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Una imagen vale más que mil acordes

Una de las paredes de la exposición del bar Orain

Rubén Pereda

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Nada más abrir la puerta, le embarga a uno la sensación de que el local tiene un microclima especial. Suenan los acordes de ‘Man on the Moon’, la icónica canción de R.E.M., y, como si nos encontrásemos precisamente en esa fase del sueño, nos adentramos en una pequeña fortaleza del rock. En eso se ha convertido el bar Orain, vestido de gala para los prolegómenos del Azkena Rock. La música guía al visitante por el amplio espacio. De las paredes cuelgan, como si fuesen preciados trofeos, pedacitos de la historia del rock.

Gorka Ruiz de Heredia y Stuart Macdonald son dos referentes de la fotografía musical y los cámaras seleccionados para cubrir esta decimoctava edición, la de 2019. Ahora, sus trabajos habitan el bar Orain. “Fue un antojo personal”, confiesa la dueña de la taberna, en referencia a las reliquias que cuelgan de las paredes. “Quería tener a Stuart aquí, porque es un referente. Ya no solo como fotógrafo, sino también como persona”, asegura, con un deje de admiración patente en su voz.

La luz es tenue en el local, la propicia para sentarse y disfrutar, con calma y sin ninguna prisa, de la música, que no cesa. “Hey, baby, are you having fun?”, preguntan Stipe y los suyos. Como para no. La luz, que parecía tímida en el resto del bar, inunda los retratos en forma de fotografías, obra de los flases y los objetivos de Macdonald y Ruiz de Heredia. Esas fotos son más que meras imágenes, transmiten sonidos acompasados, transportan a los pies del escenario a aquel que se detenga a observarlas. Permiten percibir los ecos de las guitarras de Mando Diao o los de la inconfundible voz de Till Lindemann, el de los Rammstein.

Desde otra de las esquinas del Orain nos llama la escocesa Sharleen Spiteri, la líder de Texas, que blande con maestría su guitarra y eleva su potente voz por encima de las de todos los demás. También alcanzan retazos de Lorenzo Woodrose, que se acercó a Vitoria para la edición del Azkena en 2008. Su paso por el festival quedó inmortalizado para la eternidad por la cámara, cómo no, y ahora se expone en el bar.

También poblan las paredes Gregg Allman, Lynyrd Skynyrd o The Cult, entre muchos otros. La estancia en el Orain puede prolongarse tanto como uno quiera. Nosotros nos vamos despidiendo de todos ellos y también de R.E.M. Poco a poco vamos saliendo del sueño en que nos encontrábamos, desperezándonos. Stipe nos despide, preguntándonos si seguiremos en la brecha. “Tell me, are you locked in the punch?” Por supuesto. Estos días, en el Orain, y, el viernes y el sábado, también en el Azkena; rodeados, en ambos casos, de los mejores.

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