El ínclito vicepresidente de Castilla y León, García-Gallardo, es un hooligan perjudicial para la convivencia y la paz social y supone un descrédito para la política y las instituciones. En un solo día, por la mañana dirigió un gesto obsceno, de contenido sexual, hacia dos procuradoras de Castilla y León. Por la noche, en una manifestación con ultras, no solo profirió cánticos ofensivos e insultos contra el presidente del gobierno o las instituciones públicas, sino que entonó soflamas racistas y violentas junto a los ultras (como él). Insisto, que hablamos de un vicepresidente de una comunidad autónoma española...Si después de estos dos actos, uno, obsceno, de contenido sexual y machista, y el otro, ilegal a todas luces e impropio de un cargo público, el presidente de Castilla y León, del Partido Popular, Mañueco, no lo cesa y Feijóo no lo condena y censura, entonces es que esta sociedad ha invertido los valores, al permitir que un partido político que se dice constitucional y de Estado como el PP, ampare, proteja y consienta peligrosamente estas conductas ilícitas y censurables que hace solo unos años hubieran provocado una condena unánime. El PP necesita a VOX pero todo no vale. Este es el PP y sobre todo, así está la sociedad en la que vivimos, donde la prensa no censura ni condena estas barbaridades por seguidismo político. Los titulares de hoy deberían estar plagados de condenas a estos dos actos obscenos de una cargo público y sin embargo, apenas unos comentarios y poco más. Seguramente, de todo esto, también tendrá la culpa la Amnistía y Pedro Sánchez ¿verdad, Núñez Feijóo?