Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

Tapar la pobreza con un relato y el resurgir de los monstruos

Protesta contra los recortes en la RGI frente a una oficina de Lanbide, en Barakaldo. Foto: Santos Cirilo

Laura Gómez

0

Hace unas pocas semanas el Gobierno Vasco publicaba en su página web unas tablas estadísticas que dan cuenta del alcance de la pobreza y de las desigualdades sociales en la Euskadi de 2018. Estas tablas pertenecen a la Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales que elabora bianualmente y publica en forma de informe de resultados.

Ciertamente, los datos son alarmantes. Nunca ha habido tantas personas pobres y en riesgo de pobreza en Euskadi. Son los peores datos del último decenio. Los resumía con acierto Ander Rodríguez, buen conocedor y analista de las políticas sociales vascas: desde 2008 se extiende la precariedad, se incrementa la desigualdad, crece la pobreza y se empobrece la pobreza porque no sólo la que era ya pobre no sale de ella, sino que aún lo es más de lo que lo era entonces.

En todos los indicadores de la serie temporal, la situación empeora manifiestamente si eres mujer y, especialmente, si encabezas un hogar monoparental. En sólo diez años, la pobreza real ha pasado de concentrarse en el 34% de los hogares monoparentales encabezados por una mujer, a hacerlo en el 50,6% de ellos. Según los datos de Eurostat, los hogares con menores a cargo liderados por mujeres no han dejado de aumentar en las últimas décadas en detrimento de la familia nuclear tradicional. Así que la situación para nosotras empieza a adquirir tintes de emergencia social. Por resumirlo: hoy hay más mujeres vascas que viven peor que hace diez años y todo indica que cada vez serán más.

El repunte en la temporalidad de los contratos advertida recientemente por el Consejo de Relaciones Laborales (CRL), las jornadas parciales que afectan al 75% de las mujeres empleadas en Euskadi y que apenas han mejorado en la última década según los estudios publicados por Emakunde, las brechas de género en materia salarial y de pensiones, entre otras, son algunas de las razones que se ocultan tras este empobrecimiento generalizado.

¿Qué les dice el Gobierno Vasco a los viejos y nuevos pobres y, especialmente, a las pobres vascas? En principio, nada. De momento, ni ha publicado el informe de resultados de la Encuesta como viene siendo habitual, ni se ha pronunciado al respecto.

Sí hemos podido escuchar, sin embargo, el pasado 15 de julio a Iñigo Urkullu en la sede de Naciones Unidas en New York decir: “en Euskadi Basque Country somos un país comprometido con el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático; el crecimiento inteligente y el empleo de calidad, especialmente para la juventud. Un país que trabaja por la igualdad efectiva de mujeres y hombres. El modelo vasco demuestra que autogobierno es sinónimo de bienestar. Un autogobierno con competencias para la financiación y el desarrollo de las políticas públicas”. Un día después, también pudimos escuchar a la eurodiputada del PNV, Izaskun Bilbao, brindar un apoyo emocionado a la nueva Presidenta conservadora de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, que inaguraba una nueva coalición entre fuerzas conservadoras, liberales y social-liberales apoyada por partidos de la ultraderecha polaca y húngara. La UE siempre ha operado como el horizonte de referencia soñado para las instituciones vascas gobernadas por el PNV.

Parece evidente que los datos de la medición de la realidad indican que la crisis financiera se ha cerrado en los últimos diez años consolidando la precariedad vital como nuevo régimen para cada vez más personas. El ejecutivo autonómico vasco liderado por el PNV, y en coalición con el PSE, elige contarnos dos historias. La de un Urkullu pegado al discurso de la recuperación que elige proyectar un discurso triunfalista que funciona de una manera similar a la de las fake news: importa más las creencias y sostenerlas a base de repetición que operar a partir de datos e información real proveniente de sus propias estadísticas oficiales. Y la de un Ortuzar: “El PNV no es Superman que llega y lo arregla todo” que apunta a España como responsable última de todo. Más explícitamente lo expresó en la pasada campaña electoral el dirigente gipuzkoano, Joseba Egibar: “Muchos expertos piensan que, para Cataluña, España es un lastre y ¿para nosotros no, o qué?”.

A tenor de los resultados electorales, lo que es obvio es que la estrategia negacionista, por un lado, y exculpatoria, por otro, funciona. Su eficacia probablemente está vinculada, en primer lugar, con la reinterpretación de la historia española reciente y el papel que ha jugado el PNV en ella.

Por eso, de vez en cuando, hay que volver a recordar. En el 2008 el mercado financiero estallaba preso de su avidez por multiplicar su cuenta de beneficios en tiempo récord. El Gobierno español del PSOE rescataba a los bancos, se endeudaba y, exigencias de una Bruselas liderada por la coalición social-liberal y conservadora mediante, reformaba en 2011, junto al PP, el artículo 135 de la CE para priorizar el pago de la deuda frente a cualquier necesidad social existente. Se inaguraba un nuevo decenio, esta vez bajo gobiernos del PP, caracterizado por recortes en el gasto público, profundización en la privatización de servicios públicos, avance en la desregulación del mercado laboral, reducción de salarios y también, en el pago de impuestos. El PNV haría de muleta sostenedora de todos y cada uno de los gobiernos españoles, y se haría evidente que la UE era la variable independiente sin la que no se pueden entender las políticas austericidas que se ponen en marcha.

Y, en segundo lugar, la efectividad del relato también está relacionada con dos afirmaciones opuestas a la intuición: que a mayor autogobierno se disfruta de mayor bienestar, y que un mayor desarrollo de políticas de igualdad implican una mejora de la vida de las mujeres.

Si los datos se empeñan en mostrar lo contrario, entonces, es que son falsas. Por un lado, porque la imposición europea de control de gasto público y constitucionalizada vía artículo 135, ha servido para iniciar un proceso de recentralización que ha debilitado la autonomía financiera, competencial y auto-organizativa también de Euskadi.

Y, por otro, porque si bien Euskadi opera a nivel estatal como un referente en materia de políticas de igualdad y a diferencia de otros territorios no ha aplicado recortes presupuestarios generalizados en los últimos diez años, que las mujeres vascas hayamos visto empeorar nuestras vidas, nos recuerda que no sólo es relevante desplegar políticas públicas, sino atender al enfoque de las mismas. La agenda de igualdad ha fracasado porque se ha centrado básicamente en combatir los estereotipos de género y en impulsar la participación de las mujeres en el mercado laboral al tiempo que se producía un endurecimiento en el acceso a los derechos sociales, a la desregulación del mercado laboral y se congelaban o eliminaban los pequeños pasos dados para que los cuidados fueran asumidos como una responsabilidad colectiva.

Dice la filósofa feminista Silvia Gil que la paradoja de la época es que “al mismo tiempo que vamos ganando, vamos perdiendo”. El malestar social producto del fracaso de las políticas pre y post crack del 2008 nos trajeron la cuarta ola feminista, pero también el resurgir de la extrema derecha a escala planetaria.

El discurso ficticio de la recuperación, la extrema derecha como apelación al voto útil y la criminalización sistémica de cualquier opción política de izquierda transformadora está manteniendo y recolocando a los responsables del desastre al frente del nuevo ciclo. Insistir en las mismas políticas que aumentan el dolor para una amplia mayoría sólo acelerará la llegada de un nuevo malestar en el que, como vemos en Europa, las salidas excluyentes están alcanzando posiciones de gobierno. Y cuando la política haya perdido sus soluciones democráticas ¿volveremos a escuchar al PNV diciendo que ellos o los monstruos?

Sobre este blog

Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

Etiquetas
stats