Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

La guerra de los inmigrantes

Isabel Camacho

No sabemos cómo se llaman pero sí que algunos estrenaron zapatos para celebrar la larga travesía que les haría desembarcar en una nueva vida. Más de 350 somalíes y eritreos han perdido la vida intentando llegar a Europa. Antes que ellos, desde 1990 otros 8.000 cadáveres fueron trasladados a ese cementerio sin lápidas que es Lampedusa. La diferencia es que esta vez los muertos son más y el grito, imparable. Al menos, mientras persista el eco de la tragedia.

Las cifras estremecen. En los últimos 25 años, 20.000 personas han muerto cuando intentaban cruzar el Mediterráneo camino de Europa. Ataques que conmocionaron el mundo, como los del 11 de septiembre en Estados Unidos, dejaron casi 3.000 víctimas y los del 11-M en Madrid, 192. ETA asesinó a 829 personas durante sus 40 años de terror. ¿Alguien imagina que no se hubieran adoptado medidas para frenar la barbarie?

¿Cuántos miles de desesperados: mujeres, muchas embarazadas, niños solos, jóvenes y hombres tienen que morir en su búsqueda de la supervivencia o de una vida mejor? ¿No es un escándalo? ¿Un latigazo en las conciencias?

Lo grave, lo vergonzoso es que el número de víctimas seguirá aumentando si los países continúan criminalizando la migración irregular, tal y como ha reconocido el canadiense François Crépeau, Relator Especial de Naciones Unidas para los derechos humanos de los migrantes con motivo de la última tragedia en Lampedusa.

Sabemos que el riesgo o la amenaza de muerte no paralizan a quienes huyen de la guerra. Tampoco hay muros para el que anhela abandonar la pobreza, para quien sueña con una vida mejor.

Nos estremecen imágenes como la de Lampedusa y salvo algunos desalmados todos se apenan y compadecen. Pero, ¿qué ocurre cuando los migrantes logran salir del laberinto burocrático y de persecución? ¿Cómo convivimos con quienes sobreviven a los naufragios, a las travesías por el desierto, a los bajos de un camión?

Seamos sinceros. En los últimos años, la crisis económica ha propiciado una ola de xenofobia que en tiempos de bonanza no existía o al menos no se percibía.

Personas nada sospechosas de racismo hace tiempo que culpan a los inmigrantes de todos nuestros males. Somos nosotros y ellos, como si se tratara de dos ejércitos enfrentados en el campo de batalla.

Es cierto que las actitudes incívicas, y ya no digamos delictivas, de algunos inmigrantes agravan la situación. Cada vez que un extranjero comete un delito, los comentarios en los medios de comunicación y en la calle se llenan de exabruptos.

A los inmigrantes se les acusa de estar especialmente protegidos por las instituciones, acaparar ayudas, puestos de trabajo y, por supuesto, delinquir.

Son algunos de los prejuicios más arraigados en una sociedad que ve en los inmigrantes un problema y no una contribución a la sociedad en la que están inmersos.

La realidad es que muchos carecen del derecho a trabajar legalmente, sufren los recortes a los accesos a los servicios sociales y sanitarios y viven con el temor no solo a la policía sino a las denuncias de los propios vecinos.

Lloramos ante las imágenes de Lampedusa pero en los Juzgados no dudan en apuntar a Argelia y Marruecos como los países de donde recalan los autores de las mayores tropelías.

Hay menores marroquíes a los que la policía persigue por robo y ataques contra las personas sin demasiado éxito de redención. Hay viejitos que tiemblan ante la irrupción en sus hogares de bandas albanesas o kosovares. Vecinos que derraman su rabia ante el avasallamiento de grupos de sudamericanos en sus calles. Desempleados que lamentan que los inmigrantes acaparan demasiadas ayudas sociales.

No juzgo, solo constato. Por proporcionar un dato significativo: el 40% de los perceptores de la Renta General de Ingresos (RGI) en Euskadi son inmigrantes. Una proporción llamativa si se tiene en cuenta que ese colectivo representa al 6,8% de la población vasca.

La sociedad debe garantizar los derechos y libertades de las personas inmigrantes. Pero, estos deben tener obligaciones. En tiempos de zozobra es más urgente que nunca apostar por una pedagogía de la verdad basada en los aspectos positivos de la inmigración. Entre todos, tenemos que buscar puntos de encuentro para conformar una sociedad más rica y plural.

Es necesario huir de las llamadas peligrosas y apologías racistas y xenofóbas que se están haciendo un hueco cada vez mayor en Europa. La crisis económica obliga a encender las luces rojas de la decencia y el respeto a la diversidad.

Uno estudio de 2010 sobre la contribución de la inmigración a la economía muestra el otro lado del espejo. En la última década, el 60% del crecimiento de la economía española se puede asignar a la inmigración que ha elevado un 32% la renta per cápita, hasta los 23.000 euros en 2010. Los trabajadores extranjeros realizaban una contribución directa al empleo cercana al 15% y el valor añadido que generaban representaba el 10% del Producto Interior Bruto (PIB). Sin inmigración, España habría sufrido una crisis económica aún más prolongada y su salida, aún más complicada.

Confío en que un día resulte extraño leer cosas como éstas. ¡Ojalá se celebre un acto en el que se nombre uno a uno a los 350 muertos de la última tragedia de la inmigración! Todos tenían nombre, amaban y soñaban. Eran importantes para alguien, como todas las víctimas.

Sobre este blog

Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

Etiquetas
stats