¡Papá, quiero ser político! Eso es lo que me dijo mi hijo cuando leyó una noticia suculenta en este diario. Una eurodiputada del PSOE (lo de menos es el partido político), ha sido suspendida en sus funciones durante 30 días por haber cometido acoso laboral respecto de su equipo. Si la noticia, de por sí, es llamativa y de cierta relevancia, todo el mundo ha pasado por alto lo que para mí debería haber sido el titular. La eurodiputada dejará de ganar en estos 30 días, en concepto de dietas, la cantidad de 10.000 euros. Han leído bien, nada más y nada menos que 10.000 euros al mes en dietas. Esto sin hablar de los más de 7.000 euros al mes que percibe un eurodiputado antes de empezar a hablar... En contraste, vivimos en España la destrucción progresiva de la Sanidad Pública. Madrid se ha convertido en un laboratorio neoliberal de pruebas para materializar la privatización de la Sanidad. Huelgas de atención primaria y pediatría en la práctica totalidad de CC.AA. Un médico residente (MIR) que tiene por delante una formación de 10/11 años (dependiendo de la especialidad) cobra al mes unos 1.200 euros y cuando terminan la residencia le ofrecen, en el mejor de los casos, un contrato de 3 meses en verano. Esto provoca el éxodo de nuestros profesionales y encima, son denostados y estigmatizados por hacer las maletas e irse fuera de España a buscar un salario y condiciones de trabajo dignas y acordes al nivel de sus sacrificios y esfuerzos. Esta es la realidad de nuestro país. ¿Y saben qué? que más allá de unos cuantos artículos periodísticos y eslóganes políticos de oportunidad, la realidad es que nuestros sanitarios, y con ello nuestra Sanidad Pública, están solos, abandonados a su suerte. Sí, 10.000 euros al mes en dietas para unos cenutrios amancebados pero...,estamos en una economía de mercado y cada uno es libre para elegir. Está claro que en la sociedad española está mucho mejor valorada ( en euros/salario) una política acosadora que una médico que lleva formándose toda la vida para que vivamos más y mejor. Ahora, a seguir hablando de VOX, de Mañueco, de Feijóo, de Sánchez y de la cabra de la Legión, que es lo que nos importa de verdad.