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Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

Cifras y letras

José Gordejuela

El nacionalismo rampante en nuestro país siempre ha dado una gran importancia a la construcción de símbolos y estructuras de carácter nacional que mostraran la voluntad irreductible de nuestra pequeña aldea de galos de permanecer, ser y existir frente al invasor romano.

Dos de esos iconos son la Ertzaintza y Euskal Irrati Telebista, aunque yo prefiera otros más útiles como Osakidetza o la Escuela Pública Vasca. Por cierto, estos últimos construidos en gran medida durante la gestión de socialistas como Jáuregui, Freire, Buesa o Recalde. Por comentar.

Para el PNV siempre ha sido más importante tener guardias, tele y radio que Sanidad y Educación públicas y de calidad. Que no digo que lo último les importe un ardite, solo que les preocupa menos.

La Ertzaintza sirve, por ejemplo, para proteger ETB frente a un presumible ataque de la Guardia civil, como parece que ocurrió cuando Gorordo, que antes de alcalde de Bilbao fue director general de la tele y radio pública vasca, puso en marcha ETB 2 allá por 1986.

Previamente, en 1982, se había inaugurado ETB que emitía en euskera y que compartía el éter con los dos canales de TVE. Al parecer, ni en estas favorables condiciones de competencia el txori conseguía una audiencia interesante. La irrelevancia de ETB se hizo manifiesta durante la huelga que mantuvieron sus trabajadores durante gran parte de 1985. Muy poca gente se percató de que el canal vasco se iba a negro la mayor parte del día.

La huelga comenzó a finales de diciembre de 1985, se agudizó en primavera y finalizó en diciembre con el nombramiento de Gorordo y la destitución del bikote Amatiño y Areizaga, que entonces regían los destinos de la tele vasca. Y Gorordo y el PNV lo vieron muy claro: o hacemos un canal en español o no vendemos un peine. Y hasta hoy.

EiTB ha sido siempre monopolio del PNV con la excepción de los tres años y nueve meses de la dirección de Alberto Surio, apoyado por la mayoría parlamentaria del PSE y del PP. Y 33 años dan para muchas cifras y para desmontar o afianzar muchos mitos, como el que dice que los socialistas y el PP hundieron EiTB.

Me pongo un poquito Ana Pastor y recurro al verificador. La máxima audiencia obtenida por ETB 1 en un año de su historia fue el 7,5% de 1998. Casi el dato de ETB 2 el mes pasado, por cierto. Por su parte este último canal hizo su máximo en 2001 con un 18,1%.

En 2006, con el PNV al frente del tinglado ETB 1 obtuvo un 5,2% (-2,3 puntos del máximo histórico) y ETB 2 un 16,5% (-1,6 puntos). En 2009, último año de parrillas de Bingen Zupiria, entonces director general in pectore de la cosa, ETB 1 promedió un 3,2% (-2% sobre 2006) y ETB 2 un 13,4% (-3,2% sobre 2006). ¿Alguien conocía estos datos? ¿Hubo explicaciones sobre la pérdida del 22% de la audiencia en los últimos cuatro años de gestión nacionalista con presupuestos expansivos? ¿Petición de dimisiones? ¿Qué responsabilidad tenían entonces personas como Maite Iturbe y otros que permanecieron en sus puestos de dirección con Surio y ascendieron después de él?

Alberto Surio, por su parte, dejó el ente el febrero de 2013 con unos datos, en su último año, de 2,1% y 10,1% en ETB 1 y 2 respectivamente. Una pérdida del 26% de la audiencia heredada. En este caso se pidieron explicaciones casi a diario y se solicitaron dimisiones día sí y día también.

Las explicaciones ofrecidas por la dirección de entonces fueron básicamente tres. Una es indemostrable: el boicot y la desafección promovida por el PNV entre sus bases hacia ETB. Algo así como “yo ya no veo ETB porque me lo han dicho en el batzoki” o “para ver la ETB del PPPSOE veo Telecinco”. La segunda explicación fue la irrupción de la TDT y el aumento de la oferta audiovisual. Esta es incontestable.

Y la última era la presupuestaria. Durante la gestión de Alberto Surio el presupuesto de EiTB cayó desde los 190 millones de euros del último año de Zupiria hasta los 142,5 millones de euros del último año de Surio, precisamente, el mejor en audiencia de su mandato.

Y volvió el PNV a dirigir EiTB. Con Maite Iturbe a la cabeza de una dirección muy profesional que conocía el ente a la perfección, tal vez por haberlo dirigido durante prácticamente toda su existencia, incluida la etapa Surio. Dijeron entonces que no era una dirección politizada, aunque llevaban toda la vida trabajando en una institución predominantemente nacionalista en su concepción, crecimiento, madurez y decrepitud.

Decrepitud sí. A pesar de las fanfarrias y trompetas que alumbraron la égida Iturbe -¡llegan los nuestros!-, que auguraban el retorno al Brideshead de las audiencias, la directora actual, cuya dimisión ha sido solicitada por el Parlamento vasco, enfila con mano firme, el viejo y roñoso barco en línea recta al iceberg más tocho que ha visto. ¡Camión, llévame! parece la máxima de esta cuadrilla.

Y más cifras: Durante los últimos doce meses, ETB 1 ha obtenido un 2% de share y ETB 2 un 8,6%. Es decir, el canal en euskera se ha dejado una décima sobre el último dato de Surio a pesar de haber invertido una interesante millonada en adquisición de programas sin ton ni son. Y ETB 2 ha perdido el 15% de la audiencia heredada. Y solo han pasado dos años. El dato se agrava si solo prestamos atención al pasado mes de abril que el segundo canal cerró con el 7,8%. ¿Y cuáles son las explicaciones de los gestores actuales?

Una cosa es gestionar abundancia y derroche en un ambiente complaciente y acrítico, comprando caro y mucho –que es la experiencia del actual equipo rector del mamotreto- y otra administrar la miseria en forma de crisis de audiencias, recortes de plantilla y reducciones presupuestarias. Y el lehendakari mirando.

Mientras, el Parlamento vasco ha decidido tomar cartas en el asunto. Visto el éxito que tuvo la petición de dimisión de Iturbe –más demérito de ella y el PNV que de la institución legislativa- y la velocidad que les caracteriza, han decidido encargar a la Universidad del País Vasco un estudio, informe o similar sobre el futuro de Euskal Irrati Telebista. ¡Dios nos asista! Con el mismo en las manos -¿en serio la UPV nos va a contar como reflotar una empresa?-, el Parlamento hará unas recomendaciones sobre el tema. ¿La fecha? Esperan tenerlo todo para la primavera de 2016. Igual ya no hace falta.

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