transmitieron que “estaban tranquilos” y afirmaban que “desde su punto de vista” la situación era “correcta”.
Finalmente, el gerente de la Fundación Pablo Sarasate ha indicado que “en función de las conclusiones que haga Comptos se tomarán o no medidas” y ha apostado por implantar un sistema de auditoría analítica que mida que “el fin social para el cual está destinado el recurso se está cumpliendo”.
