Las bicicletas son para el verano, señor Almeida

Las bicicletas son para el verano, señor Almeida, pues, como dijo el gran Fernando Fernán Gómez: 'no se nos adelante, que luego, pasa lo que pasa'.

En 1978, con una democracia todavía prematura, el novelista recibió el premio Lope de Vega del teatro, que, desde su primera entrega en 1932, se otorga anualmente a la obra más destacada del año.

Como en su día dijo el propio Lope, quería quedar 'a la altura de las circunstancias'. Algo parecido se le ocurrió a esa “cabecita pensante”, pues creyó que adelantar el proyecto haría que saliese benficiado electoralmente, pues vio peligrar su puesto en las urnas.

Se ve que, finalmente, no aprendió de Lope, sino, más bien, de Fernando de Rojas, pues decidió decantarse por la tragicomedia, subgénero literario que describe a la perfección el mandato del Sr. Almeida, quien, viéndose reflejado en Calisto y, al mismo tiempo, acompañado por su Celestina en la Presidencia de la Comunidad de Madrid, antepuso sus propios intereses a los comunes.

Por último, invito al madrileño a pensar detenidamente su voto de cara a las elecciones, pues votar al Alcalde que reconoció a su partido y a sí mismo como un 'mal menor', solo traerá 'Yerma' y 'Bodas de Sangre' al pueblo madrileño, pues, tal y como nos dijo Miguel de Cervantes, 'en todas las casas cuecen habas, pero, en la suya, a calderadas'.