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¡A las barricadas!

Marcelo Noboa

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Desde que España recuperó la democracia, hace 44 años se han celebrado 13 elecciones generales con los gobiernos de UCD, Psoe, PP y de Coalición (Psoe/Podemos). Así mismo, se han celebrado otras tantas elecciones municipales en 8131 municipios y en la Comunidades Autónomas regidas por el artículo 143 de la Constitución y, finalmente, en las Comunidades Autónomas previstas en el artículo 151 de la Carta Magna que convocan a sus ciudadanos en calendarios distintos (Galicia, Euskadi, Cataluña y Andalucía). Groso modo, todas ellas se han celebrado en el marco de lo que hoy se conoce como una “democracia avanzada” (con todos los reparamos que queramos ponerlo) en las cuales se confrontaban modelos económico/sociales y propuestas programáticas que, en un porcentaje demasiado alto, no llegaban a buen puerto. No obstante (y por no fustigarnos) sus porcentajes de cumplimientos no eran tan diferentes del resto de países de Europa. Alguien llegó a calificar este modelo como “democracia aburrida” y en plan de broma (que para eso somos únicos en Europa) durante algún tiempo patentamos, desde la izquierda, aquello de que “con franco vivíamos mejor”

Pues bien, yo no creo en los fantasmas, pero en el fantasma de Franco, sí. Ya están aquí. Aunque, por ser algo más estrictos, jamás se han ido. Escondidos en el armario del PP (antes AP) sólo esperaban su oportunidad para salir del armario y lo hicieron en el 2013, como Vox. Desde entonces no han hecho más que crecer y, hoy, son la tercera fuerza política de éste país y, desde el pasado 28 de mayo gobiernan en Aragón, Baleares, Valencia, Extremadura y en 140 municipios; Castilla y León sirvió de “conejillo de indias” (gobiernan desde hace un año) con sus “padrinos”, el PP y una vez pasen las elecciones generales, lo harán en Murcia.

Tienen prisa, mucha prisa, de querer cambiar este país de arriba abajo. Para ello exigen a sus “padrinos” aquellas carteras o concejalías que tienen que ver con la gestión de la cultura, el mundo del campo, igualdad, inmigración. No quieren nada que tenga que ver con la economía, hacienda, trabajo, industria. No les interesa, se lo dejan al PP porque los dos partidos son ultraliberales y el PP maneja mejor estas áreas. Ellos a lo suyo, a desactivar la transformación que ha hecho de este país un referente mundial en Derechos Civiles (Lgtbi, feminismo, igualdad, cultura, medio ambiente…). Al día siguiente de asumir sus responsabilidades ya estaban eliminando carriles bici, derogando medidas anticontaminación, prohibiendo cantar en lenguas territoriales (Gijón), prohibiendo la representación de Virginia Wolf, Lope de Vega por considerarlas obras perniciosas…Es sólo un aviso de lo que nos espera.

En 1936 había señales de lo que iba a pasar. El gobierno legítimo de la República no fue consciente de lo que se avecinaba, el pueblo sí. Y salió a las calles al grito de ¡!A las barricadas ¡! y ¡!No pasarán!!

Por supuesto que no estamos en 1936, ni la sociedad actual es la de aquel año. Ni se va a producir un golpe de estado cruento. La última vez que aquello se intentó fue el 23 de febrero de 1981. Algunos señalan que desde entonces vivimos en una especie de democracia tutelada. Yo no diría tanto, pero si reconocer que aquel episodio marco la evolución de la socialdemocracia española. El Psoe giró el rumbo y aparcó las necesarias reformas institucionales (justicia, memoria histórica, administración del Estado…). De aquellos polvos…

Si finalmente PP/Vox consiguen gobernar, tras el 23/J a este país no lo va a conocer “ni la madre que lo parió”. Por ello, es necesario insistir que estas no son unas elecciones más. No son unas elecciones donde nos jugamos sólo las conquistas sociales de los últimos treinta años (que también); nos jugamos la democracia. Nos jugamos parecernos más a la Hungría de Orban o a la Italia de Meloni.

Decía Sergio Ramírez que su generación (que es la mía) en los años 70/80, “la izquierda sólo creía en la justicia social y se luchó por ella. Hoy es necesario defender la democracia para legitimar la justicia social”. Esto es lo que nos jugamos el próximo 23 de julio. Por tanto, ¡! A las barricadas!!, que son las urnas para llenarlas de papeletas del Psoe y Sumar.

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