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Que trata de Feijóo, Google y la mentira
La mentira es una forma de corrupción y si se formula con la intención de desprestigiar a un adversario es además una forma de violencia y si se utiliza para conseguir el poder es una estafa al electorado. Por lo tanto, podemos deducir que la corrupción, la violencia y la estafa se han instalado en los órganos del PP responsable de esta campaña electoral y han hecho de Feijoo un candidato poco fiable y un presidente, si consigue apoyos suficientes, prisionero de su dependencia de los sectores más radicales del espectro político, financiero y mediático de este país.
La mentira genera desconfianza y en unos momentos en que la percepción de los ciudadanos hacia las instituciones no es la óptima, no parece, el rumbo elegido por el PP para gobernar este país, la mejor estrategia para recuperar esa confianza. Porque han violado normas y reglas que regulan la convivencia para obtener rédito político. Hay una mala praxis de esos profesionales de la política y de los medios de comunicación afines y esa falta de ética deriva en corrupción, corrupción cuyo origen está en la mentira sistematizada contra un adversario con el objeto de desprestigiarlo y que aparezca ante la opinión pública como alguien indigno, evitando así el debate de ideas y programas, basándolo todo en la estigmatización del oponente. Claro que estos métodos no son de extrañar proviniendo del PP, una organización cuyo clima ético estas bajo mínimos al ser la única organización política condenada en firme por corrupción.
Esa intencionalidad en tergiversar las emociones, usando la mentira, con la finalidad de ocultar las carencias programáticas de la candidatura del partido popular y la vaciedad de liderazgo del candidato Feijoo, es cuando menos alarmante, por lo que conlleva de manipulación de la realidad. Una realidad, sobre la que ha de basarse el gobierno de un país, que esta siendo manipulada para hacerle trampas a la democracia. Es preocupante la permisividad, lo pronto que se amortiza, por una parte del electorado conservador, la mentira versus corrupción.
La mentira crea adición y trata de escapar al control de la democracia, por eso las organizaciones políticas de corte populista basan su estrategia en repetir la mentira como un mantra que persigue idiotizar al ciudadano, y es un fraude, porque mienten a sabiendas que mientes, alejándose del ejercicio de la libertad de la que toda democracia es portadora, retrotrayendo los derechos ciudadanos a épocas predemocráticas. La mentira como forma de supervivencia política del PP ante la imposibilidad de proponer políticas que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos, ante la imposibilidad de rebatir, con argumentos creíbles, las políticas de progreso llevada a cabo por el gobierno presidido por Pedro Sánchez.
Estaremos de acuerdo en que la mentira es una forma de violencia psicológica en cuanto que manipula la realidad para obtener un fin de una manera ilícita y si se usa desde una posición de poder puede alcanzar tal dimensión que termine por colonizar a las instituciones y este es uno de los riesgo de las alianza del PP y VOX para gobernar este país. La mentira genera violencia porque pervierte la confianza de los ciudadanos, ocultándoles las verdaderas intenciones de su agenda política y esto es una estafa moral al electorado.
Feijóo hasta ahora “oculto” en la periferia de su Galicia natal de pronto se ha visto expuesto en el escaparate de la centralidad política madrileña y se ha sentido amenazado por la verdad de unas actuaciones, que toleradas en su espacio de confort gallego, no ha podido seguir ocultando como inquilino de la calle Génova, léase el caso de su amigo narco, dejando al aire actividades poco edificantes en un cargo publico y ante esta situación no le ha quedado mas remedio que seguir mintiendo, porque en ningún momento ha habido un acto de contrición, un momento de humildad para reconocer estos errores de “juventud”, no quedándole mas remedio que hacer de la mentira una forma de supervivencia política.
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