El 70% de los españoles apoya limitar el consumo energético y el uso del coche frente al cambio climático

Una inmensa mayoría de los españoles, el 83%, cree que el cambio climático es una amenaza que hay que combatir con urgencia. Aunque algunos partidos hayan decidido arrastrar hasta la arena política las medidas de ahorro energético y lucha contra la contaminación, lo cierto es que la sociedad muestra un amplio nivel de consenso para hacer frente a la crisis climática y la escasez de energía. Solo se descuelgan los votantes de extrema derecha, que cuestionan la existencia del cambio climático y niegan cualquier medida para combatirlo.

Esa es la radiografía que muestra la encuesta realizada por Simple Lógica para elDiario.es, que recoge también que casi el 70% de la población respalda medidas como regular o limitar el consumo de energía, restringir el uso del coches en las ciudades o aumentar los impuestos a las actividades más contaminantes.

De hecho, entre quienes apoyan esas medidas están los votantes del PP en cerca de un 60%, a pesar de que su partido se ha opuesto recientemente al plan de ahorro energético del Gobierno, que consideran que en un contexto de efectos del cambio climático –como sequías e incendios– y de crisis por la guerra, es necesario tomar medidas de ahorro.

La encuesta de Simple Lógica ha querido conocer la opinión de los españoles después de un verano de sequías e incendios, y que ha estado atravesado por la polémica de la temperatura del aire acondicionado o la iluminación de los escaparates. Lo que reflejan los resultados de la encuesta es que un 75% de la población no tiene dudas de la existencia del cambio climático y de que está causado por la mano del hombre.

El 25% restante se divide entre quienes creen que el cambio climático existe, pero se trata de un proceso natural (14,5%), y quienes directamente no tienen claro que haya un proceso de cambio climático. Este porcentaje de negacionistas apenas supera el 10%, pero está especialmente presente en el electorado de la extrema derecha.

El sondeo muestra que Vox es el único partido que tiene entre sus votantes a una mayoría de negacionistas. Solo un 44% de quienes votaron a ese partido en 2019 creen que la mano del hombre está detrás de la subida de temperaturas o las sequías, mientras que un 26,8% sostiene que es un proceso natural y un 29,2% directamente niega sus efectos.

Aunque haya personas con dudas sobre las causas del cambio climático, algunas de estas sí que creen necesario hacer algo para frenarlo. Así, el porcentaje de quienes urgen a los políticos a implementar medidas contra sus efectos sube hasta el 83,2%, que se dividen entre quienes creen que es muy urgente (57,5%) y quienes solo lo consideran urgente (25,7%).

Por contra, un 4,1% afirma que no hay ninguna urgencia en frenar los efectos de la crisis climática, y un 12,7% lo considera nada urgente.

De nuevo, Vox vuelve a concentrar entre su electorado a los más negacionistas, aunque cuando se trata de tomar medidas para frenar el cambio climático hay una mayoría a favor. El electorado de la extrema derecha se divide, por un lado, entre quienes consideran urgente tomar medidas (18%) y quienes opinan que es muy urgente (37,7%); por otro, un 8,2% ve poca urgencia y hasta un 36,1% no ve ninguna necesidad. Es el porcentaje más alto entre todos los partidos. Sin embargo, aunque defienden que se tome alguna medidas, rechazan todas las iniciativas concretas.

Consenso en torno a las medidas de ahorro

El Gobierno aprobó el pasado 1 de agosto un paquete de medidas de ahorro energético, que generaron una bronca política inmensa comandada por el PP. El plan de ahorro energético está inmerso en el contexto de la previsible escasez de energía durante los próximos meses, derivada de la guerra en Ucrania y las sanciones europeas a Rusia. Pero contiene además medidas implementadas en otros países para reducir el consumo de energía como parte de la lucha contra el cambio climático.

Las medidas más polémicas fueron las de limitaciones de aires acondicionados a un mínimo de 27 grados en establecimientos comerciales y de un máximo de 19 grados para la calefacción. Además, el plan contempla que todas las luces de los escaparates se apaguen a las 22.00 horas.

A pesar del rechazo de las derechas a la medida, que incluyó hasta una amenaza de incumplimiento por parte de Madrid, la encuesta de Simple Lógica recoge que una amplia mayoría de ciudadanos (68,5%) está “más bien de acuerdo” con que, en un contexto en el que estamos sufriendo los efectos del cambio climático y al que hemos sumado la crisis energética, se tomen medidas por parte de los gobiernos europeos para regular o limitar la energía.

Además, el sondeo también muestra que un porcentaje similar se muestra también a favor de limitar el uso del vehículo privado en las ciudades –a unos meses de la implantación por ley de zonas de bajas emisiones en todos los municipios de más de 50.000 habitantes – y el apoyo sube hasta un 72,9% si la medida a tomar es el aumento de impuestos a las empresas más contaminantes.

De hecho, los datos segregados por partidos señalan que entre los propios votantes del PP hay un 59% favorables a las restricciones energéticas, pese a que su partido votó en contra en el Congreso.

Ese porcentaje sube casi un punto si se pregunta al electorado popular por la limitación del uso del vehículo privado, otra medida que los dirigentes del PP han combatido en diversas ocasiones. La pelea contra Madrid Central fue una de las promesas estrella de José Luis Martínez-Almeida para la Alcaldía de Madrid, e Isabel Díaz Ayuso ha defendido en varias ocasiones que limitar el uso del coche privado es “atacar la libertad”. En el caso de la pregunta sobre los impuestos a empresas contaminantes, el porcentaje de votantes del PP que muestra su apoyo sube al 62,5%.

Por contra, los votantes de Unidas Podemos y PSOE son los más favorables a las medidas de ahorro energético y reducción de la contaminación. Y de nuevo, el electorado de Vox es el único que rechaza estas medidas: en torno a un 60% de sus votantes no quieren ni restricciones energéticas, ni limitación del uso del coche, ni impuesto a actividades contaminantes.