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El menú de los sindicatos para la cocina de hospitales: más control y trasparencia

La plantilla cargó con estas imágenes (una trucha a la navarra) contra la calidad de la alimentación en el CHN.

Garikoitz Montañés

A corto plazo, más controles de la calidad de la alimentación en las cocinas hospitalarias y más trasparencia; y, a medio, realizar las gestiones pertinentes para que el servicio vuelva a manos públicas. Esta es la hoja de ruta que trazan varios sindicatos del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) tras el anuncio de los planes del Gobierno Foral, y que pasan por recuperar esas cocinas, como pronto, desde septiembre de 2016, cuando expira el contrato con la empresa Mediterránea de Cátering. Al final, eso supone que los hospitales públicos navarros continuarán prácticamente otro año más con este servicio, pero formaciones como LAB o SAE insisten en que hay medidas que pueden adoptarse ya.

La recuperación de la gestión pública de ciertos servicios públicos era uno de los compromisos prioritarios anunciados por el Gobierno Foral, con la cocina hospitalaria como gran referente. No obstante, Geroa Bai fue bastante comedido durante la campaña electoral, cuando insistió en que habría que estudiar el coste que supondría esta posible recuperación del servicio, adjudicado en 2012 por cuatro años y un importe de 22,8 millones de euros (IVA excluido). Y ahora el consejero navarro de Salud, Fernando Domínguez, ha confirmado los resultados de ese estudio, y ha advertido de que sería complicado terminar antes de tiempo el contrato (que expira el 26 de septiembre de 2016) sin acabar en un pleito.

En el pleno del Parlamento de Navarra, y en respuesta a una pregunta de Podemos, Domínguez ha apuntado que el objetivo es recuperar esa gestión “en cuanto se pueda”, porque, según ha reconocido, esta subcontratación conllevó una “sensible” pérdida de calidad del servicio. El plan ahora es decidir cuestiones como dónde se ubicarían esas cocinas, cuál sería su equipamiento y su personal. Y el plazo es anunciar la decisión en diciembre.

Esta medida, en cualquier caso, supondría un paso adelante para quienes demandaban la recuperación de las cocinas, pero también certifica que Mediterránea de Cátering puede cumplir todo su contrato. El sindicato LAB había sido uno de los más exigentes, al asegurar que el Gobierno Foral podía aumentar los controles de calidad para certificar que el contrato con la firma se estaba incumpliendo. Ahora, el representante sindical de LAB en el CHN Alberto Mendilazo apunta que, si realmente se ha comprobado que la operación tiene un coste excesivo, esta situación abre un periodo de casi un ejercicio para preparar el terreno para la gestión pública, un proceso que no sería sencillo.

Hasta entonces, desde el sindicato abertzale exigen al Ejecutivo más trasparencia en las incidencias registradas en el servicio, un mayor control de salud (más vigilancia por parte del personal de Dietética) y, en el caso de que sean necesarias, aplicar las sanciones correspondientes. Porque Mendilazo considera que muchas de las anunciadas se quedaban “muy cortas” para un servicio de la importancia de las cocinas. Se refiere, por ejemplo, a los 6.000 euros de sanción confirmados en los tribunales tras los “constantes” errores en la preparación.

Menos quejas, ¿más resignación?

Begoña López, del Sindicato de Auxiliares de Enfermería, recuerda que el nivel de quejas en torno a la alimentación en los hospitales se ha reducido de forma considerable (el defensor del Paciente registró 2.278 en 2013 y 303 en 2014, por ejemplo, pero en 2012, antes de la subcontratación, habían sido 8), algo que atribuye a que la calidad de la comida “ha mejorado”, al cambio de los carros de la comida (los que se implantaron servían para calentar en parte la comida pero rompían, asegura, la cadena de frío), y a que los y las pacientes ya asumen que la calidad de la alimentación no es la deseable “y se han acostumbrado” o bien, al final, se sorprenden de que no sea tan baja. Fuentes del personal, no obstante, insisten en que hay personas ingresadas que siguen alimentándose con comida de fuera del hospital, algo que también opinó el propio consejero, lo que puede suponer un riesgo para el tratamiento al no tener clara la dieta seguida.

En cualquier caso, y pese a la mejoría de la comida frente a los primeros meses de entrada en vigor del servicio subcontratado, fuentes sindicales ya se preguntan cómo puede ser la reacción de Mediterránea de Cátering, si buscará una prórroga del servicio mejorando la calidad o dará el contrato por perdido más allá de 2016. Este periódico no ha podido contar con una respuesta de la firma al respecto.

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