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Cosas que necesitamos saber para saber lo que necesitamos: Gramsci, dominación y hegemonía

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Antonio Gramsci distingue Hegemonía de Dominación. Para Gramsci dominación básicamente es el uso o amenaza de uso de la coerción, entendiendo como tal, la fuerza física, a través de la policía, el ejército u otros cuerpos represivos del Estado. Aquí en España La Ley Mordaza cumple una función de coerción, política, policial y judicial que aun sigue vigente. Su génesis hay que situarla a partir de la Gran Crisis iniciada con la quiebra en 2008, del Lehman Brothers y la burbuja inmobiliaria. La Ley Mordaza fue como el colofón, de toda una serie de leyes destinadas a desmantelar el Estado de Bienestar y recortes de derechos y libertades con el gobierno de Rajoy y la mayoría absoluta del PP: Reformas de los sistemas Educativo, Sanitario, Laboral, Dependencia, Servicios Sociales, etc. Su función: reprimir las movilizaciones sociales. Su coartada: justificar una salida de la crisis con la denominada doctrina del Shock.

Pero lo que más interesó a Gramsci fue la Hegemonía. Una sociedad no se puede mantener solamente mediante la coerción, es necesario también la hegemonía, a través de lo que él llamaba consenso: inculcar a la sociedad un sistema, un conjunto de significados propios y una cosmovisión acerca del hombre, del mundo, la sociedad, la historia, la naturaleza…, como los correctos.

Gramsci sostiene que “la conquista del poder cultural es previa a la del poder político…”. La hegemonía de la clase dominante capitalista, denominada también burguesía, y definidos por poseer y controlar los medios de producción a través de los cuales dominan, oprimen y explotan a la clase trabajadora, de la que extraen la plusvalía, la base de su beneficio y renta, sobre las clases dominadas, definidas como clases explotadas económicamente, oprimidas políticamente y dominadas ideológicamente, se difunde socialmente, mediante mecanismos tales como el Sistema Educativo, la Religión y los Medios de Comunicación. De ahí su oposición a la nueva Ley de Educación o Ley Celaá, a la reformas de la Universidad y a las inmatriculaciones y eliminación de privilegios de la Iglesia. Mención aparte merece hoy la utilización por parte de la clase dominante de los medios de comunicación. Con motivo de los audios sacados a la luz por Crónica Libre, ha surgido el denominado Ferrerasgate, que involucran directamente a La Sexta y a Antonio García Ferreras en la campaña sucia y noticias falsas contra Podemos, Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero. Ver aquí.

LA CLASE DOMINANTE LEE A GRAMSCI

Visto lo visto, sostengo que la clase dominante con sus brazos mediáticos, han leído a Gramsci.

Estos tres mecanismos básicos, Educación, Iglesia y Medios de Comunicación, actúan en el siguiente sentido: para educar a las clases dominadas, para que estas conciban la cosmovisión y la dominación que ejerce la clase dominante como natural. Su objetivo es neutralizar la capacidad revolucionaria de las clases sociales populares.

La Hegemonía, al no ser un proceso acabado, siempre genera conflictos y rupturas al interior de la sociedad y abre la posibilidad de que se formen movimientos contrahegemónicos y luchas en torno a conflictos inherentes a la imposición de determinadas formas de visión del mundo. Conflictos que van a confrontarse dentro de la sociedad y que van a generar una realidad cambiante, pues la realidad como decía Carlos Marx, no es un proceso estático, sino que está sujeta a la variable del cambio, debido a que hay intereses de todo tipo en pugna en la lucha de clases. Los movimientos contrahegemónicos van, como la palabra indica, contra la hegemonía imperante. Son por ejemplo las huelgas de la clase obrera (generales, parciales, de empresa, de sector…), por sus derechos de todo tipo; pueden ser canciones de protesta, literatura o podcast con contenidos fiables e información y noticias contrastadas y yendo a las fuentes, a los medios de los partidos y sindicatos de clase…, y a la prensa rigurosa y fiable alternativa a los grandes grupos mediáticos. Ver aquí.

PÉRDIDA DE HEGEMONÍA Y CRISIS DEL CAPITALISMO GLOBAL

Cuando un movimiento contrahegemónico escapa al control de la clase dominante, lo que ésta hace es poner en funcionamiento los aparatos coercitivos policiales, pero también en muchos casos judiciales, que es lo que estamos viviendo con el caso del rapero Pablo Hasél y casos similares. Ver aquí.

Sin olvidar las veintitantas causas archivadas a Podemos y sus líderes, cuyo objetivo es: enmierda que algo queda.

La lectura de Gramsci, sobre movimientos contrahegemónicos hay que entenderla no solo por las movilizaciones habidas, por ejemplo, ante el encarcelamiento de raperos, en general por la libertad de expresión, huelgas de la clase obrera y contra la animadversión hacia diputados y diputadas con base obrera de izquierdas y otras formas de oposición a los poderes expuestos más arriba, sino también, al menos a dos aspectos más: en primer lugar a la pérdida de hegemonía cultural de la clase dominante y sus terminales mediáticas; en segundo lugar, a la crisis del capitalismo neoliberal, neoconservador y neofascista. La clase dominante seguirá oponiéndose al Gobierno de Coalición Progresista, a Unidas Podemos y a Podemos, a Pablo Iglesias y otros líderes de dichas organizaciones. Pero también a la legislación progresista que está fluyendo del Gobierno y que aún queda por legislar, entre ellas, la derogación de la Ley Mordaza.

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