Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

Periodista. Entre rebote y rebote 'cambió' el baloncesto por la actualidad.

Bieito Rubido es un cobarde

Igor Marín

No tengo el placer de conocer personalmente a Eduardo Madina. Como tampoco lo tengo de conocer a cientos de políticos, empresarios, profesores y periodistas que caminaron bajo la sombra de la escolta en los todavía cercanos años del plomo en Euskadi. No tengo excesivo interés de hablar en estas líneas sobre si Madina o López, Chacón o el espíritu del Che Guevara se presentarán a las primarias del PSOE. En estos precisos momentos me importa un bledo ese asunto. Quiero escribir con el mayor respeto posible sobre la persona que está detrás del nombre. Sobre Eduardo. Sobre los miles de Eduardos que viven en este país.

Edu, como dicen que le conocen en su ámbito, salió a trabajar el 19 de febrero de 2002. Con 26 años recién cumplidos recorrió cerca de 10 kilómetros con una bomba lapa adosada a su Seat Ibiza. En una rotonda cerca de un centro comercial, entre dos gasolineras cercanas, el detonador hizo contacto y una fuerte explosión hirió gravemente a Madina. Perdió una pierna y, con ella, una de las grandes ilusiones de su vida: la posibilidad de jugar al voleibol. Lo hacía en el equipo de la Universidad. El atentado no solo le dejó secuelas físicas. Sus padres padecieron una profunda depresión. Su madre falleció diez meses después del atentado de un infarto. Repito: su madre falleció diez meses después de un infarto.

El pasado viernes en el programa 'La mañana' de la COPE, emisora en la que he trabajado, el director de ABC, Bieito Rubido, tuvo la indecencia de decir que Eduardo Madina simpatiza más con lo que piensa ETA que con lo que piensa el Partido Popular. Tampoco voy a entrar a analizar por qué hay que simpatizar con lo piensa el Partido Popular ni cuál es el dogma de fe popular que me he debido de perder en algún momento. Me quedo con la comparación. Es odiosa. Es repugnante. Es insoportable. Es cobarde.

Porque hay que ser cobarde para decir que alguien que ha sufrido un atentado está cerca de lo que piensan quienes le intentaron asesinar, quienes le amputaron una pierna cuando quisieron robarle la vida, quienes provocaron que perdiese a su madre. Hay que ser cobarde para vomitar semejante barbaridad simplemente con la intención de desgastar a un político. Hay que ser cobarde para, a las horas en las que escribo este artículo, no haber salido a rectificar y disculparse.

Por mi trabajo he conocido a muchas personas que estaban en el punto de mira de ETA. He trabajado mano a mano con ellas. Fui asesor de dos cargos politicos y viví en primera persona la crudeza de la amenaza permanente que soportaban. Conocí y conozco a personas de todas las ideologias que llevaban escolta. Y todas, absolutamente todas, tienen mi respeto total y absoluto. No comparto con muchos su forma de pensar pero sé que estaban entregados a su tierra a pesar de los pesares y con una terrible carga personal y familiar.

Señor Rubido, le trato de señor porque mis padres me enseñaron a respetar a las personas que no conozco, deje de utilizar la violencia como excusa o argumento político. Deje de calificar como ETA todo lo que no le guste. Eduardo Madina está muy lejos de ETA. Ni siquiera Bildu es ETA aunque hay veces que sospecho que a usted le gustaría que así fuera. Deje de actuar como vocero de la caverna o, si no es capaz, deje de hacerlo mancillando el nombre de sus rivales politicos. Es libre de opinar lo que le venga en gana, gracias entre otras cosas a los miles de Eduardos que soportaron estoicamente la amenaza del franquismo y el terrorismo, pero no se envalentone tanto para lograr una frase que le aplaudan sus compañeros de camada.

Sobre este blog

Periodista. Entre rebote y rebote 'cambió' el baloncesto por la actualidad.

Etiquetas
stats