Digitalización y libros de texto ¿para cuando la información y formación al profesorado?

Una vez más, el Departamento de Educación del Gobierno Vasco opta por informar de las novedades que implantará en el curso próximo a través de la prensa y en periodo vacacional. Por este único medio los sindicatos vascos de enseñanza, representantes legítimos de las y los trabajadores del sector público docente, tenemos que enterarnos de las intenciones de esta consejería. En este caso, sobre la sustitución de los libros de texto por material on line en los dos últimos cursos de Primaria y los dos primeros de Secundaria. Da la impresión de que informando a la ciudadanía de por dónde piensa moverse (¡por fin!, tras tres años de espera) en asuntos de TICs cumple con su responsabilidad.

Pero no es así. Habrá que recordarle una vez más a la señora consejera que el aprendizaje activo en el aula requiere de dos sujetos (profesorado-alumnado) que necesitan intercomunicarse para completar el proceso educativo. Y en este caso se olvida -se ignora- al primero. Desatiende, por tanto, su Departamento de Educación (¡otra más!) su responsabilidad de comunicación con los equipos docentes y con sus representantes sindicales.

Se nos responderá probablemente que esta información llegará a su debido tiempo, es decir, en septiembre, cuando el profesorado tenga que improvisar sus primeras sesiones, a la espera de una formación que a día de hoy se desconoce y tan solo lo/as más ingenuos/as esperan encontrar.

De poco servirá innovar con la última tecnología aplicada al aula si las y los docentes ignoran iniciativas, desconocen programas. Nadie les ha informado si estamos ante una continuación del olvidado Eskola 2.0 o ante la última ocurrencia de un Departamento sin norte que se mueve sin objetivos definidos.

Mientras se despejan estas dudas, una triste y desagradable realidad: el ninguneo que sufrimos los y las docentes, como agentes educadores por parte de una Administración educativa que nos ignora tantas veces como tiene oportunidad.

Cierta mañana de un día de octubre del pasado año, la Consejera de Educación presentaba a los medios de comunicación una campaña publicitaria que bajo el título “SOY PROFESORA; SOY PROFESOR” pretendía “prestigiar la figura y la labor del profesorado e impulsar un mayor reconocimiento social ante su importante labor”. En su día mostramos nuestro recelo ante las evidencias que hasta entonces demostraban lo contrario. Tristemente, con noticias como la que ahora denunciamos, seguimos con más de lo mismo.