Afroamericanos

Los Estados Unidos de América es un país que se ha construido y crecido con la inmigración de ciudadanos/as de todos los países del mundo. Los únicos originarios de esas tierras o han desaparecido exterminados por los nuevos colonos provenientes de Europa o mal viven en reservas indignas. Por tanto, estadounidenses de “pata negra” no existen. Todos tienen padres, abuelos o tatarabuelos nacidos en cualquier país de Europa, Asia, América del Sur o África…incluido el más “americano” de todos, el de “Make America Great Again”

Sin embargo, sorprende que sólo a los negros se les haya dado el trato de “afroamericanos”. Casi todos los días nos desayunamos con alguna noticia que nos habla de “afroamericanos”, especialmente relacionados con muertes, maltrato policial, robos, de ciudadanos que son tan estadounidenses como el señor Trump o el señor Bezos. Jamás he escuchado que un ciudadano de procedencia familiar irlandesa, autor de un delito o infracción, se le etiquete de “irlandoamericano” o uno de procedencia italiana, “italoamericano” o de la India, “Indoamericano”, rusoamericano, germanoamericano, grecoamericano…, entre otras cosas porque sería interminable la denominación para cada uno de los actuales ciudadanos estadounidenses.

La estupidez raya el delirio racista cuando escuchas, por ejemplo, la última noticia sobre la muerte violenta de un ciudadano negro a manos de la policía de Memphis (Tennesee), “Un afroamericano muere como consecuencia de la paliza que le profieren cinco policías”. Los policías son negros, matiza el periodista, pero en ningún momento los llaman “afroamericanos”. Con lo que empiezas a sospechar que la denominación racista de afroamericano tiene más que ver con la extracción social y el color de la piel.

Si se quiere mantener la estupidez racista, debería titular la noticia: “Cinco policías afroamericanos matan a otro afroamericano”. Pero allá ellos con sus estúpidas definiciones. Lo que resulta intolerable es que los medios españoles al referir la noticia reproduzcan el lenguaje del imperio (bastante tenemos ya con haber aceptado la apropiación indebida que los estadounidenses hacen del gentilicio “americano” para sí mismos, como si los ciudadanos del resto del continente fueran asiáticos o extraterrestres). No sé si ocurrirá lo mismo en la prensa de otros países, pero lo de España es sencillamente impresentable. Es aceptar, una vez más, el lenguaje del imperio.